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Being God's reflection as a merciful person can be difficult to put into practice, but living with resentment and anger is far worse.
29 Let no corrupting word proceed out of your mouth, but only what is good for necessary edification, that it may impart grace to those who hear. 30 And do not grieve the Holy Spirit of God, by whom you were sealed for the day of redemption. 31 Let all bitterness, wrath, anger, clamor, and evil speaking be put away from you, with all malice. 32 But be kind to one another, tenderhearted, forgiving one another, just as God in Christ forgave you.
Ephesians 4:29-32
Showing mercy to those who have caused us some kind of harm is something that is not usual, that is to say: it is not natural, it is normal that we get angry with them and have resentment on many occasions, but God commands us to be merciful. As we have received God's mercy and abundant grace, we too must practice a merciful lifestyle of forgiveness.
Be therefore merciful, as your Father is merciful.
Luke 6:36
The great question is: why don't we put this lifestyle into practice? There are many times when there is a stone in the middle and it is called pride, we get angry when someone attacks us with something, such as disrespecting us or simply ignoring us. I am sure that at some point in your life you also went through a situation in which you were treated unfairly and were very hurt, we fill our minds with thoughts of suffering and we get caught up in it, we lose sight of the possibility of forgiveness.
All this generates resentment and brings with it negative consequences generally everything we do not want such as broken relationships, ties, emotional and physical problems and even indifference with the Lord. The longer we remain in that suffering, the more we do not eat anger and resentment, all this affects our relationship with ourselves and with the people around us, it also affects our communion with God, but not on the part of God towards us.
Forgiving is a simple act but we as human beings and according to our sinful nature find it very difficult. Even so, and with more reasons, nothing is justifiable to deny mercy to different people even to those who have harmed us or done us wrong. God calls us and motivates us to forgive just as he forgives us when we were enemies and let us always remember that with the help of his Holy Spirit we will be able to do it and have the habit of carrying it out.
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Ser el reflejo de Dios como una persona misericordiosa puede ser algo difícil de llevar a la práctica, pero mucho peor es vivir con resentimiento e ira.
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:29-32
Mostrar misericordia a aquellas personas quienes nos han causado algún tipo de daño es algo que no es usual, es decir: no es natural, lo normal es que con ellos nos enojemos y tengamos resentimiento en muchas ocasiones, pero Dios nos manda a que seamos misericordiosos. Como nosotros hemos recibido la misericordia de Dios y la gracia abundante, nosotros también debemos practicar un estilo de vida misericordioso de perdón.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Lucas 6:36
Gran pregunta es: ¿por qué no llevamos en práctica este estilo de vida?. Hay muchas veces que hay una piedra en medio y se llama orgullo, nos enojamos cuando alguien arremete algo en contra nuestra como por ejemplo nos falte el respeto o simplemente nos ignora. Estoy seguro que en algún momento de tu vida también atravesaste una situación en la que fuiste tratado de forma injusta y resultaste muy lastimado, llenamos nuestra mente de pensamientos de sufrimiento y nos quedamos atrapados en él, perdemos de vista la posibilidad de perdonar.
Todo esto genera rencor y trae consigo consecuencias negativas generalmente todo lo que no deseamos como relaciones rotas, ataduras, problemas emocionales, físicos y hasta indiferencia con el Señor. Cuanto más tiempo permanecemos en ese sufrimiento, mas no cenamos de ira y de rencor, todo esto afecta nuestra relación con nosotros mismos y con las personas de nuestro entorno, también afecta nuestra comunión con Dios no así de parte de Dios hacia nosotros.
Perdonar es un acto sencillo pero nosotros como ser humanos y conforme a nuestra naturaleza pecaminosa nos resulta muy difícil. Aún así y con más motivos nada es justificativo para negar la misericordia a diferentes personas aún para quienes nos han dañado o nos han hecho mal. Dios nos llama y nos motiva a perdonar así como él nos perdona nosotros cuando éramos enemigo y recordemos siempre que con la ayuda de su espíritu Santo podremos hacerlo y tener el hábito de llevarlo a cabo.
Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.
