Hace poco se celebró el Día de San Valentín, o el día del amor y la amistad (así es como conocemos esta festividad en mi país) y los arreglos florales fueron el protagonista del momento, lo digo porque mi hermana mandó hacer un pequeño arreglo con dulces para darle a mi sobrinito y como conozco a la señora que lo hace, pues ¿adivinen quien fue la que hizo la diligencia? Pues sí, la presente.

Al momento de buscar el arreglo, la señora ya tenía armados unos, con dulces y globos y estaba en el proceso de armar unos hermosos ramos, de verdad que le estaban quedando super lindos, el detalle de la rosa roja con el girasol se veía increíble, más en el papel negro. Y no fueron los únicos ramos que elaboró, pues al ver sus estados, se inundó de puras fotografías de arreglos de flores, con globos y chocolates, definitivamente fue su día.

Aunque muchos opinen que otro regalo es mejor que las flores, en lo particular no me quejo si me regalan un ramo, son hermosos y cuenta es la intención y el hecho de que hayan pensado en ti ¿no?, miren y viendo el precio de los mismos, no los considero un simple detalle y ya. Además de ver la sonrisa de quienes lo recibieron, sigue siendo hermosos presentes hoy en día y hay que saber valorarlos; claro si te regalan otra cosa que dure más, tampoco hay quejas, pero creo que un regalo se mide por el significado que guarda y de los sentimientos de quien te hace la entrega.

Las únicas flores que he recibido en mi vida fueron cuando cumplí 15 años y cuando me gradué de 5to año, y fue por parte de mis padres y guardo con mucho cariño esos recuerdos, porque esas flores para mí fueron importante debido a la intención de mis padres de demostrar lo feliz que estaban por esos eventos tan especiales en mi vida y que se sentía orgullosos de ello, así no menosprecien un ramo de flores, estos guardan significados muchos más profundos de lo que aparentan.