El proyecto del Dr. Siniestro (Tercera Parte) [ESP-ENG]

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Primera parte
Segunda parte

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TERCERA PARTE

NEUROPARÁSITO


Después de haber formalizado al nuevo prototipo, el doctor Álvaro Siniestro comenzó a deambular en su oficina de un lado a otro frente a mí. Parecía no importarle mi presencia, como aquellos objetos que adornaban su aquel entonces abandonado espacio. Luego de minutos de espera y de fijar mi mirada en él como una fiel mascota expectante, finalmente habló.

—Debemos darle otro nombre a esta nueva maravilla. Esta fase sugiere una serie de cambios muy significativos para lo que vamos a conseguir.

—¿Ya tiene un nombre nuevo? —le pregunté.

—Sí, se llamará Neuroparásito; sé que no es un nombre muy convencional, pero de acuerdo a sus habilidades y a lo que supuestamente es capaz de hacer, esto le va muy bien. Cuéntame, Romano, ¿ya están listos los pagos a los ingenieros y de las patentes?

—Sí, doctor, se concretó ayer en la tarde. Mantuve el perfil bajo como usted me pidió para que los ingenieros no hicieran preguntas o quisieran cobrar un monto más alto de lo habitual.

—¡Perfecto! —exclamó el doctor mientras se llevaba la mano a la barbilla sonriendo.

—Pero tengo una duda, doctor, si el objetivo con el Neuroparásito es que se alimente de las anomalías negativas del sistema nervioso, ¿cómo sabemos que no tendrá interés en atacar células sanas provocando una entropía en el organismo?

—Para eso hemos estado experimentando con los pacientes, Romano, especialmente con los que tienen enfermedades severas. El Neuroparásito está programado para ingresar al sistema nervioso directamente y corregir los daños que allí pueda haber. Con esto quiero decir que se sentirá más atraído con la sinapsis dañina de un paciente con depresión crónica o esquizofrenia hasta dejarlo libre de eso. Es mucho mejor que una píldora antidepresivo, y aún más, la cura será permanente. Sin embargo, comparto tu duda, por lo que debemos seguir haciendo experimentos y corregir errores. Dile a Paúl que traiga a Marta, ella será esencial en esta fase.

Sin decir más preguntas, me apresuré en ejecutar la orden del doctor. Salí del laboratorio y me dirigí al área donde se encuentran recluidos los pacientes con enfermedades mentales más graves. Allí se hallaba Raúl, uno de los enfermeros haciendo guardia. Era un hombre grande y robusto, de tez morena, con los brazos cubiertos por tatuajes con símbolos asiáticos, aspecto rudo y calvo y una barba muy poblada. De todo el personal del hospital, él era el único al que el doctor Siniestro le tenía una entera confianza. Nos ayudaba a trasladar a los pacientes al laboratorio, incluso aquellos con los que realizábamos nuestros experimentos más privados, fuera del conocimiento del director, pero no era nada gratis, pues, como todo el mundo, Raúl tenía un precio que el doctor Siniestro no chisteaba en pagar.




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—¿Qué tal, Raúl? ¿Cómo va la guardia?

—¡Ey, Romano! Todo bien por aquí, ya sabes, lo mismo de siempre con estos locos. ¿Necesitas a alguien?

—Sí, el doctor Siniestro me mandó a buscar a Marta.

—¡Marta, mi niña problemática! —jadeó Raúl en modo de chiste—. Ella puede ser un dolor de cabeza, ¿sabes? Aunque… acaba de despertar del sedante que le transmití y hasta ahora no he escuchado sus incoherencias.

—Lo sé, pero el doctor pidió por ella y ya sabes cómo es él.

—Puedo ayudarte con ella, ya sabes, si se pone muy intensa. No voy a cobrarles extra, el doctor Siniestro ha sido muy generoso conmigo en cuanto a los pagos que me hace. Pensé que mi traslado a este hospital iba a ser muy jodido.

—Eso habrá que hablarlo con el doctor. Y ahora, sácala, no hay tiempo que perder.

Marta era la paciente más joven del hospital, tenía solo dieciséis años y su estado mental era el más grave de todos. Tenía esquizofrenia desorganizada, con delirios y alucinaciones que desequilibraban todos sus sentidos. Llevaba siempre la cabeza rapada, pues una vez intentó arrancarse los cabellos con las manos para comérselos. Estaba extremadamente delgada y pálida; era de las pocas pacientes recluidas que no la sacaban al exterior para tomar el sol por sus antecedentes catastróficos. Su rostro siempre estaba desencajado y sus ojos extremadamente abiertos. Daba mala vibra al mirarla directamente a la cara, pues producía una incomodidad que era difícil sacársela del cuerpo.

—¿A dónde vamos, Raúl? —murmuró Marta mientras caminábamos por el pasillo—. Recuerda que tengo una cita con mi novio, el duende, dentro de una hora. ¡No puedo llegar tarde o se enojará!

—Tranquila, niña, solo será un momento —replicó Raúl—. Llegarás tan temprano a tu habitación que te dará tiempo de estar lista para tu cita.

—¡Oh, eso espero! Él es muy impaciente, aunque últimamente ha estado enojado conmigo. Le dije cosas feas, pero no le mentí. ¡Solo me juzga! A veces quisiera que me amara tanto como yo a él, pero soy tan indecisa. Espero que a donde vayamos sea un lugar bonito. Quisiera tomar otra siesta…

—No te preocupes, lo harás —aseveré mientras le transmitía una sonrisa.

Al llegar al laboratorio, el doctor Siniestro se acercó a Marta con una mirada incisiva mientras tomaba terminaba su café. Ella lo miró con esos ojos desorbitados y temerosos, como si estuviera frente a una estatua enorme e imponente.

—Usted me recuerda a un jinete con cuernos que se la pasa deambulando en mi habitación —dijo Marta mientras señalaba al doctor tímidamente.

—Oh, vaya, ¿y le tienes miedo? — susurró el doctor en un tono tenebroso.

—La verdad no, —respondió Marta, muy tranquila—. ¡Lo odio! ¡Hace mucho ruido! Menos mal que Raúl esté allí para contarme un cuento para dormir.

—Ya veo… —contestó el doctor antes de situarse junto a la camilla quirúrgica del laboratorio.

—Eh… doctor, Raúl, se ha ofrecido a ayudarnos con Marta por si ocurre algo —le aclaré.

—¡Está bien! Confío en Raúl… Querida, Marta, te he traído a esta hermosa cama para que des una deliciosa siesta en ella. Ya verás que cuando despiertes te sentirás mucho mejor.

La muchacha desplegó una sonrisa de oreja a oreja; como si le hubiesen dado la mejor noticia de su vida.

—¡Oh, sí, quiero recostarme de una vez! —Aseveró ansiosa, luego Raúl y yo la ayudamos a recostarse.

—¿Esto le dolerá? —preguntó Raúl en tono preocupante.

—En absoluto —respondió el doctor—. La pondré bajo efecto de la anestesia. Romano, prepárate y ten listo al Neuroparásito dentro de la inyectadora.

—Sí, doctor.

Al tener a Marta completamente sedada, procedimos con la administración del prototipo, el cual se hizo por vía intravenosa.

—Ya está todo listo, ahora hay que esperar —aseguró el doctor antes de dirigirse a la cocina por otra taza de café.

Mientras estábamos en la espera de algún resultado, Raúl y yo comenzamos a conversar de cosas típicas y cotidianas, cuando, de repente, Marta abrió los ojos súbitamente. Ambos nos levantamos de nuestros asientos sorprendidos y nos acercamos a observarla. Comencé a indagar sus pupilas; estaban muy dilatadas y oscuras, y en un segundo espantoso, la pobre chica empezó a convulsionar agresivamente.




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—¡¿Qué está pasando!? ¡¿Eso es normal?! —gritó Raúl pasmado.

—¡No lo sé! —exclamé paralizado.

—Voy a buscar al doctor.

—¡No, no hay tiempo! —le grité a Raúl—. ¡Ayúdame a sujetarla!

Forcejeamos con ella, pero era impresionantemente fuerte, ni siquiera Raúl podía contenerla. En ese momento espantoso, ella logró alzar la cabeza y liberó un grito ensordecedor que a ambos nos petrificó el corazón. Fue en ese preciso instante cuando el doctor Siniestro llegó y logró contemplar con horror la última escena.

—¿Qué carajos está pasando aquí?

CONTINUARÁ...


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PART THREE

NEUROPARASITE


After formalizing the new prototype, Dr. Alvaro Siniestro began to wander back and forth in his office before me. He seemed not to mind my presence, like those objects that adorned his then-abandoned space. After minutes of waiting and fixing my gaze on him like a faithful, expectant pet, he finally spoke.

-We must give another name to this new wonder. This phrase suggests several very significant changes to what we are going to achieve.

-Does it already have a new name? -I asked.

-Yes, it will be called Neuroparasite; I know it's not a very conventional name, but this suits it very well according to its abilities and what it is supposedly capable of doing. Tell me, Romano, are the payments to the engineers and the patents ready?

-Yes, doctor, it was finalized yesterday afternoon. I kept a low profile as you asked me to do so that the engineers would not ask questions or want to charge a higher amount than usual.

-Perfect! -exclaimed the doctor as he put his hand to his chin smiling.

-But I have a doubt, doctor, if the objective with the Neuroparasite is that it feeds on the negative anomalies of the nervous system, how do we know that it won't be interested in attacking healthy cells causing entropy in the organism?

-That is why we have been experimenting with patients, Romano, especially those with severe diseases. The Neuroparasite is programmed to enter the nervous system directly and correct any damage there. By this, I mean that it will become more attractive to the damaged synapses of a patient with chronic depression or schizophrenia until it is free of that. It is much better than an antidepressant pill, and the cure will be permanent. However, I share your doubts, so we must continue to experiment and correct mistakes. Tell Paul to bring Marta, she will be essential in this phase.

Without saying any more questions, I hurried to execute the doctor's order. I left the lab and went to the area where the most seriously mentally ill patients were held. There I found Raul, one of the nurses on duty. He was a large, stocky man with a dark complexion, arms covered with tattoos of Asian symbols, a rough, bald look, and a bushy beard. Of all the hospital staff, he was the only one that Dr. Siniestro trusted completely. He helped us transfer patients to the laboratory, even those with whom we conducted our more private experiments, outside the director's knowledge, but it was not free, because, like everyone else, Raul had a price that Dr. Siniestro did not joke about paying.

-How's it going, Raul? How's the guard?

-Hey, Romano! Everything's fine here, you know, the same as always with these crazies. Do you need someone?

-Yes, Dr. Siniestro sent me to get Marta.

-Marta, my problem child! -gasped Raul as a joke. She can be a pain in the ass, you know? Although... she just woke up from the sedative I gave her and so far I haven't heard her incoherent ramblings.

-I know, but the doctor asked for her and you know what he's like.

-I can help you with her, you know if she gets too intense. I'm not going to charge you extra, Dr. Sinestro has been very generous with me in terms of the payments he makes to me. I thought my transfer to this hospital was going to be screwed up.

-That will have to be discussed with the doctor. And now, get her out, there's no time to lose.

Marta was the youngest patient in the hospital, she was only sixteen years old and her mental state was the most serious of all. She had disorganized schizophrenia, with delusions and hallucinations that unbalanced all her senses. She always wore her head shaved, as she once tried to pull out her hair with her hands to eat it. She was extremely thin and pale; she was one of the few patients in confinement who was not taken outside to sunbathe because of her catastrophic background. Her face was always unhinged and her eyes extremely wide. It gave off a bad vibe when looking directly at her face, as it produced a discomfort that was difficult to get out of her body.

-Where are we going, Raul? -Remember I have a date with my boyfriend, the elf, in an hour. I can't be late or he'll get mad!

-Relax, child, it will only take a moment, -Raul replied. -You'll be in your room so early that you'll have time to be ready for your date.

-Oh, I hope so! He's very impatient, although he's been angry with me lately. I said mean things to him, but I didn't lie to him, he just judged me! Sometimes I wish he loved me as much as I love him, but I'm so indecisive. I hope where we're going is a nice place. I'd like to take another nap...

-Don't worry, you will, -I assured him as I smiled at him.

When we arrived at the lab, Dr. Siniestro approached Marta with an incisive look as he finished his coffee. She looked at him with those wide, fearful eyes, as if she were in front of a huge, imposing statue.

-You remind me of a horseman with horns who keeps wandering around my room,” said Marta as she timidly pointed at the doctor.

-Oh, wow, and you're afraid of him? -whispered the doctor in a dark tone.

-Not really, -answered Marta, very calmly, -I hate him, he makes so much noise! It's a good thing Raul is there to tell me a bedtime story.

-I see... -answered the doctor before standing next to the surgical table in the laboratory.

-Hey... doctor, Raul has offered to help us with Marta in case something happens, -I told him.

-He's fine! I trust Raul... Dear Marta, I have brought you to this beautiful bed so that you can take a delicious nap in it. You'll see that when you wake up you'll feel much better.

The girl smiled from ear to ear, as if she had been given the best news of her life.

-Oh, yes, I want to lie down at once! -She said anxiously, then Raul and I helped her to lie down.

-Is this going to hurt? -asked Raul in a worried tone.

-Not at all,” answered the doctor. I'll put her under anesthesia. Romano, get ready and have the Neuroparasite ready inside the injector.

-Yes, doctor.

Once we had Marta completely sedated, we proceeded with the administration of the prototype, which was done intravenously.

-Everything is ready, now we have to wait,” said the doctor before going to the kitchen for another cup of coffee.

While we were waiting for the results, Raul and I began to talk about typical, everyday things, when suddenly Marta opened her eyes. We both got up from our seats in surprise and went over to look at her. I began to probe her pupils; they were very dilated and dark, and in a frightening second, the poor girl began to convulse aggressively.

-What's going on, is that normal?! -shouted Raul, stunned.

-I don't know! -I exclaimed paralyzed.

-I'm going to get the doctor.

-No, there's no time! -I shouted to Raul, -Help me hold her down!

We struggled with her, but she was impressively strong, not even Raul could hold her back. At that dreadful moment, she managed to raise her head and let out a deafening scream that petrified both our hearts. It was at that precise moment when Dr. Siniestro arrived and was able to contemplate with horror the last scene.

-What the fuck is going on here?

TO BE CONTINUED...

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Texto traducido con Deepl | Text translated with Deepl

Posted Using InLeo Alpha

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I remember I read the second part and liked it so much I had to go to the first post I only skim reviewed for healing reasons, now I'm the first to comment hahaha. I didn't think you were going to write such a long story and you're causing a bit of an obsession in the Spooky Zone faithful. Thanks for sharing in the community, you are an example of the original idea of this humble and terrifying space...


I have picked this post on behalf of the @OurPick project! Check out our Reading Suggestions posts!

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Hi dear, I'm glad you liked my story so far. It is my pleasure that my story has been well received in your sanctuary of terror.

I'll be back with more terror and intrigue, of course, and I assign to you that this will be just the beginning.

Greetings and hellish hugs!

Oh, oh! ¿Pero que ha pasado aqui? ¿Que le paso a Marta? ¿Sera que algo realmente salio mal o hay algun plan oculto y malevolo del doctor Siniestro? Con ese nombre uno no se puede confiar 👀

A la espera de la siguiente parte... 👻

Ya verás para la próxima parte, algunas cosas se van a salir de control 😉

Oh no, do I have to wait? Ok, there will be no other option. From the first part I already sensed that something was not going to turn out well and now a neuro parasite? Oh really? I feel like in ancient times where mental patients were experimented on haha ​​we all know how this ends 😱

Ay no, tengo que esperar? Ok, no quedara de otra. Desde la primera parte ya intuía que algo no iba a salir bien y ahora ¿Un neuro parasito? ¿En serio? Me siento como en épocas antiguas donde se experimentaba con pacientes mentales jaja todos sabemos como termina esto 😱

Ahora vienen cosas más turbias, el Neuroparásito es solo el indicio de lo que se avecina 😉

Ay dios santooooo jajajaja

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