Fuente de la imagen, concurso de TopFiveFamily
Este ha sido un año lleno de proyectos y sueños realizados, es impresionante como a pesar de la crisis económica que tiene el país hundido en una galopante inflación que no parece terminar, encontramos padres capaces de enfrentar tan brutal situación, mostrando a sus hijos que si se pueden alcanzar los sueños.
La culminación de estudios, primarios, secundarios y universitarios, estuvo lleno de colorido, emociones, sentimientos encontrados, en medio de todo ello la manifestación de una preparación para celebrar cada acontecimiento. Tanto los padres de los egresados de institutos privados como públicos no escatimaron esfuerzos para dar a sus hijos momentos para compartir y recordar. No deja de sorprenderme la capacidad del venezolano para invertir en este tipo de eventos en medio de tantas dificultades y decir con orgullo mi hijo lo logro y se lo merece.
Hubo un colegio público que celebro la graduación de bachilleres en un prestigioso hotel de Puerto la cruz y todo fue costeado por los representantes. Aun me pregunto como lo hicieron si son de tan bajos recursos económicos, pero lo lograron he oído decir; que la graduación de bachiller marca el inicio y termino de la universidad, no es una regla , me consta pero hay quienes lo ven de ese modo como una especie de predestinación.
Esta generación de jóvenes ha adquirido mayor madurez; consideran que no solo es importante emprender una carrera universitaria sino también aprender un oficio, producir con las manos también porque el tiempo que se está viviendo lo exige.
Pensando a futuro, si hay que salir de la nación es mejor hacerlo con un título en la mano y un oficio en la otra para enfrentar los retos de ser un emigrante, en cualquier momento se presentara la oportunidad de ejercer este es un pensamiento sabio, estoy completamente de acuerdo con eso. Aun mantengo la esperanza de que nuestros jóvenes se sigan capacitando para ejercer en su propio país.