Elisa always wanted to have a Barbie doll, perhaps that is the reason why as an adult, when she finally became pregnant, after many failed attempts, she decided to name her only daughter Barbara.
Every birthday Elisa gave her that long-awaited doll she didn't have in her childhood, so at 6 years old, Barbara already had the same amount among the many toys she had in her room.
For her next birthday, after finishing the party, she dedicated herself to opening her gifts with her mom, hoping to see which Barbie would be the new addition to her collection. But to her surprise, in the package was Darcy, a doll very similar, but to the eyes of two experts, it was noticeable that it was not the original.
Alejandro, her father, was responsible for everything. Elisa asked him to buy it because she had been busy directing the workers during the kitchen remodeling, and didn't have a chance to go to the store to buy it personally.
-Can you explain this to me? Elisa said with a challenging voice.
-But it's the doll you asked for! Alejandro replied.
-This is not a Barbie! She snapped furiously. It would have been better if you had bought it online.
Barbara, trying to calm her mother, told her that it didn't matter, that Darcy would also be welcome in the doll club she had invented.
At first, she played with her along with the others, but as the days passed, her preference for the Barbies made her set it aside, Darcy was like the players on the bench who are never selected to enter the game.
One afternoon, when she was about to play in her Barbie club, of which she was the president, one was missing. She searched the room, but it didn’t appear. She even asked her mother if she had seen it or borrowed it, but that wasn't the case either.
Somewhat puzzled by the situation, Barbara still had her tea party with her Barbie friends that day. Maybe dad had taken it...
The strange thing was that two weeks later, only four dolls attended the appointment. Another one didn’t show up, no matter how much they looked for it between mother and daughter throughout the house. Neither the previous time nor this time had her dad anything to do with it.
Darcy could be a good substitute for tea routines and other games, but since she was placed on the shelf where she became just a decorative object, Barbara didn't even look at her.
During the following months, the other Barbies continued to disappear, with enough time between each loss to avoid suspicions, although on each occasion, the discomfort for mother and daughter was evident. Elisa even thought that Barbara took them to school and lost them there or traded them with her friends for some candy or other trinket, although she vehemently denied it.
With only one left, the girl asked her mother to take Darcy off the shelf, as her Barbie needed a friend to share with, and that's when the forgotten doll had the affection and attention it desired from the moment it arrived in that house.
But the damage had already been done. She had to act quickly and that same night she took care of making the last one disappear. Now it was just a matter of finishing executing her plan.
At the tea time of the club that afternoon, she appeared alone. Barbara, fearing a new scolding, said nothing and played with her all afternoon. At night, she decided she would sleep with the only friend left in the club. Darcy had achieved what she needed to happen.
Stux -Pixabay
It was a full moon and at midnight, while the girl was sleeping, she decided to take over her body to become the Barbie she had always wanted to be. Now no one could say that she was just a cheap version. She would be at the center of attention for everyone and not just on a shelf.
At breakfast time, Barbara wanted to get up to join her parents for a meal, but she couldn't move, she just saw her body putting on the uniform, packing her backpack, and leaving.
-What is happening? she thought. How can I be ready if I can't even move?
Before leaving the room, Barbara places Darcy on the shelf and smiles macabrely. That was when she realized that she was no longer the girl; she had become the doll, while Darcy was now the owner of her body.
She wanted to scream and ask for help, but she achieved nothing.
From then on, the new Barbara no longer wanted to play with dolls. Her mother simply said, "You're growing up, my girl!" while the spirit of the true Barbara would remain trapped forever in the body of a cheap doll, watching from the shelf as someone else lived the life that had once been hers.
#Español
Elisa siempre quizo tener una muñeca Barbie, quizás sea esa la razón por la que ya siendo adulta, cuando logra quedar en estado, luego de muchos intentos fallidos, decidió llamar Bárbara a la que sería su única hija.
Cada cumpleaños Elisa le regalaba esa tan anhelada muñeca que no tuvo en su infancia, así que Bárbara a sus 6 años, ya tenía la misma cantidad entre los muchos juguetes que ostentaba en su habitación.
Para su siguiente cumpleaños, luego de terminar la fiesta, se dedicó a abrir sus regalos junto con su mamá, esperando ver cuál Barbie sería la nueva integrante de su colección. Pero para su sorpresa, en el paquete estaba Darcy, una muñeca muy parecida, pero que ante los ojos de dos expertas, se notaba que no era la original.
Alejandro, su padre, era el responsable de todo. Elisa le pidió comprarla porque había estado ocupada dirigiendo a los obreros durante la remodelación de la cocina, y no tuvo chance de ir hasta el centro para comprarla personalmente.
-Me puedes explicar esto? le dijo Elisa con voz desafiante.
-Pero si es la muñeca que dijiste! replicó Alejandro
-Esta no es una Barbie! espetó con furia. Hubiese sido mejor que la comprara por internet.
Bárbara, tratando de calmar a su madre, le dijo que no importaba, que Darcy también sería bienvenida en el club de muñecas que había inventado.
Al principio, jugaba con ella junto con las otras, pero pasados los días, su preferencia por las Barbie hizo que la dejara de lado, Darcy era como los jugadores que están en la banca y nunca son seleccionados para entrar en el partido.
Una tarde, cuando se disponía a jugar en su club de Barbies, del cual ella era la presidenta, faltaba una. La buscó por toda la habitación, pero no aparecía. Inclusive le preguntó a su madre si la había visto o tomado prestada, pero tampoco había sido eso.
Un tanto extrañada por la situación, Bárbara igual ese día hizo su fiesta de té con sus amigas Barbie. Quizás papá se la había llevado...
Lo extraño fue que dos semanas después, las muñecas que fueron a la cita solo eran cuatro. Otra más no acudió, por más que la buscaron entre madre e hija por toda la casa. Ni la vez pasada, ni esta su papá había tenido algo que ver.
Darcy podía ser una buena sustituta para las rutinas del té y los demás juegos, pero desde que fue colocada repisa en la que pasó a ser solo un objeto decorativo, Bárbara ni siquiera volteaba a verla.
Durante los meses siguientes, siguieron desapareciendo las demás Barbies, con el suficiente tiempo entre una pérdida y otra, para no levantar sospechas, aunque en cada oportunidad, el malestar para madre e hija se hacía notar. Inclusive Elisa llegó a pensar que Bárbara las llevaba a la escuela y ahí las perdía o las cambiaba con sus amigas por algún dulce u otra baratija, aunque ella se empeñaba en negarlo rotundamente.
Al quedar solo una, la niña le pidió a su madre que le bajara de la repisa a Darcy, pues su Barbie necesitaba de una amiga para compartir, y fue así cuando la muñeca olvidada tuvo el cariño y la acción que deseó desde el momento que llegó a esa casa.
Solo que el daño ya estaba hecho. Debía actuar rápidamente y esa misma noche se encargó de desaparecer a la última. Ahora solo quedaba terminar de ejecutar su plan.
En la hora del té del club de esa tarde, apareció sola. Bárbara, por temor a un nuevo regaño no dijo nada y jugó con ella toda la tarde. Ya de noche, decidió que dormiría con la única amiga del club que le quedaba. Darcy había logrado lo que necesitaba que pasara.
Era luna llena y a la media noche, mientras la niña dormía, decidió tomar su cuerpo para convertirse en la Barbie que siempre quiso ser. Ahora nadie podría decir que ella era solo una versión barata. Estaría en el centro de atención de todos y no solo en una repisa.
A la hora del desayuno, Bárbara quiso levantarse para acompañar a sus padres a comer, solo que no podía moverse, solo veía a su cuerpo colocarse el uniforme, alistar su mochila y salir.
-¿Qué está pasando? pensó. ¿Como puedo estar lista si ni siquiera me puedo mover?
Antes de salir de la habitación, Bárbara coloca a Darcy en la repisa y sonríe macabramente. Fue entonces cuando se dio cuenta que ella ya no era la niña, había pasado a ser la muñeca, mientras Darcy ya era dueña de su cuerpo.
Quiso gritar y pedir ayuda, pero no logró nada.
A partir de entonces, la nueva Bárbara no quiso jugar más con muñecas. Su madre solo atinó a decir: Ya estás creciendo mi niña! mientras, el espíritu de la verdadera Bárbara quedaría atrapado para siempre en el cuerpo de una muñeca barata, que veía desde la repisa cómo alguien más vivía la vida que en algún momento fuera la suya.
Foto/Photo by: Stux y Alexas_fotos from Pixabay
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Recorded with: Telephone Motorola E5
Edición/Edited by @mamaemigrante using Filmora
Music by StudioKolomna
Subtitulos realizados en kapwing
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
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