Lee la version en español dando click aquí
All images used in this publication were generated with the midjourney tool in its premium version.
Todas las imágenes utilizadas en esta publicación fueron generadas con la herramienta midjourney en su versión premium.
I give a dark and somber greeting to all #ZDE users, after being absent for many days I return to share with you a new story.
And the reason for my absence is not just for leisure, a couple of days ago I visited some family friends, and I decided to stay a few days, because I realized that the family had something to tell me and I documented it to then show it to this community.
Here begins the story of an old man who hid a secret behind the doors of a sealed room.
Once upon a time there was a frail-looking old man with an enigmatic look named Samuel. He lived in a small cabin far from any neighborhood, surrounded by dense, dark woods. Samuel had a loving family consisting of his wife, two children and grandchildren, but he hid a dark secret that haunted him day and night.
In the cabin there was a forbidden room that no one dared to enter. Samuel had warned his family that the room would remain locked and sealed forever. Rumors from the locals spoke of strange sounds emanating from that room, eerie whispers and disturbing laughter. Everyone feared what might be hiding there.
Despite warnings, curiosity began to gnaw at one of Samuel's grandsons, a young man named Gabriel. The obsession to discover the secret consumed him, and one night, in the dark, he crept to the forbidden room.
As he opened the door, Gabriel felt a shiver run down his spine. The room was covered in dust and appeared to have been abandoned for decades. In one corner, there was an old wooden trunk locked with chains and padlocks. Gabriel knew that there lay the secret his grandfather had jealously guarded.
Gabriel broke the locks with a mixture of excitement and fear.
When he opened the trunk, he found a collection of macabre and diabolical objects. There were bloody daggers, torn photographs and occult books.
But most disturbing was her grandfather's diary, filled with pages written in a sinister and twisted style.
As Gabriel read the ink-stained pages, he discovered the terrible secret that his grandfather had kept for so long.
Samuel, the family elder, had engaged in dark rituals and pacts with evil entities to prolong his life, at that moment Gabriel understood why his grandfather was so old, although he had the appearance of a strong person with a lot of life.
In his diary he also read how his grandfather had made that pact to obtain unimaginable riches. He had sacrificed innocents and sold his soul to the devil.
Among these sacrifices could be found both animal sacrifices and human sacrifices, and even there it was related that the disappearance of a member of the family, years ago, had been the fault of his grandfather, because he sacrificed this relative to keep this pact.
His heart filled with anguish and horror, Gabriel closed the diary and hurried out of the forbidden room. He knew he had unleashed something he could not control. Darkness lurked and Samuel, sensing danger, approached his grandson.
In a trembling voice, Samuel explained to Gabriel that it had been a mistake to reveal the secret, for in doing so he had unleashed the evil entities his grandfather had sealed away. Now, these creatures would feed on his family members and bring with them an eternal curse.
A curse fell upon Samuel's family. Evil spirits began to haunt them in the shadows, sinister whispers filled their dreams, and family members fell victim to terrible events. Gabriel was filled with remorse as he realized that it had been better not to have revealed his grandfather's dark secret.
Finally, Gabriel decided to do something about it. He returned to the forbidden room and found an ancient book of spells that would allow him to seal the evil entities again. He gathered all his strength to perform the ritual and, with tears in his eyes, uttered the closing words that read:
Spiritus tenebris, revertor in abyssus! Clausus esto, ab inferno te relinquo! Osculum mortis, eternitatem tegas!
The creatures dissipated into thin air and peace returned to the hut. Gabriel realized that sometimes ignorance is a shield against horror.
His grandfather's dark secret should have remained hidden forever.
And so Samuel's family learned the most terrifying lesson of their lives. Sometimes knowledge can unleash unspeakable evil, and sometimes it's best not to reveal the most twisted secrets that lie in the dark.
With this I end today's story, a story that really happened, and left a lesson for me, and I hope for all of you as well.
I bid you farewell, with somber fervor,
The anonymous writer of horror.
Les doy un oscuro y sombrío saludo a todos los usuarios de #ZDE, después de estar ausente por muchos días regreso para compartir con ustedes una nueva historia.
Y el motivo de mi ausencia no es sólo por ocio, hace un par de días visité a unos amigos de la familia, y decidí quedarme unos días, porque me di cuenta que la familia tenía algo que contarme y lo documenté para luego mostrárselo a esta comunidad.
Aquí comienza la historia de un anciano que escondía un secreto tras las puertas de una habitación sellada.
Érase una vez un anciano de aspecto frágil y mirada enigmática llamado Samuel. Vivía en una pequeña cabaña alejada de cualquier vecindario, rodeado de densos y oscuros bosques. Samuel tenía una familia cariñosa formada por su mujer, sus dos hijos y sus nietos, pero ocultaba un oscuro secreto que le atormentaba día y noche.
En la cabaña había una habitación prohibida en la que nadie se atrevía a entrar. Samuel había advertido a su familia que la habitación permanecería cerrada y sellada para siempre. Los rumores de los lugareños hablaban de extraños sonidos que emanaban de esa habitación, susurros inquietantes y risas perturbadoras. Todos temían lo que pudiera esconderse allí.
A pesar de las advertencias, la curiosidad empezó a corroer a uno de los nietos de Samuel, un joven llamado Gabriel. La obsesión por descubrir el secreto le consumía, y una noche, en la oscuridad, se acercó sigilosamente a la habitación prohibida.
Al abrir la puerta, Gabriel sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. La habitación estaba cubierta de polvo y parecía haber estado abandonada durante décadas. En un rincón, había un viejo baúl de madera cerrado con cadenas y candados. Gabriel sabía que allí yacía el secreto que su abuelo había guardado celosamente.
Gabriel rompió las cerraduras con una mezcla de emoción y miedo.
Cuando abrió el baúl, encontró una colección de objetos macabros y diabólicos. Había puñales ensangrentados, fotografías desgarradas y libros de ocultismo.
Pero lo más inquietante era el diario de su abuelo, lleno de páginas escritas con un estilo siniestro y retorcido.
Mientras Gabriel leía las páginas manchadas de tinta, descubrió el terrible secreto que su abuelo había guardado durante tanto tiempo.
Samuel, el anciano de la familia, se había involucrado en oscuros rituales y pactos con entidades malignas para prolongar su vida, en ese momento Gabriel comprendió por qué su abuelo era tan viejo, aunque tenía la apariencia de una persona fuerte y con mucha vida.
En su diario también leyó como su abuelo había hecho ese pacto para obtener riquezas inimaginables. Había sacrificado inocentes y vendido su alma al diablo.
Entre estos sacrificios se podían encontrar tanto sacrificios de animales, como sacrificios humanos, e incluso allí se relataba que la desaparición de un miembro de la familia, años atrás, había sido por culpa de su abuelo, porque sacrificó a este familiar para mantener este pacto.
Con el corazón lleno de angustia y horror, Gabriel cerró el diario y se apresuró a salir de la habitación prohibida. Sabía que había desatado algo que no podía controlar. La oscuridad acechaba y Samuel, presintiendo el peligro, se acercó a su nieto.
Con voz temblorosa, Samuel explicó a Gabriel que había sido un error revelar el secreto, pues al hacerlo había desatado las entidades malignas que su abuelo había sellado. Ahora, estas criaturas se alimentarían de los miembros de su familia y traerían consigo una maldición eterna.
Una maldición cayó sobre la familia de Samuel. Espíritus malignos empezaron a acecharlos en las sombras, susurros siniestros llenaron sus sueños y miembros de la familia fueron víctimas de terribles sucesos. Gabriel se llenó de remordimientos al darse cuenta de que había sido mejor no haber revelado el oscuro secreto de su abuelo.
Finalmente, Gabriel decidió hacer algo al respecto. Volvió a la habitación prohibida y encontró un antiguo libro de hechizos que le permitiría sellar de nuevo a las entidades malignas. Reunió todas sus fuerzas para llevar a cabo el ritual y, con lágrimas en los ojos, pronunció las palabras de cierre que decían:
Spiritus tenebris, revertor in abyssus! Clausus esto, ab inferno te relinquo! Osculum mortis, eternitatem tegas!
Las criaturas se disiparon en el aire y la paz volvió a la cabaña. Gabriel se dio cuenta de que, a veces, la ignorancia es un escudo contra el horror.
El oscuro secreto de su abuelo debería haber permanecido oculto para siempre.
Y así, la familia de Samuel aprendió la lección más aterradora de sus vidas. A veces el conocimiento puede desencadenar un mal indecible, y a veces es mejor no revelar los secretos más retorcidos que yacen en la oscuridad.
Con esto termino el relato de hoy, una historia que de verdad paso, y me dejo una enseñanza, y espero que a todos ustedes también.
Me despido de ustedes, con sombrío fervor,
El escritor anónimo del horror.
If you have any ideas for writing a new story, I would be happy to read your idea and you will be mentioned in the next story.
Si tienes alguna idea para escribir una nueva historia, estaría encantado de leer tu idea y serás mencionado en el próximo relato.
