Los años pasan y se hace claro que la mayoría de las cosas están sujetas a un cambio constante y visible a través del tiempo. Los teléfonos fijos en su versión de hogar o públicos fueron muy populares en el pasado, de hecho, salvaron a muchos de pasar malos ratos al tener la posibilidad de comunicarse a pesar de no tener un teléfono propio.
A día de hoy siguen habiendo algunos, sin embargo mayormente están dañados o imposibles de usar ante la imposibilidad de conseguir tarjetas para pagar las llamadas.
La falta de mantenimiento, la negligencia y la propia cultura sumamente intoxicada, al punto de que la propiedad pública parece ser tratada como tirano recién derrocado, son algunos factores que han llevado a que hayan llegado a este estado.
A pesar de que buena parte de la población posee un teléfono móvil, lo cierto es que estos teléfonos podría seguir siendo "salvavidas", podrían ser sustituidos por modelos modernos, pero... ¿Es prudente con nuestra cultura tan dañada? ¿Es una prioridad?
Con la educación tan desmejorada, con profesores que reciben salarios de hambre, hospitales en la mismísima miseria, comparables a refugios de guerra, que son la tumba de no pocos olvidados, que son pintados una vez a la cuaresma para dar una fachada al mundo de aparente normalidad. Dándoles una razón a los cebados y enamorados de aquel "día de fuego" que se transformó en años de humo, para asegurar que su amado sistema es viable.
¿Es una prioridad el modernizar esos equipos? Para un gobierno sensato invertir en esos sectores más vulnerables, vitales para el buen vivir de su ciudadanía... Pero, en un gobierno de insensatos inservibles... ¿Qué puede esperarse? Cuando uno cree que es imposible que hagan las cosas peor, de alguna manera logran superarse en su cinismo y maldad.
Imagen de @lanzjoseg, para el concurso semanal de TopFamily