Pesadillas de conciencia.
Su esposo era adinerado
y era para estar feliz,
pero en desliz y desliz
todo quedo transformado.
Nació un hijo de esta unión
que marchóse muy temprano
hacia país muy lejano
para su superación.
Toda la felicidad
inundó este hogar florido
con un amor consabido
y regia prosperidad.
Pero apareció un tercero
para la complicación
y con ellos la pasión
del cariño traicionero.
Ella aspiraba quedarse
con todo lo de su esposo
que perturbó todo gozo
para luego separarse.
Así luego los amantes
planificaron la muerte
de aquel hombre cuya suerte
tuvo giros impactantes.
Ella en una habitación
entre impresiones y giros
le dio dos certeros tiros
que acabaron su función.
El amante con dinero
huyó sin saber lugar
para la dama quedar
en terrible desespero.
Ella vendió propiedades
de la mutua compañía
y así con su sangre fría
vagó en distintas ciudades.
Pero muchas pesadillas
llegaban a donde iba
porque la presencia viva
invadía todas las villas.
Una vez sintió un puñal
clavado en su propio cuello
y al despertar, su resuello
era respiro fatal.
Recordó en aquel momento
cuando lo sentó en la silla
y diole con la cabilla
sin ningún remordimiento.
Otra pesadilla un día
vivió una terrible noche
cuando percibió que el coche
encima ella le caía.
Cuando vio al chófer gozoso
escuchó las carcajadas
que sin dudas estimadas
eran de su mismo esposo.
Luego utilizó un calmante,
pero en el pecho sentía
que algo duro le oprimía
para seguir adelante.
Con un impacto en su acción
sintió deseo muy vivo
y marcó como objetivo
irse para otra nación.
Al vivir en Ecuador
cada noche era tortura
pues iba hacia la locura
sin tener consolador.
Revivió aquellos momentos
de acongojadora alba
cuando asesinó a mansalva
sin medir los sentimientos.
Con la pistola dormía
por los razonables temores
y los marcados temblores
que cada noche vivía.
Soñó mirar a su amante
que más dinero quería,
pero ella no complacía
al caballero anhelante.
Dormida y en pleno acto
cuando encontrábase sola
llegó y tomó la pistola
para matarse ipso facto.