https://images.ecency.com/p/PB8ro82ZpZP35bVGjGoE93K3E4U5KX8KtMBJ2rhwy2sLS3cko4Bf7pdzA7CJ9t3RdGPvcs9j5wGPEhYTuPdcYaoCLEbHWR4pAYmHY9Zm26Qw3NRt.webp?format=webp&mode=fit Imagen propiedad de @lanzjoseg
Saludos comunidad de topfamily, hoy vengo motivado a participar en la dinámica de esta semana en el Concurso, de esta semana, que di por título "lo cortés no quita lo valiente".
El bullicio de las ciudades no me ha gustado, soy una persona que ha conocido todo el norte de Venezuela, y mi estancia por las principales ciudades no es de mi agrado, vengo de un lugar que a pesar de tener una gran concentración poblacional, no es tan estridente y acelerada, y tampoco se ven cosas que he visto en el transporte público de otros lados, y con esto no quiero recalcar que sea malo, he pasado buenas, malas y extrañas experiencias.
Tengo una anécdota que pudiera contener los tres elementos antes mencionados, hace años yo viajaba a Maracaibo estado Zulia porque mi círculo social se encontraba allá, he mencionado anteriormente que resido en un lugar llamado Cabimas el cual se encuentra a 45 minutos una ciudad de la otra, estando en Maracaibo mi destino era el Sambil, en el centro de Maracaibo me subo en el bus que me llevaba a mi destino, mientras íbamos andando el bus poco a poco se llenaba, cuando el bus está andando se montan varios sujetos a vender mercancías variadas, el bus el punto de encuentro de diversos tipos de personas, el liceísta, la estudiante de medicina que va concentrada leyendo la guía de estudios, la guajira que lleva varios equipajes porque su destino la baja guajira, el colector que va enunciando su ruta a las personas que están en la vía pública, los que van distraídos viendo el mundo pasar desde la ventana, el que va de pie, cada quien en su mundo.
Mientras esto pasa, miro a uno de los sujetos que se dispone a vender, empieza con un saludo tímido, a lo cual mira a la gente, hace una breve pausa, rasga su garganta para aclarar la voz y comienza nuevamente diciendo buenos días, a lo cual, por puro ocio también respondí buenos días, el sujeto vuelve a mirar a la gente y su cara cambia radicalmente, de su koala saca un arma de fuego y pide a todos los pasajeros que lleven todo en calma que el bus está siendo atracado, todo esto ante los oídos sordos del chofer que pareciera no estar viendo nada, sus secuaces que eran dos vendedores más van pasando por los asientos, quitando todo lo de valor que lleva la gente consigo, cuando llegan a mi asiento uno de los sujetos me pide mi teléfono y dinero, yo metiendo mis manos en el bolsillo disponiendo mis pertenecías, soy interrumpido por el vendedor que en un inicio se dispuso a hablar con la gente y dice “este no, este dio los buenos días”, continuaron con el asalto, para culminar diciéndole al chofer que bajara la velocidad pero que no se detuviera, al final llegué a mi destino sin ningún percance que lamentar.
Esta ha sido una de las anécdotas más raras que me ha pasado dentro del transporte público, quizás no sea las más inaudita, pero es la que me pasó a mí, si llegaste a esta parte del texto quiero agradecer por el tiempo que dedicaste en leer este post, espero te haya gustado.
