Como una de tantas madrugadas, me desperté al sentir un halón por mis pies. El niño había adoptado esa extraña costumbre de levantarse en las penumbras y despertarnos, a mi hermana y a mí.
Yo tendría quizás unos 7 años, el niño un poco más. Nos despertaba, actuaba muy extraño, se daba la vuelta, se arrodillada ante nosotras durante un rato, en silencio, luego se dirigía hacia la ventana y se quedaba mirando hacia afuera. Yo permanecía inmóvil, realmente moría de miedo. No tenía idea de porqué actuaba de esa manera.
¿Sonambulismo? Quizás.
¿Una broma? No, a pesar que el niño era muy bromista, nos dijo que no recordaba hacer eso. Solo que amanecía muy cansado y desde hace un tiempo se sentía desganado.
Comenzó a perder peso de forma preocupante, se quejaba de fuertes dolores de cabeza y puntadas en su barriga y cerca de la columna vertebral. Lo llevaron al médico, le hicieron muchos estudios y todos los análisis arrojaban resultados normales.
Los médicos no encontraban la causa de tales síntomas. La madre del niño estaba totalmente desesperada, al verlo tan flaco que sus costillas comenzaban a notarse, ojeras intensamente marcadas, desgano y sus habituales paseos nocturnos por las habitaciones a tocar a algunos habitantes de esa casa, para luego arrodillarse ante ellos en silencio...
Ahora que lo pienso, ¿su alma estaría pidiendo auxilio?
Su madre, sin saber ya que hacer, decidió llevarlo a un centro de "sanaciones espirituales" que le recomendó una amiga.
Según las percepciones del sanador, el pequeño fue víctima de un brebaje maldito que una mujer que odiaba mucho a la madre del niño le había dado para tomar venganza por algunos asuntos personales.
Cuenta la madre del niño que fueron un par de sesiones para la limpieza del cuerpo del pequeño, a través de unos rezos y una poción sanadora. Lo hicieron expulsar enormes gusanos negros que habitaban en su cuerpo junto a aguas tan fétidas como las de una cloaca.
Era increíble como el cuerpo del niño albergaba toda esa putrefacción y aún seguía sonriendo en momentos de vigilia con su cuerpo de alambre y dolores que le atormentaban.
El niño siguió en tratamiento de limpieza, tomando agua con ajo cada mañana en ayunas durante un año. Sus mejillas fueron llenándose de color, ya no interrumpía el sueño de los demás por las noches y dormía plácidamente, su cuerpo comenzó a llenarse de vida.
El día de hoy, ese niño tiene más de 40 años de vida y anda por la vida bastante vigoroso y siempre es muy bromista.
Hoy estuve viendo unas fotos familiares y recordé esta historia de la cual fui espectadora en tiempo real.
Gracias por la visita.
English
Like one of many early mornings, I woke up when I felt a tug on my feet. The boy had adopted this strange habit of getting up in the dark and waking my sister and me up.
I was maybe 7 years old, the boy a little older. He would wake us up, act very strange, turn around, kneel in front of us for a while, quietly, then go to the window and stare out. I remained motionless, I was really scared to death. I had no idea why she was acting that way.
Sleepwalking? Maybe.
A joke? No, although the boy was very joking, he told us he didn't remember doing that. Only that he woke up very tired and had been feeling listless for some time.
He began to lose weight worryingly, complained of severe headaches and stitches in his belly and near his spine. He was taken to the doctor, underwent many tests, and all the tests showed normal results.
The doctors could not find the cause of these symptoms. The boy's mother was totally desperate, seeing him so skinny that his ribs were beginning to show, dark circles under his eyes, listlessness and his usual nocturnal walks through the rooms to touch some inhabitants of that house, and then kneel before them in silence....
Now that I think about it, would his soul be asking for help?
His mother, no longer knowing what to do, decided to take him to a "spiritual healing" center recommended by a friend.
According to the healer's perceptions, the little boy was the victim of a cursed concoction that a woman who hated the boy's mother very much had given her to take revenge for some personal matters.
The boy's mother says that it took a couple of sessions to cleanse the little boy's body, through prayers and a healing potion. They made him expel huge black worms that lived in his body along with water as fetid as that of a sewer.
It was amazing how the boy's body harbored all that putrefaction and he was still smiling in his waking moments with his wiry body and tormenting pains.
The boy continued his cleansing treatment, drinking garlic water every morning on an empty stomach for a year. His cheeks were filling with color, he no longer interrupted the sleep of others at night and he slept peacefully, his body began to fill with life.
Today, that boy is over 40 years old and is going through life quite vigorous and always a joker.
Today I was looking at some family photos and remembered this story of which I was a spectator in real time.