English
Looking out to sea
That is the best way I can describe one of the towns I visit most often for work and pleasure, Castro Urdiales.
It is a town located on the shores of the Cantabrian Sea with a seafaring tradition dating back to ancient times when even whales were hunted in this sea.
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It is a village with deep-rooted jobs such as weaving fishing nets or selling fish from house to house as was done in the past by the fishwives.
It is a beautiful village where the small boats of the fishermen mingle with the small pleasure boats of some of the local residents.
The marina and fishing port are sheltered by a long breakwater that protects the village from the fierce Cantabrian Sea.
The breakwater is a place where the locals and visitors alike go for a stroll.
It is a unique place from which one has a special perspective of two of themost visited places in the village, the church and the castle-lighthouse.
The church of Santa María de la Asunción, in a marked Gothic style, is one of the most beautiful on the Cantabrian coast. It is not considered a cathedral because it has not been assigned a bishop, but it is a jewel located on a cliff.
Many centuries ago there was another church located right next to it, but today only a few ruins remain. This was the church of San Pedro.
And right next to it an ancient castle, which is now a lighthouse.
This lighthouse is the perfect vantage point from which to get a unique and unbeatable view of the village, the fishing port with its small boats and the breakwater.
Although the perspective of these two feathered friends who wanted to pose in my photos was a real eye-catcher.
But writing this post I was getting late, it was almost getting dark and I had not yet gone to the cliffs to see another part of the village where there are some beaches and other cliffs where the sea breaks with force.
But so much walking around the town made me hungry and there is no better place in Castro Urdiales than near the town hall square.
There you will find the Restaurante Marinero, a luxury, with fish dishes like this grilled monkfish accompanied by a white wine.
Or if you don't want to spend a lot of money, another very good option is to eat some grilled baby squid at the restaurant La Cierbanata.
And if we eat a lot, walking at night is a good option along the Ocharan-Mazas promenade.
Best regards.
Español
Mirando a la mar
Esa es la mejor forma que puedo describir uno de los pueblos que más visito por motivos laborales y placer que es Castro Urdiales.
Es un pueblo situado a la orilla del mar Cantábrico con una tradición marinera desde épocas muy lejanas en las que se cazaban incluso ballenas en este mar.
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Un pueblo con arraigados trabajos como tejer redes de pesca o hacer la venta de pescado casa a casa como se hacía antiguamente por las pescaderas.
Es un pueblo hermoso donde los pequeños botes de los pescadores se mezclan con los pequeños barcos de recreo de algunos de los vecinos de la localidad.
Puerto deportivo y puerto pesquero que están a resguardo de un largo espigón que protege al pueblo del feroz mar cantabrico.
Espigon que es lugar de paseo de los lugareños y tambien de los visitantes.
Lugar unico desde el que uno tiene una prespectiva especial de dos de los lugares más visitados del pueblo que es su iglesia y su castillo-faro.
La iglesia de Santa María de la Asunción, de marcado estilo gótico, es una de las más hermosas de la cornisa cantábrica. No tiene la consideración de catedral por no tener asignado obispo, pero es una joya localizada sobre un acantilado.
Antiguamente hace muchos siglos había otra iglesia localizada justamente al lado, pero hoy solo quedan algunas ruinas. Esta era la iglesia de San Pedro.
Y justo al lado un antiguo castillo, que en la actualidad es un faro.
Faro que sirve de mirador perfecto para tener una perspectiva única e inmejorable del pueblo, el puerto pesquero con sus pequeñas barcas y del espigón.
Aunque para perspectiva la de estas dos amigas con plumas que querían posar en mis fotos.
Pero escribiendo el post se me estaba haciendo tarde, casi anocheciendo y no había ido aún hasta los acantilados para ver otra parte del pueblo donde existen algunas playas y otros acantilados donde el mar rompe con fuerza.
Pero tanto caminar por el pueblo hizo que me entrase hambre y no hay mejor sitio en Castro Urdiales que ir cerca de la plaza del ayuntamiento.
Allí está el Restaurante Marinero, un lujo, sus platos de pescado como este rape a la plancha acompañado con un vino blanco.
O si no queremos gastarnos mucho dinero, otra opción muy buena es comerse unos chipirones a la plancha en el restaurante La Cierbanata.
Y si comemos muchos caminar por la noche es una buena opción por el paseo Ocharan-Mazas.
Un saludo.