Negotiate, this word has several meanings depending on the context in which it is applied, for example, we can talk about negotiating referring to trade, buying and selling different products or services, but we can also talk about negotiating referring to a process by which the parties seek to reach an agreement in which both feel comfortable or agree.
Now, whichever way you look at it, negotiating is an art. I am more familiar with negotiating as a process to reach an agreement, first because as a mother I had to do it when my son was a teenager and I have also experienced it as a lawyer.
I remember that when my son was about 14 or 15 years old, he was already in high school, so he insisted on attending some evening parties near his place of studies, obviously not attending classes, I discovered it thanks to the fact that one day I went to look for him and he was not in class, when I left the high school one of his classmates told me where he was.
As expected, that brought some confrontations, because I was strongly opposed to him continuing to attend these parties, but when I told a friend about what happened, her advice was that, without diminishing authority, I should negotiate that this would be better.
So I did, allowing her to attend only on days when she got out of school early and had to be home by a certain time, or else I would not allow her to attend again. Logically, I continued to warn him of the dangers he was exposing himself to by attending those parties and in the end, on his own, he stopped attending them, but the negotiation was effective, as he would inform me where he would be, and he would return at the appointed time without fail.
On the other hand, on more than one occasion, I have had to negotiate as a lawyer in the different tasks assigned to me, for example when some kind of information is requested to an office, for which there is a stipulated time, a deadline can be negotiated if they manage to advance some of the information to move forward in the assigned task, while they collect the remaining information.
Similarly, when I have lived some work situations I have had to negotiate to obtain results in which the parties are satisfied, but this is not always achieved, and the truth is one thing to negotiate for third parties where there is no more than an interest to support who you represent than to do it thinking about you.
The reason is that when one is a party or the one directly affected, emotions are running high and you can lose your temper, say things you should not or see things where there are not, I have lived it, but I have also managed on other occasions to be cooler, more astute and intelligent to reach an agreement that allows me to benefit and happy and the other party the same.
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But it is good to remember that this is not always achieved, especially in situations such as when your boss wants you to do something that could harm you at work, there are two options to ask for it in writing or do it, we could also refuse and pass to our boss a statement of reasons where we state why we refuse to do it and perhaps make it reach the superior of our immediate boss.
In cases like the above, we are already talking about taking big risks within an organization and not everyone is mentally and psychologically prepared to face what comes with this type of problems.
In conclusion, negotiating is an art and not everyone is prepared for it, maybe for some it is easy, for others maybe, and some will be able to learn to negotiate and others will look for someone to do it for them, in the cases in which it is possible because there will be moments in which only we will be able to face the reality that surrounds us, whatever it is.
I am leaving for today, leaving here my participation in the topic proposed for December 05th of Monthly Prompts | December INLEO
Ahora bien, se vea desde el punto de vista que se vea, negociar es un arte. Yo me familiarizo más con el negociar como un proceso para llegar a un acuerdo, primero porque como madre me tocó hacerlo en la fase de adolescencia de mi hijo y también lo he vivido como abogada.
Recuerdo que cuando mi hijo tenía unos 14 o 15 años, ya estaba en secundaria, así que se empeñó en asistir a unas fiestas vespertinas cerca de su lugar de estudios, obviamente dejando de asistir a clases, yo lo descubrí gracias a que un día lo fui a buscar y no estaba en clases, al salir del liceo uno de sus compañeros me lo dijo donde se encontraba.
Como era de esperarse, eso trajo algunos enfrentamientos, pues yo me opuse rotundamente a que siguiera asistiendo a estas fiestas, pero cuando le comenté lo ocurrido a una amiga, su consejo fue que, sin disminuir autoridad, negociara que esto resultaría mejor.
Así que lo hice, le permití asistir solo los días que saliera temprano de clases y debía regresar a casa a cierta hora, o de lo contrario no le permitiría volver a asistir. Lógicamente, continúe advirtiendo de los peligros a los que se exponía al asistir a esas fiestas y al final, por cuenta propia, dejó de asistir a ellas, pero el negociar fue efectivo, pues él me informaba dónde estaría, y regresaba a la hora que se había indicado sin falta.
Por otra parte, en más de una oportunidad, he tenido que negociar como abogada en las diferentes labores que se me asignan, por ejemplo cuando se solicita algún tipo de información a una oficina, para lo cual existe un tiempo estipulado, se puede negociar un plazo si logran adelantar parte de la información para ir avanzando en la tarea asignada, mientras ellos recaban la información restante.
De igual manera cuando he vivido algunas situaciones laborales me ha tocado negociar para obtener resultados en los que las partes queden satisfechas, pero esto no siempre se logra, y la verdad una cosa es negociar para terceros donde no hay más que un interés por apoyar a quien representas que hacerlo pensando en ti.
La razón es que cuando uno es parte o el afectado directo las emociones están a flor de piel y uno puede perder los estribos decir cosas que no debe o ver cosas donde no las hay, lo he vivido, pero también he logrado en otras oportunidades digamos que ser más fría, astuta e inteligente para llegar a un acuerdo que me permita salir beneficiada y feliz y a la otra parte igual.
Pero es bueno recordar que esto no siempre se logra, sobre todo en situaciones como por ejemplo cuando tu jefe desea que hagas algo que podría perjudicarte laboralmente, allí hay dos opciones pedirlo por escrito o hacerlo, también podríamos negarnos y pasar a nuestro jefe una exposición de motivos donde manifestemos porque nos negamos a ello y tal vez hacerlo llegar al superior de nuestro jefe inmediato.
En casos como el anterior, ya estamos hablando de tomar riesgos grandes dentro de una organización y no todos están preparados mental y psicológicamente para enfrentar lo que viene con este tipo de problemas.
En conclusión, el negociar es un arte y no todos están preparados para ello, tal vez para algunos sea fácil para otros tal vez y algunos podrán a aprender a negociar y otros buscarán quien lo haga por ellos, en los casos en los que se pueda porque habrá momentos en los que solo nosotros podremos afrontar la realidad que nos rodea, sea la que sea.
Me retiro por hoy, dejando por acá mi participación en el tema propuesto para el día 05 de diciembre de Monthly Prompts | diciembre INLEO
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