Greetings, Silver Bloggers friends, wishing you a 2025 full of vital energy to enjoy this beautiful life with enthusiasm and joy. Happy New Year!

Giving continuity to this beautiful work of collecting my memories, convened by friend @ericvancewalton, we start the year with a topic related to money What is one of the most expensive things that you've ever bought?, whose question invites us to look at that history of achievements that we have built over time. Here's my experience.

What's one of the most expensive things I've ever bought? I really don't have to think about it much: My house and the vehicles I have purchased are the two most valuable things I have bought in my life. Being my house the most significant thing, I will talk about it.

When I was 25 years old, already with my child and divorced, I thought about buying a house. In those years the economy of my country was quite stable and prosperous to the point that, with my salary as a teacher, I could afford to think about the possibility of putting down the down payment to buy an apartment.

With this idea in mind, I started to look for the best options I could have and with which I could commit myself. However, I had another option, as I have told you on several occasions, my mother had bought a large piece of land and her big dream was to give a piece to each son so that they could build their home on it.

It was an option that did not appeal to me, that of construction, for several reasons, the two most important were: I wanted an independent life: I wanted an independent life, I didn't know to what extent my mother could respect the decisions I made, “in my house” and how that life would be in a unique place with all my siblings around, we called it the village.

The second aspect that paralyzed me was the time it would require to do such a construction, I saw it so far away and uphill that really when I thought about it I was terrified. I look back and definitely, I have always liked what is practical, what is easier and if you will, what is immediate.

The idea of the apartment was much more attractive to me, I had the money to make the down payment and my accounts were in order to pay the monthly installments of the loan for 20 years. I had found this apartment in a new residential complex, it was brand new, and it was located in a very central area of the city.

When my mother knew of my intentions she sat me down to talk to me and always so clear in her expression and vision, she told me: -Mary, don't get into an apartment, that is a debt for life because, even when you finish paying it, you will always have a condominium payment, maintenance, not of your apartment but of the whole complex. You have a lot, you can build little by little and expand the house to your liking.

We talked about my fear that she would not respect my spaces and she assured me that she would know how to do it, although there were times when she did not comply fully, but in general she respected her word.

So I decided to build, it was something really exciting: I “designed” my house to my taste, as the land she gave me was not so big, and I like spaces that give the feeling of spaciousness and open I decided to make a single environment in what was living room, kitchen and dining room differentiated only by the objects that I would place in them, the truth is that almost forty years later I still like it as it was.

Over time, my husband and I continued to create new spaces: we made a living room that first was for a recreation area, there we had: television, music, table to play; then it became a commercial space, in it, we started as formal entrepreneurs, we set up a cyber, and today it is our cozy and messy place of work.

On this annex, we built a studio apartment, thinking of our daughter. One of the boys lived there with his partner before emigrating, my daughter emigrated, and today it is a space to host visitors or my husband who from time to time likes to go upstairs to get away from the world (read wife, ha, ha, ha) to read, listen to music or podcast.

Our house is the most expensive thing I have ever purchased, but it is also the best decision I have ever made in my life, this is where our children were raised, this is where we have our home.

En Español

Mi bien más costoso

Saludos amigos Silver Bloggers, deseando que tengan un 2025 lleno de energía vital para disfrutar esta vida bella con entusiasmo y alegría. ¡Feliz Año Nuevo!

Dándole continuidad a este hermoso trabajo de recoger mis memorias, convocado por el amigo @ericvancewalton, iniciamos el año con un tema relacionado con el dinero What is one of the most expensive things that you’ve ever bought?, cuya pregunta nos invita a mirar esa historia de logros que hemos construido con el paso del tiempo. Aquí me vivencia.

¿Cuál es una de las cosas más caras que he comprado? Realmente no tengo que pensarlo mucho: Mi casa y los vehículos que he adquirido, son las dos cosas de más valor económico que he comprado a lo largo de mi vida. Siendo mi casa lo más significativo hablaré de ella.

Cuando tenía 25 años, ya con mi niño y divorciada, me plateé comprar una vivienda. En esos años la economía de mi país era bastante estable y próspera a tal punto que, con mi sueldo de docente, podía permitirme pensar en la posibilidad de dar la inicial para comprar un apartamento.

Con esta idea en la cabeza me dediqué a buscar las mejores opciones que podía tener y con las cuales podía comprometerme. Sin embargo, tenía otra opción, como en varias oportunidades les he contado, mi mamá había comprado un terreno grande y su gran sueño era darle un trozo a cada hijo para que construyeran su vivienda en él.

Era una opción que no me atraía, eso de la construcción, por varias razones, las dos más importantes eran: Quería una vida independiente, no sabía hasta qué punto mi mamá podría respetar las decisiones que yo tomara, “en mi casa” y como sería esa vida en un lugar único con todos mis hermanos alrededor, lo llamábamos la aldea.

El segundo aspecto que me paralizaba era el tiempo que requeriría para hacer dicha construcción, lo veía tan lejano y cuesta arriba que realmente cuando lo pensaba me aterraba. Miro hacia atrás y definitivamente, siempre me ha gustado lo práctico, lo que resulta más fácil y si se quiere, lo inmediato.

La idea del apartamento me resultaba mucho más atractiva, tenía el dinero para dar la inicial y mis cuentas cuadraban para pagar las cuotas mensuales del crédito por 20 años. Había encontrado este apartamento en un conjunto residencial nuevo, era a estrenar y estaba ubicado en una zona muy céntrica de la ciudad.

Cuando mi mamá supo de mis intenciones me sentó para que hablásemos y siempre tan clara en su expresión y visión, me dijo: —Mary, no te metas en un apartamento, eso es una deuda para toda la vida porque, aun cuando lo termines de pagar, siempre tendrás un pago condominio, de mantenimiento, no de tu apartamento sino de todo el conjunto. Tienes un terreno, puedes ir construyendo poco a poco e ir ampliando la casa a tu gusto.

Hablamos de mi temor a que ella no respetara mis espacios y me aseguró que sabría hacerlo, cuestión que hubo momentos en que no lo cumplió a cabalidad, pero en línea general respetó su palabra.

Así que me decidí por la construcción, fue algo realmente apasionante: “diseñé” mi casa a mi gusto. Como el terreno que me cedió no era tan grande y me gustan los espacios que den la sensación de amplitud y abiertos decidí hacer un solo ambiente en lo que era sala, cocina y comedor diferenciado solos por los objetos que colocaría en ellos, la verdad es que casi cuarenta años después me sigue gustando tal como quedó.

Con el tiempo, mi esposo y yo seguimos creando nuevos espacios: hicimos un salón que primeramente fue para un área de esparcimiento, allí teníamos: televisión, música, mesa para jugar; luego pasó a ser un local comercial, en él nos iniciamos como emprendedores formales, montamos un cyber y hoy en día es nuestro acogedor y desordenado lugar de trabajo.

Sobre este anexo, construimos un apartamento tipo estudio, pensando en nuestra hija. Allí vivió uno de los varones con su pareja antes de emigrar, mi hija emigró y hoy en día es un espacio para acoger visitantes o mi esposo que de vez en cuando le gusta subir para apartarse del mundo (léase esposa, Ja,ja,ja) leer, escuchar música o potcats.

Nuestra casa es lo más costoso que he adquirido, pero también implica la mejor decisión que he tomado en mi vida, aquí se criaron nuestros hijos, aquí tenemos nuestro hogar.