Dime si valió la pena, el tiempo, el llanto.
Dime si fue suficiente para ti, ahora que estaré lejos.
Ahora que el silencio te acompaña, y ya no hay a quien echarle la culpa, quiero que me digas si ya por fin desaparecieron tus problemas. Dime si el frío de la noche no te hace pensar en mis abrazos.
Yo, por mi parte, vivo cada segundo con el dolor cargado a cuestas. No he podido olvidarte, ni olvidar tus palabras hirientes, no he podido desprenderme del sabor amargo de tu traición.
¿Qué estaba mal entre nosotros dos que no se pudiese solucionar antes?
A veces quisiera volver el tiempo atrás, quisiera olvidar. Pero luego, vienen a mi mente esos momentos donde solía hacerte una pregunta y te escuchaba despotricar en mi contra, esa mirada hiriente, donde solo tú podías ganar, solo tú podías tener la razón.
¿Y acaso lo que yo sentía no importaba?
¿Acaso era algo tan malo pedirte ayuda?
Luego, querías fingir que nada pasaba, querías venir a mis brazos y dormir a mi lado, para luego, la mañana siguiente, repetir la misma historia de nunca acabar.
Y yo tonta (como siempre), que tenía esperanza de que algún día ibas a cambiar, y me fui haciendo a un lado, dejándote a ti como prioridad.
Hasta que un día, simplemente llego el momento de decir adiós.
Allí no tuve que volver a mirar atrás nunca más.
Ahora me preguntó si valió la pena esperar tanto para este final…