Entre las experiencias más conmovedoras que he vivido, destaca una que tuvo lugar en un hospital. Durante una visita a una joven con cáncer, en busca de animarla y apoyar a su madre en medio del proceso, fuimos varios hermanos en la fe a darles palabras de fortaleza y esperanza más allá de lo temporal y fútil de esta vida.
Salía a relucir el libro de Job, el como el ser humano afronta el sufrimiento, como puedes salir fortalecido y con una mente mucho más fuerte ante los azotes del camino, los inconvenientes y duros procesos, las traiciones y dolorosas situaciones que salen de nuestro control.
En medio de aquella visita una señora testificaba como su hija había estado en una dura lucha contra la mismísima muerte y que solo por la gracia de Dios se mantenía con vida. Había pasado varias noches en las que entraba en un estado de colapso grave, prácticamente se desvanecía y sus signos vitales se iban a pique a tal velocidad que se le daba por muerta.
Aquella pequeña tenía cáncer también, ella había perdido una pierna pero a pesar de eso seguía sonriendo, agradeciendo por el aliento de vida y las personas que apoyaban para sus medicinas, los alimentos y todo lo que implicaba la estadía, pues su madre y ella no eran de la zona, sino que venían de lejos, dado que en su tierra no habían centros con las capacidades para sobrellevar la enfermedad.
Ante toda aquella situación me venía a la mente una pregunta bastante dura y controntativa... ¿Yo podría resistir de esa manera? ¿Me mantendría firme en la fe a pesar de los abates de la enfermedad? Aunque constantemente recordaba situaciones difíciles en los que a pesar de todo seguía agradeciendo por la vida, consideraba que para que ese sí fuese completamente honesto, innegable y realmente firme era necesario vivir una situación similar.
Ruego a Dios que guarde mi salud y que en las pruebas venideras pueda mantenerme tan fuerte como aquellas jóvenes que se aferraban a la esperazan divina y no claudicaban a pesar del inmenso dolor que vivían. Para mi, son un ejemplo, un testimonio viviente.
Imagen de @lanzjoseg, para el concurso semanal de TopFamily