SPANISH

Hoy al ver esta imagen para el concurso la veo y les cuento una de las historias más difíciles de mi vida. En una época muy pasada de mi vida por cuestiones de simple curiosidad decidí hacerme un examen de enfermedades sexuales, incluyendo la sífilis, ya que había tenido algunas relaciones de riesgo en el pasado y entonces quería estar segura de cual era mi estado de salud.

La espera de los resultados fue angustiante. Cuando finalmente recibí la llamada del encargado, mi corazón se aceleró y mis manos temblaban. Escuché las palabras que ninguna persona quiere oír pero seguramente muchos lo hemos pasado, el encargado me dijo: "Zelina Orellana, tus resultados han dado positivo para sífilis".

Sentí como si el mundo se detuviera a mi alrededor. Un torbellino de emociones me invadió: miedo, vergüenza, tristeza, confusión. ¿Cómo podía ser que esto me estuviera pasando a mí? Me sentí vulnerable y expuesta, como si todos pudieran ver mi intimidad y juzgarme por ello.

Luego de llevarle esos resultados al doctor, este me explicó los pasos a seguir: tratamiento con antibióticos, seguimiento médico regular, notificar a mis parejas sexuales para que también se hagan la prueba y se traten si es necesario. Todo parecía muy pesado y aterrador.

Al salir del consultorio, me sentí perdida y sola. No sabía cómo enfrentar esta situación ni cómo decirle a las personas cercanas a mí lo que estaba pasando. Sentía que mi vida había dado un giro inesperado y no sabía cómo seguir adelante.

Sin duda me quedaron muchísimas preguntas en mi interior y me hizo cuestionar mi estilo de vida, ya que era de las personas que se negaba a la posibilidad de tener una infección de este tipo, creía que era inmune de alguna manera, pero en ese momento fueron más dudas que respuestas las que llegaron a mí.

Pero a medida que procesaba la noticia, me di cuenta de que tenía que ser valiente y enfrentar esta situación con determinación. Acepté el tratamiento, busqué apoyo en mis amigos y familiares, y decidí no dejarme vencer por la enfermedad.

También me hace pensar en que obtuve una de las experiencias más dolorosas, sin duda me hace recordar esas inyecciones de penicilina, y ya que las ultimas dosis no fueron en Venezuela si no en Colombia, pues aquí en Colombia fue un procedimiento diferente, ya que de por sí era doloroso tener el tratamiento en Venezuela, En Colombia debí terminar mi tratamiento con una aguja más grande, la cual me hizo sentir uno de los peores dolores que haya podido sentir, claro sin contar el de ser mamá.

Aunque el camino por delante fue difícil y lleno de desafíos, tengo la fuerza y la determinación necesarias para superar aun mas pruebas. Aprender de esas experiencias, y gracias a esas experiencias cuidaré más de mi salud en el futuro y me aseguraré de protegerme y proteger a mis parejas sexuales.

Quisiera recomendar muy sinceramente a todos que mantengan al 100% su salud, deben tener precauciones y evitar lo que llamamos las malas andanzas, esta imagen me hace querer darles esta recomendación a todos, para que seamos muy precavidos con nuestro bienestar.

Gracias a este concurso de observa, piensa y escribe hoy he descubierto una fortaleza en mí que no sabía que existía. gracias a esos recuerdos que tenia guardados de mi experiencia.