Chucho Valdés es el músico más descomunal que ha dado Cuba en los últimos setenta años. Sus gramófonos dorados anglosajones y latinos me liberan de todo esfuerzo argumentativo, si bien destacando que —más allá de su extraordinaria capacidad como compositor y pianista— el hijo de Bebo ha conseguido nuclear alrededor suyo a demasiados músicos talentosos. Paquito D´Rivera, Oscar Valdés, Carlos Emilio Morales, Armando Cuervo, Jorge Varona, "Angá" Díaz, Rolando Laserie, Enrique Plá, Arturo Sandoval, El Negro Hernández y El Tosco estarían entre los históricos. Yaroldy Abreu, Dreisser Durruthy Bombalé, Rodney Barreto, Gastón Joya, Yelsy Heredia, Roberto Vizcaíno Jr., José Gola, y Dafnis Prieto, entre los más contemporáneos. Lo maravilloso de Valdés, un celoso guardián del sanctasanctórum musical cubano y también mundial, es que nunca suena demodé, lo que no se agota meramente en "corresponderse con su época": Chucho es siempre es revolucionario, cutting-edge.
Así llegamos a su último álbum, "Cuba and Beyond", una joya en la que el multilaureado pianista vuelve a demostrar que también le gusta jugar pero poniéndole seriedad al asunto. Digo esto último pensando en otros músicos cuyo trabajo he reseñado aquí a la hora de recuperar obras de compositores antológicos como Beethoven o Mozart. Mientras que el joven pianista Alfredo Rodríguez Jr. —"descubierto" por el recientemente desaparecido Quincy Jones— se limita a divertirse, el fundador de Irakere no deja de ser orfebre, en una aproximación diferente y superior a lo clásico que no deja de ser entretenida. Para esta ocasión Chucho nuevamente se rodea de estrellas en ascenso y otras ya establecidas para conformar juntos el Royal Quartet. A Valdés le gusta mucho hacerse acompañar por cuartetos en sus discos, aunque me parece que el mejor no es este último sino el "Afrocuban Messengers", que integraron Gastón Joya, Yaroldy Abreu, Durruthy Bombalé y Rodney Barreto. "Cuba and Beyond", por cierto, ya está nominado al Grammy anglosajón.
Chucho Valdés is the most extraordinary musician Cuba has produced in the last 70 years. His golden gramophones free me from any long argumentative effort. However, I would like to point out that—beyond his extraordinary capacity as composer and pianist—Bebo's son has managed to gather around him too many talented musicians. Paquito D'Rivera, Oscar Valdés, Carlos Emilio Morales, Armando Cuervo, Jorge Varona, “Angá” Díaz, Rolando Lasserie, Enrique Plá, Arturo Sandoval, El Negro Hernández and El Tosco would be among the historical ones. Yaroldy Abreu, Dreisser Durruthy Bombalé, Rodney Barreto, Gastón Joya, Yelsy Heredia, Roberto Vizcaíno Jr., José Gola, and Dafnis Prieto, are among the most contemporary. The wonderful thing about Valdés, a zealous guardian of the Cuban and world musical sanctum sanctorum, is that he never sounds outdated, which is not merely a matter of “corresponding to his time”: Chucho is always revolutionary, cutting-edge.
Thus we arrive at his latest album, “Cuba and Beyond”, a jewel in which the renowned pianist once again demonstrates that he also likes to play, but with a serious approach. I say the latter thinking of other musicians whose work I have reviewed here when it comes to recovering pieces by anthological composers such as Beethoven or Mozart. While the young pianist Alfredo Rodríguez Jr.—“discovered” by the recently deceased Quincy Jones—limits himself to having fun, the founder of Irakere does not stop being a goldsmith, in a different and superior approach to classical music that is still entertaining. For this occasion, Chucho once again surrounds himself with rising and established stars to form the Royal Quartet. Valdés likes to be accompanied by quartets in his albums, although it seems to me that the best one is not this last one but the “Afrocuban Messengers”, which included Gastón Joya, Yaroldy Abreu, Durruthy Bombalé, and Rodney Barreto. “Cuba and Beyond”, by the way, has already been nominated for the 67th Grammy Awards.
El disco
"Congablues" es un nuevo homenaje a la conga, un ritmo que Chucho ha "jazzeado" en muchas ocasiones, como en "Congadanza". En el tema destaca un solo del bajista José Gola y un "poseído" Chucho percutiendo sobre el piano. En "Son de Almendra", Valdés revive su pasión por el danzón, aplicando la clave sonera a un tema de cabecera. Con la inclusión de "Punto Cubano" y "Nosotros", el natural de Quivicán rindió culto a ritmos —el punto cubano— y canciones —el histórico bolero de Abelardo Valdés— que también forman parte de la espina dorsal musical de Cuba. En el caso del primero quiero destacar que la sola inclusión del tema —en el que Chucho nos entrega seductoras melodías— constituye una toma de posición ante el carácter lamentablemente marginal de ese ritmo en nuestro contexto sonoro contemporáneo, a pesar de estar declarado como patrimonio inmaterial de la humanidad.
"Armando's Rhumba" es un tributo al desaparecido Corea, un ídolo para él. Por cierto, es simbólico que el primer trabajo serio de Chick en estudios de grabación lo obtuvo con el conguero cubano Mongo Santamaría, y que Eliane Elías lo incluyera junto a otro cubano, Chucho, en lo que debe haber sido su última experiencia discográfica. "Habanera Partida" es una composición magistral de José Gola que también mira a nuestras raíces musicales y su rico sincretismo, mientras que "Tatomanía" es una fiesta para presentar al todavía joven talento Roberto "Tato" Vizcaíno Jr. en las congas. "Mozart a la cubana" es la pista premium del disco 👇, que pueden reproducir en su totalidad pinchando aquí. Para terminar, solo decir que lo más importante es que Chucho luce sano en todos los órdenes, por lo que este disco es una parada más en una carrera musical llena de compromiso con el buen arte.
The album
“Congablues” is a new tribute to the conga, a rhythm that Chucho has ‘jazzed’ on many occasions, as in ‘Congadanza’. The song features a solo by bassist José Gola and a “possessed” Chucho playing the piano. In “Son de Almendra”, Valdés revives his passion for the danzón, applying the Cuban popular clave to it. With the inclusion of “Punto Cubano” and “Nosotros”, the native of Quivicán worshipped rhythms—the Cuban punto—and songs—the historic bolero by Abelardo Valdés—that are also part of Cuba's musical backbone. In the case of the former, I would like to point out that the mere inclusion of the song—in which Chucho delivers seductive melodies—constitutes a position taken in the face of the unfortunately marginal character of that rhythm in our contemporary sound context, despite being declared as intangible cultural heritage by UNESCO.
“Armando's Rhumba” is a homage to the late Corea, an idol for him. By the way, it is symbolic that Chick's first serious work in recording studios was with Cuban master drummer Mongo Santamaría, and that Eliane Elías included him with another Cuban, Chucho, in what must have been his last recording experience, the Latin Grammy winner "Mirror Mirror". “Habanera Partida” is a masterful composition by José Gola that also looks to our musical roots and their rich syncretism. At the same time ‘Tatomanía’ is a party to introduce the still young talent Roberto ‘Tato’ Vizcaíno Jr. on congas. “Mozart a la Cubana” is the premium track on the album 👇, which you can play by clicking here. In closing, the most important thing to say is that Chucho looks healthy in all aspects, so this album is just one more stop in a musical career full of commitment to good art.
Cover photo worked with Canva.
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