Pizza, un plato sumamente delicioso, un clásico de películas gringas, el favorito de Shaggy en Scooby Doo, junto a las croquetas más que conocidas, de dicha serie. Este alimento no es precisamente muy balanceado, pero vaya que es llamativo y adictivo. Recuerdo haber visto una serie en la que trataban las adicciones, y en uno de sus episodios destacaban a un joven que no hacía más que comer Pizza.

A modo de llamado a reflexión, amontonaron las cajas de lo que sería el total que consumía por año... El resultado fue aterrador, eran montañas de estas, que no revelaban más que una terrible adicción, un problema a tratar. Pues, aunque el joven era delgado, esto no quería decir que no se estuviese matando lentamente.

La obesidad es un problema grave que a pesar de que no se vive tan de cerca acá, en Venezuela, por motivos más que obvios, afuera si es una problemática, grave, que funciona a modo de "bola de nieve". Pues la obesidad sirve de catalizador para muchas patologías para nada agradables. Sumado a eso, el problema no está centrado en los adultos, sino que el índice de obesidad infantil está por las nubes también.

Considero que el sedentarismo ha sido catalizador, la llegada de los dispositivos móviles solo ha empeorado este problema. Respecto a esto último mi postura es un poco radical, pero, es que dejar a un pequeño con acceso ilimitado, sin supervisión, a un mundo tan extremadamente corrupto, sucio, enfermizo y dañino como internet, me parece un acto que a la larga traerá "lágrimas de sangre".

Se puede preparar al pequeño en el uso de la tecnología, con moderación y disciplina, de modo que esté preparado para los trabajos del futuro, pues si es que a alguno se le ocurriese que la solución es meterlo a una burbuja, esto no es más que otro error. Sin embargo, el equilibrio en estos temas, es cosa difícil. Sencillo es dar estas sugerencias, pero aplicar la disciplina en casa, eso es un reto mayor.

Bienaventurados aquellos que mantienen el orden y la disciplina, en equilibrio y respeto, y más que todo por amor a sus hijos, a su futuro y a su bienestar en general. Para mí, esos que van a contracorriente, serán exaltados en el futuro, cuando los frutos de lo sembrado salgan a la luz.