Antes de la pandemia y en secreto , se deliberaba, entre madre e hija, traer una mascota a nuestro hogar.
Promesas de hija
-yo la paseo , la atiendo , le doy de comer, dale ma, busquemos un perrito.
Y bueno su trabajo de conviccion, fue dando frutos, paso siguiente fue la decisión de que tipo de perro , si grande o chico. Una vez todo consensuado , elegimos el nombre, Nina.
Nina , vino de Lanus , muy chiquitita ,apenas 90 dias, ya en el auto camino a casa, hizo su primer pis, todo encima de Valentina.
Una vez en casa , se adapto rapidamente a los movimientos de la familia, a medida que pasaban los dias iba eligiendo afinidades, asi fue como Paula fue su preferida , tambien quien mas la atendia.
Pasaron muchas travesuras , fue creciendo y se hizo querer por todos los integrantes de la familia.
Ya tiene 2 años , no nos imaginamos nunca que tenia tanto cariño para dar, recibe a cada integrante como si fuera la ultima vez que llega a la casa y disfruta de tenernos a todos cerca.
Hoy conociéndola, hubieramos decidido mucho mas rapido tenerla y no habriamos deliberado tanto.