Después de pasar varios días sin escribir ni publicar en #Hive por razones personales, hoy me dispuse a hacerlo con este homenaje a mi adorado Charlie, con toda la intención de expresar a través de este texto todo mi sentir y eterno agradecimiento por haber tenido la fortuna de conocer y convivir con este fabuloso perro.
Charlie fue un hermoso perro de la raza golden retriever. Aproximadamente contaba con unos 11 años de edad cuando una mañana del 17 de marzo de 2019 fue rescatado por mi hijo mayor, casualmente el mismo día de mi cumpleaños. Apareció en la puerta de su casa, con una dulce sonrisa, a pesar de estar en un total estado de abandono, sucio, sediento, desnutrido e infectado de pulgas y garrapatas. Era tan noble, que parecía no darse cuenta del estado en que se encontraba, solo buscaba y daba amor.
Después de acariciarlo, darle agua y comida, mi hijo llevó el perro al veterinario donde lo examinaron, asearon, desinfectaron, le cortaron las uñas, en fin le hicieron todo su mantenimiento sanitario, dejándolo como nuevo. Después de esto, procedió a publicar un aviso en las redes sociales, así como colocar fotos del perro en varios sitios estratégicos de su urbanización, con la esperanza de que apareciera su dueño, pero como ya se podrán imaginar, no hubo quien lo reclamara. Así fue como el perro se quedó con mi hijo y este le puso el nombre de Charlie.
Al correr el tiempo, un 31 de diciembre, aproximadamente un año y ocho meses después de haber sido rescatado, mi hijo me dijo que por razones de trabajo debía hacer algunos viajes y por lo tanto no podría tener más a Charlie que con todo el dolor de su alma, no le quedaba otro remedio que ofrecerlo en adopción, a menos que si yo aceptaba me lo daría a mí y él seguiría encargado de su alimentación, mantenimiento y control veterinario.
Así fue como Charlie se vino a vivir conmigo. Jamás imaginé lo que este perro significaría en mi vida y en la de mi familia. Era un perro cariñoso, educado, dueño de una indescriptible dulzura, transmitía mucha paz y amor. Siempre estaba muy feliz, lo único que apagaba esa felicidad era que no podía quedarse solo. Mi hijo decía que esto era porque Charlie había quedado manifestando síndrome de abandono y por eso cuando se sentía solo, se ponía a llorar. Afortunadamente, en mi casa siempre estaba acompañado, pues nosotros somos muchos y en la casa siempre hay gente. Aunque de todas maneras teníamos especial cuidado con esta situación, garantizando que por ningún motivo Charlie pasara por un mal rato.
Rápidamente, Charlie se ganó el cariño de todos en la casa y hasta de los vecinos. Siempre contento, dormía mucho, le gustaba echarse en el suelo atravesado en los pasillos y cerca de las puertas por lo cual tuvimos que acostumbrarnos a tener cuidado para no tropezarlo. Disfrutaba mucho de las fiestas, compartir con los amigos de mis hijos. En la calle todo el mundo tenía que ver con él, pues se encargaba de saludar a cada persona que se encontraba en el camino. Uno de sus mayores placeres era que lo sacaran a pasear, en uno de esos paseo un día conoció a una niña que había sido atacada por un golden, por lo cual había quedado traumatizada, al punto de no poder acercarse a ningún perro, pues le daba terror. Milagrosamente Charlie con su cara angelical y dulzura, logró romper con ese temor de la niña y gracias a él, ella pudo superar su trauma.
Cuando alguien llegaba a la casa, era el primero en salir a saludar, así fuera un extraño. Esto nos daba mucha risa y decíamos ¡Tremendo guardián que nos gastamos! Un día vino a visitarnos una sobrinita , después de pasar un rato con Charlie nos llamó la atención que dijera:
- ¡Qué perro tan raro, no le gusta jugar, él solo quiere amor!
Porque Charlie era así, era puro amor y despreocupación. Era nuestro ejemplo a seguir.
El pasado día del Padre, después de haber tenido un bonito día familiar, inesperadamente Charlie se nos fue. De pronto nos dimos cuenta que se estaba sintiendo mal, lo acostamos, lo estuvimos acariciando, hablando con cariño, así con el calor de toda la familia a su alrededor se quedó dormido para siempre. A pesar de lo triste, fue un momento muy sublime.
Desde entonces lo extrañamos inmensamente aunque contradictoriamente sentimos que no se ha ido, pues su manera de ser, su sonrisa y amor quedó impregnado por todos los rincones de nuestra casa y de nuestros corazones. Conscientes de la misión que él cumplió en nuestra vida, nos dejó más unidos, comprensivos y amorosos.
English
After spending several days without writing or publishing in #Hive for personal reasons, today I decided to do it with this tribute to my beloved Charlie, with the intention of expressing through this text all my feelings and eternal gratitude for having had the fortune of knowing and living with this fabulous dog.
Charlie was a beautiful golden retriever. He was approximately 11 years old when one morning on March 17, 2019 he was rescued by my oldest son, coincidentally the same day as my birthday. He showed up on their doorstep, with a sweet smile, despite being in a total state of neglect, dirty, thirsty, malnourished and infected with fleas and ticks. He was so noble, he didn't seem to realize the state he was in, he only looked for and gave love.
After petting him, giving him water and food, my son took the dog to the vet where he was examined, groomed, disinfected, had his nails clipped, in short, had all his sanitary maintenance done, leaving him as good as new. After this, he proceeded to post a notice on social networks, as well as placing photos of the dog in several strategic places in his urbanization, in the hope that its owner would show up, but as you can imagine, there was no one to claim it. That is how the dog stayed with my son and he named him Charlie.
As time went by, on December 31st, approximately one year and eight months after being rescued, my son told me that for work reasons he had to make some trips and therefore he could not have Charlie anymore and with all the pain of his soul, he had no other choice but to offer him for adoption, unless I accepted, he would give him to me and he would continue to be in charge of his feeding, maintenance and veterinary control.
That is how Charlie came to live with me. I never imagined what this dog would mean in my life and in my family's life. He was an affectionate, polite dog, owner of an indescribable sweetness, he transmitted a lot of peace and love. He was always very happy, the only thing that dampened that happiness was that he could not be left alone. My son said that this was because Charlie had manifested abandonment syndrome and that is why when he felt lonely, he started to cry. Fortunately, in my house he was always accompanied, because there are many of us and there are always people in the house. However, we were very careful with this situation, making sure that Charlie did not have a bad time for any reason.
Charlie quickly won the affection of everyone in the house and even the neighbors. He was always happy, slept a lot, liked to lie on the floor in the hallways and near the doors, so we had to be careful not to trip him. He enjoyed parties a lot, sharing with my children's friends. On the street everyone had to see him, as he would greet everyone he met along the way. One of his greatest pleasures was to be taken for a walk, in one of those walks one day he met a girl who had been attacked by a golden, so she had been traumatized, to the point of not being able to approach any dog, because she was terrified of them. Miraculously Charlie, with his angelic face and sweetness, managed to break the girl's fear and thanks to him, she was able to overcome her trauma.
When someone came to the house, he was the first one to greet him/her, even if it was a stranger. This gave us a lot of laughter and we used to say what a guardian we had! One day a little niece came to visit us, and after spending some time with Charlie, she called our attention when she said:
- What a strange dog, he doesn't like to play, he only wants love!
Because Charlie was like that, he was pure love and carefree. He was our role model.
Last Father's Day, after having had a nice family day, Charlie unexpectedly left us. Suddenly we realized that he was feeling bad, we put him to bed, we were caressing him, talking with love, and with the warmth of the whole family around him he fell asleep forever. In spite of the sadness, it was a very sublime moment.
Since then we miss him immensely, although contradictorily we feel that he has not gone away, because his way of being, his smile and love remained impregnated in every corner of our house and our hearts. Aware of the mission he fulfilled in our lives, he left us more united, understanding and loving.
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