Al visualizar esta imagen se me vino el recuerdo de la primera torta que hice, aunque, en anteriores ocasiones si había hechos unas torticas, siempre fue bajo supervisión o de mi mamá o de mi hermana incluso, en ocasiones, ellas hacían la primera parte de la mezcla y yo la continuaba o solo enmantequillada el molde. Realmente la primera vez que me atreví hacer una torta sola, fue para uno de los cumpleaños de mi hermana.

Ese día me propuse a darle ese regalo a mi hermana, pero si estaba dudando mucho en como me quedaría; anteriormente habíamos decidido ir a cantarle el cumpleaños en casa de una amiga de ella, en la mañana de su cumpleaños como nos habíamos atrasados en unas cosas, le dije que se adelantara junto a mi sobrino y mi mamá, que yo hacia sola la torta. Mi hermana estaba dudando y quería quedarse para ayudarme, pero le insistí en que podía, además de que iríamos muy tarde y solo duraríamos muy poco compartiendo, así que terminó accediendo.

Ellos se fueron y yo me quedé haciendo la tortita, guiándome de las recetas que mi mamá tenia en un cuaderno; fui mezclando los ingredientes, luego de tener las mezclas la puse en el molde, previamente enmantequillado y, mientras se cocinaba en el horno, me terminé de arreglar. Al estar lista y sacar la torta me desilusionó un poco la forma, ya que parecía un volcán, de un lado quedó más elevado que el otro, pero que va, así quedó y me fui con mi torta recién hecha.

Al llegar, todos se empezaron a reír por el cómo había quedado la torta, terminamos compartiendo un rato más y la picamos, gracias a Dios, el sabor y la textura estaban muy bien y sabrosas, solo me dijeron que lo más probable falto en la batida o en el paso a paso de los ingredientes, así que me sentí orgullosa de atreverme hacer algo que nunca creí que podría hacerlo.