En la palabra de Dios, encontramos:

"Apártate del mal y haz el bien;
Busca la paz y síguela". (Salmo 34: 14)

Qué difícil es buscar la paz y qué fácil es encontrar la guerra. Nos encontramos en un mundo rebosante de caos y violencia. Vivir fuera del temor de Dios y de su voluntad, nos lleva por el camino de la guerra, del egoísmo y de la mezquindad.

La humanidad necesita urgentemente volver su corazón a Dios y recorrer el verdadero camino que trae la armonía y la paz. Necesitamos volver nuestra mirada a Dios y caminar por la senda de su justicia.

Demasiado egoísmo y arrogancia, hace que tanto los líderes mundiales como el hombre común, se alejen de Dios y cada uno quiera vivir su vida a su manera y no como Dios manda en su palabra.

Buscar la paz y seguirla, requiere un reencuentro con Dios y con el amor de su Hijo amado, Jesucristo, que murió en una cruz, no sólo para perdonar nuestros pecados, sino para restaurar esa vida de paz, armonía y sinceridad, que perdimos desde el principio de la creación.

Dios nos ama y su gran interés es que vivamos en un mundo de paz, justicia, amor y respeto mutuo.

Necesitamos urgentemente volvernos a Dios y abandonar el camino de la violencia, el odio, la guerra y la mezquindad.