Cariño... creo que no voy a poder acompañarte a la reunión de tu empresa. Comentó Rebeca con cierta tristeza. Realmente quería ir, pero la niñera canceló en último momento, y no podían llevar a Manuel con ellos.
David frunció el entrecejo.
Amor, todos están esperando que vayamos juntos! protestó.
David realmente quería a su hijo, pero se frustraba cuando Rebeca le daba prioridad a su papel de madre, cuando él necesitaba que fuera esposa.
Y si lo llevamos con mi mamá? lanza su idea al aire David. -A él le gusta compartir con la abuela, y no creo que ella me diga que no.
La cara de Rebeca asomó cierto alivio y accedió a que llamaran a Jacinta, quien gustosamente aceptó cuidar de Manuel esa noche.
Vivía a unos 15 minutos de distancia, por lo que podrían pasar recogiéndolo cuando la reunión terminara, aunque Jacinta les dijo que no importaba si pasaba la noche con ella. Era el único nieto que vivía cerca, y su compañía siempre la llenaba de alegría.
Ya todos los preparativos para la cena navideña están listos, así que no hay problema si se quiere quedar. Replicó Jacinta.
Con un beso de mamá y papá, y las buenas noches para los dos, la pareja se marcha a la reunión, mientras abuela y nieto se disponían a comer galletas con chocolate caliente.
Aunque era verano, no hacía tanto calor esa noche, y a Manuel le gustaba replicar las tradiciones navideñas que veía en las películas norteamericanas, y soñaba con algún día conocer la nieve, pues el invierno que conocía era solo frío.
La reunión estaba agradable, y para Rebeca era un escape a la rutina de ser madre y ama de casa. Poder ver a las esposas de los compañeros de su marido, conversar cosas de adultos y disfrutar en un ambiente diferente era renovador para ella. Solo en ese tipo de reuniones se daba cuenta que necesitaba cambiar de ambiente.
En su defensa, decía que ya el próximo año Manuel empezaría la escuela, con lo cual tendría tiempo libre para dedicarse a otras cosas, pero mientras, quería disfrutar de estar con su hijo esos primeros años. Había leído en alguna parte, que los primeros 5 años son cruciales para la formación de la personalidad.
Entre tanto, Manuel disfrutaba de los juegos de mesa con la abuela, quien a pesar de su lucidez, a veces olvidaba si era su turno, y el niño aprovechaba para sacarle ventaja. Al final, para ella era más importante poder tenerlo un rato sin la presencia de su madre, quien sentía que a veces lo sobre protegía demasiado.
Cuando se aburrieron de los juegos, se fueron a la salón donde estaba el árbol de Navidad. Ese año, la abuela había mandado a hacer pequeños adornos con las fotos de cada uno de los miembros de la familia. Era una manera de sentir que los tenía a todos en casa.
De sus hijos, solo David estaba en el país. Samantha, Valentina y Sergio habían emigrado hace ya varios años, y formado sus familias en otras tierras. Con ellos seguía compartiendo, pero a través de una pantalla, y aunque agradecía que la tecnología los mantuviera en contacto, por supuesto le hacía falta verlos en persona, conocer a sus otros nietos y soñaba con tenerlos en algún momento a todos de vuelta en casa.
A Manuel le costaba reconocer quienes eran, y le preguntaba a la abuela cada tanto a quien le pertenecía cada foto. Él tampoco conocía a sus tios y primos en persona, por lo que se le ocurrió que podían llamarlos para verlos en la tablet que le había regalado su papá para su cumpleaños.
La abuela sabía poco de eso, pero Manuel ya era un experto, así que con poner el número de teléfono, logró llamar a la tía Valentina, quien se alegró de verlos. Fue ella quien se encargó de enlazar a los demás en una videollamada múltiple, en la que todos pudieron verse y conversar un poco.
Cuando Manuel empezó a bostezar, sus tíos decidieron terminar la llamada. Era hora de irse a la cama para algunos de ellos también. La abuela, había acomodado para Manuel la cama portatil que tenía para las visitas, aunque él le pidió dormir con ella en la "cama grande" y ella contenta le dijo que sería como una pijamada.
Ya había apagado las luces y cerrado la puerta, pues David tenía llave y podía entrar cuando llegara. El pequeño le preguntó si podían dejar las luces del árbol encendidas, pues se veía el reflejo de ellas en el techo y así su mamá cuando llegara no se encontraría con todo oscuro.
Rebeca, luego de la cena ya se mostraba un tanto impaciente. El buen ánimo del principio se había ido para darle paso a la preocupación. Se contenía las ganas de llamar a Jacinta, pues ese había sido el acuerdo con David, quien le pidió que fuera su cita exclusiva durante esas horas.
Sin embargo, el notó el cambio en su esposa, y siendo un poco compasivo con ella, empezó a despedirse de sus compañeros, para luego decirle que ya se podían marchar a buscar a Manuel.
En el camino se sentía muy inquieta, pero sabía que era solo su impresión. A lo lejos, una nube de humo llamó su atención, pues no habían escuchado fuegos artificiales. Mientras se acercaban, el humo se hacía más denso y oscuro y las sirenas empezaron a sentirse próximas a ellos. Su impaciencia empezó a notarse, quería llegar pronto!
Un cordón policial los frenó al empezar la calle en la que estaba la casa de Jacinta. AL bajarse del auto, les dijeron que no podrían pasar, pues los bomberos estaban en labores de rescate.
Mi hijo y mi suegra están en esta calle! Replicó Rebeca.
Ya las casas están siendo evacuadas, por favor colabore y pronto estará con sus familiares - dijo firmemente el funcionario.
Las ambulancias entraban y salían, pero nadie daba información. Rebeca empezó a llamar al número de su suegra, pero la línea salía ocupada, igual pasaba con el celular. Su angustia aumentaba hasta el extremo de forzar la barrera y correr hasta la casa donde estaba su hijo, para ver con sus propios ojos como todo estaba ardiendo en llamas.
Los policías la llevaron nuevamente afuera, mientras ella gritaba desesperada preguntando por su hijo. David trataba de contenerla, mientras hacía lo propio con él mismo. Una funcionaria les pidió acompañarla para hacerle ciertas preguntas.
Rebeca tuvo que ser sedada, mientras David respondía lo poco que sabía de lo sucedido: estaban mi madre y mi hijo... solo fueron un par de horas... no llamamos para no interrumpirlos... respondía con frases cortas.
La investigación volvía al punto de partida en ese sentido. No fue hasta que los bomberos dieron con el origen del fuego cuando todo se esclareció: un corto circuito en el tomacorrientes del árbol de navidad, empezó el fuego que se extendió rápidamente por toda la casa.
Al ir a reconocer los cuerpos en la morgue, la imagen de una pareja abrazada, una más grande que la otra, marcó la navidad de ese año. Jacinta y Manuel fallecieron calcinados mientras dormían, la noche de la víspera de Navidad.
Honey... I don't think I'm going to be able to accompany you to your company meeting. Rebeca commented with some sadness. She really wanted to go, but the babysitter canceled at the last minute, and they couldn't take Manuel with them.
David frowned.
Honey, everyone is waiting for us to go together! he protested.
David really loved his son, but he was frustrated when Rebecca prioritized her role as his mother, when he needed her to be his wife.
What if we took him to my mom's? David threw his idea out there. -He likes to share with grandma, and I don't think she'll say no to me.
Rebeca's face looked relieved and she agreed to call Jacinta, who gladly agreed to take care of Manuel that night.
She lived about 15 minutes away, so they could pick him up when the meeting was over, although Jacinta told them it didn't matter if he spent the night with her. He was the only grandson who lived nearby, and his company always filled her with joy.
All the preparations for Christmas dinner are ready, so it's no problem if he wants to stay. Jacinta replied.
With a kiss from mom and dad, and a good night to both of them, the couple left for the meeting, while grandmother and grandson got ready to eat cookies with hot chocolate.
Although it was summer, it was not so hot that night, and Manuel liked to replicate the Christmas traditions he saw in American movies, and dreamed of someday knowing snow, for the winter he knew was only cold.
The reunion was enjoyable, and for Rebeca it was an escape from the routine of being a mother and housewife. Being able to see the wives of her husband's partners, talk about adult things and enjoy herself in a different environment was refreshing for her. It was only at such gatherings that she realized she needed a change of scenery.
In her defense, she said that next year Manuel would start school, so she would have free time to devote to other things, but in the meantime, she wanted to enjoy being with her son during those first years. She had read somewhere that the first 5 years are crucial for the formation of the personality.
In the meantime, Manuel enjoyed playing board games with his grandmother, who, despite her lucidity, sometimes forgot if it was her turn, and the boy took advantage of it to get the upper hand. In the end, it was more important for her to be able to have him for a while without the presence of his mother, who felt that she sometimes overprotected him too much.
When they got bored with the games, they went to the living room where the Christmas tree was. That year, Grandma had had small ornaments made with pictures of each of the family members. It was a way to feel like she had them all at home.
Of her children, only David was in the country. Samantha, Valentina and Sergio had emigrated several years ago, and formed their families in other lands. He continued to share with them, but through a screen, and although he was grateful that technology kept them in touch, of course he missed seeing them in person, meeting his other grandchildren and dreamed of having them all back home at some point.
Manuel had a hard time recognizing who they were, and would ask his grandmother every now and then who each picture belonged to. He didn't know his aunts, uncles and cousins in person either, so it occurred to him that they could call them to see them on the tablet his dad had given him for his birthday.
Grandma knew little about it, but Manuel was already an expert, so by putting in the phone number, he managed to call Aunt Valentina, who was happy to see them. It was she who was in charge of linking the others in a multiple video call, in which they could all see each other and talk a little.
When Manuel started yawning, his aunt and uncle decided to end the call. It was time for bed for some of them too. Grandma had set up Manuel in the portable bed she had for visitors, although he asked to sleep with her in the "big bed" and she happily said it would be like a sleepover.
He had already turned off the lights and closed the door, since David had a key and could come in when he arrived. The little boy asked her if they could leave the lights on the tree on, since he could see the reflection of them on the ceiling, so that his mother would not find everything dark when she arrived.
Rebeca, after dinner, was already a little impatient. The good mood of the beginning had gone to give way to worry. She restrained herself from calling Jacinta, since that had been the agreement with David, who had asked her to be his exclusive date during those hours.
However, he noticed the change in his wife, and being a little compassionate with her, he began to say goodbye to his companions, and then told her that they could leave to look for Manuel.
On the way she felt very uneasy, but she knew it was only her impression. In the distance, a cloud of smoke caught their attention, as they had not heard any fireworks. As they got closer, the smoke grew thicker and darker and the sirens began to feel close to them. Their impatience began to show, they wanted to get there soon!
A police cordon stopped them at the beginning of the street where Jacinta's house was located. As they got out of the car, they were told that they could not pass, as the firemen were in rescue work.
My son and my mother-in-law are on this street! Rebeca replied.
The houses are already being evacuated, please cooperate and soon you will be with your relatives - the official said firmly.
Ambulances came and went, but no one gave any information. Rebeca began to call her mother-in-law's number, but the line was busy, as was her cell phone. Her anguish increased to the point of forcing the barrier and running to the house where her son was, to see with her own eyes how everything was on fire.
The policemen took her outside again, while she screamed desperately asking for her son. David tried to restrain her, while he did the same for himself. A female officer asked them to accompany her to ask her some questions.
Rebecca had to be sedated, while David answered what little he knew about what had happened: there was my mother and my son... it was only a couple of hours... we didn't call so as not to interrupt them... he answered in short sentences.
The investigation was back to square one in that regard. It wasn't until the firemen found the origin of the fire that everything became clear: a short circuit in the electrical outlet of the Christmas tree started the fire that quickly spread throughout the house.
When the bodies were examined at the morgue, the image of a couple embracing, one bigger than the other, marked Christmas that year. Jacinta and Manuel burned to death in their sleep on the night of Christmas Eve.
Foto/Photo by: Bao Menglong, Hans Isaacson and William Krause (All from Unsplash)
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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