El futuro de Idlib, una provincia agrícola en el noroeste de Siria, permanece en misterio tras el reciente cambio de política exterior turca. Al parecer, los servicios de inteligencia franceses habrían proporcionado información a Mohamed al-Golani, líder de la rama de Al Qaeda en Siria, conocida anteriormente como Jibhat al-Nusra y ahora como Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Según los informes, existen miembros y líderes de los combatientes de Jolani que están cooperando y proporcionando información a los militares rusos y sirios sobre Idlib. Esta información habría llevado a Jolani a arrestar a más de 300 líderes y combatientes de HTS, así como miembros de la administración de Idlib. En los últimos días, Jolani ha ejecutado a decenas de personas sin procedimientos legales.
Este accionar de Jolani es una respuesta a los recientes ataques aéreos selectivos rusos y sirios sobre almacenes y posiciones de HTS, que han causado numerosas bajas entre el grupo terrorista.
La última reunión en Astaná no logró encontrar una solución al conflicto político en Siria. Las batallas se han reanudado entre el Ejército Árabe Sirio y Rusia, por un lado, y los terroristas islamistas radicales respaldados por Estados Unidos en el noroeste de Siria, por otro lado.
La relación entre Siria y Rusia se remonta a décadas atrás. Durante la guerra en Siria, el apoyo ruso se vio solo como una fuerza política en la ONU, pero en septiembre de 2015, Jibhat al-Nusra controlaba una vasta área en Siria, y el gobierno solicitó ayuda militar a Moscú.
Sin embargo, con la reciente reversión completa de la política exterior turca, el futuro de Idlib sigue siendo incierto. ¿Cómo afectará este cambio a la dinámica en Idlib y qué consecuencias traerá para la ya compleja situación en la región? Este es un asunto que merece nuestra atención y seguimiento.