These last few days in Caracas have been turbulent. The pre-election tension and its subsequent result unleashed an avalanche of old ghosts in our country, many of which we no longer seem willing to continue feeding.
Political sensitivity is on edge, and any critical comment can be misinterpreted by the most radical sectors on both sides. For this reason, I have tried not to take the bait of the provocations that are the order of the day, maintaining a posture of active but cautious observation and analysis.
However, at least from my window, the city seems to be regaining its usual rhythm. This urban pulse is marked by the frequency of automotive noise and pedestrian traffic on the avenues that I can see from here. That same pulse pushes forward the more collective economic processes despite the storm.
I believe there is still much to unfold in the increasingly complex and disappointing national political landscape. The immediate future will depend, to a large extent, on how the people of Venezuela manage to face this new chapter of political crisis; much uncertainty is still in the air.
The photographs were taken recently, both from the same spot on Bolivar Avenue, facing east to west, on two consecutive days and with two different optics, just minutes apart.
The first one was taken with a Canon 18-135mm STM. And the second with a Canon 50mm USM. Both with my Canon 60D camera. Unedited.
A tense and expectant city that seems to be holding its breath before deciding its next move.
Español
El pulso de la ciudad, Dos días, dos ópticas.
Han sido convulsos estos últimos días en Caracas. La tensión preelectoral y su posterior resultado desencadenaron una avalancha de viejos fantasmas en nuestro país, muchos de los cuales ya no parecemos estar dispuestos a seguir alimentando.
La sensibilidad política está a flor de piel, y cualquier comentario crítico puede ser malinterpretado por los sectores más radicales de ambos lados. Por ello, he tratado de no morder el anzuelo de las provocaciones que están a la orden del día, manteniendo una postura de observación y análisis activo pero cauteloso.
Sin embargo, al menos desde mi ventana, la ciudad parece ir recobrando su ritmo habitual. Este pulso urbano está marcado por la frecuencia del ruido automotriz y el tráfico peatonal en las avenidas que logro divisar desde aquí. Ese mismo pulso empuja hacia adelante los procesos económicos más colectivos a pesar de la tormenta.
Creo que aún queda mucha tela que cortar en el cada vez más complejo y decepcionante panorama político nacional. El futuro inmediato dependerá, en gran medida, de cómo la gente de Venezuela logre afrontar este nuevo capítulo de crisis política, aún se respira mucha incertidumbre.
Las fotografías fueron tomadas recientemente, ambas fueron tomadas desde el mismo lugar en la Avenida Bolívar, en dirección este a oeste, en dos días consecutivos y con dos ópticas distintas y con ciertos minutos de diferencia.
La primera fue hecha con un Canon 18-135mm STM. Y la segunda con un Canon 50mm USM. Ambas con mi cámara Canon 60D. Sin editar.
Una ciudad tensa y expectante que parece contener la respiración antes de decidir su próximo movimiento.