Imagen de mi propiedad, realizada a mano alzada con lápiz de grafito y editada en Enhancer para resaltar los trazos.
Todo demonio tiene su debilidad y Lucifer no es la excepción y sin esperarlo cae en su misma trampa.
Con el afán de gobernar completamente el mundo aprovechó un tiempo donde la tierra permanecía en paz y los ángeles de Dios estaban descansando para reunir a todos los demonios y ponerlos a su servicio.
Tenía bien controlado el mundo y conocía las debilidades que en él existen, el adulterio y la fornicacion además de la desobediencia eran sus predilectas y no escapaban de las principales perdición del hombre.
Lucifer se daba todos los lujos y placeres existentes sin hacer el mínimo esfuerzo, tenía a todos sometidos a sus antojos.
Los demonios varones los reclutado para el trabajo más sucio, eran los que masacrados y saquearon a los más poderosos ricos de la tierra, sus lujos y riquezas los llevaban a la perdición y sin duda era la puerta de entrada.
Las hembras, las convertía en hermosas mujeres con cuerpos esculturales y espectaculares difícilmente de rechazar por su belleza, a estas las utilizaba para acabar con los millonarios que con su inmenso poder estaban altamente protegidos.
Es sabía que los hombres humanos eran incapaces de resistirse a la tentación de tener sexo con una bella mujer, lo que no sabían que esas preciosas mujeres carecían de corazón y sentimientos, ya que el Demonio se encargaba de no darles corazón para evitar que se dejarán llevar de sus instintos.
Como Diablo al fin y gobernador absoluto de las tinieblas, no era excento del egocentrismo de los placeres y le gustaba estar rodeado de más de dos mujeres, pero estas eran humanas que le obedecían ciegamente.
En una de sus pérfidas fiestas terminó borracho y drogado hasta la médula, se montó en su lujoso auto con tres de sus mujeres y sin percatarse atropelló a alguien en la carretera.
Al bajarse entre tumbos se dió cuenta que era una joven muchacha de tez muy blanca y fina, con cabellos dorados, no tenía señas de signos vitales por lo que estaba fallecida.
La belleza de la jóven cautivó su curiosidad y decidió llevarla a su ostentosa morada. Al llegar le dio el cuerpo a uno de sus sirvientes incondicionales para que la llevara a su recámara mientras él veía que todo en su palacio estaba en orden, la orgía estaba en su punto máximo, sus demonios disfrutaban de sus placeres inimaginables.
Viendo que todo funcionaba bien se dirigió a sus aposentos donde descansaba el cuerpo de la jóven muchacha, retiró su ropa sucia por el pavimento y contemplo cada mínimo detalle de su perfecto e inofensivo cuerpo.
Se dió cuenta que el cuerpo carecía de ombligo, lo que llamó su atención y lo puso en alerta, sólo los recipientes de Dios destinados a ser ángeles celestiales carecían de ombligo, eran personas inocentes que perdían sus vidas y su alma ascendía al reino de Dios para otorgarle vida eterna en el juicio final.
La belleza de la jóven lo había cultivado como nunca antes, el solo tenía contacto físico con mujeres humanas, le llegó a la mente que tenía un armario con almas de los demonios ancestrales de su linaje.
Abrió el armario y escogió al azar el frasco más pequeño, pensó que nunca nadie había hecho semejante cosa pero el no iba a desaprovechar la oportunidad que tenía al poseer un contenedor con tan extraña belleza, al fin y al cabo era el Demonio.
Vertió el contenido del frasco en la boca de la jóven sin vida, al instante el cuerpo emitió un suspiro gigante como de alguien que hubiese estado sumergido en el agua por mucho tiempo, abrió sus grandes ojos azules y luego se desmayó.
Lucifer se quedó pasmado nunca antes había visto ojos tan azules y profundos, sintió que su corazón se agitó pero enseguida se compuso cuando vio que la joven había recobrado los sentidos.
Continuará.....