Los días pasan muy lentos.
Mi refrigerador está vacío otra vez, y mi madre solo me llama para preguntar por sus sábanas.
"Mamá, ya estoy grande y soy alguien independiente", es lo que le quisiera decir, pero este sueldo no me ayuda ni a llegar a fin de mes.
Otra vez tengo que comer esta sopa instantánea, lo bueno es que siempre sabe bien, "¡Alabado sea Fideos Fácil!".
Ayer, el patrón me dijo que puedo hacer horas extras. Con el dinero extra, al fin podré comprarme un colchón y no tendré más las plumas frías.
"Achuuuu...", sí que está fuerte el frío estos días, qué bueno que mamá aún no viene.
Aunque todo esté mal, es mejor que estar escuchando reclamos todo el día. "Soy independiente", exclamó el pollo.