Our walk last Sunday along the Ciclovía of Bogotá took us to another of those green spaces in the city that are wonderful to spend some time disconnected, surrounded by a bit of nature. The park we visited on this occasion is located on Carrera 15 with 106th Street. We had already been there once, but I'm not getting ahead of myself. I'll tell you about it.
We entered the park looking for some shade. Last Sunday, the sun was shining in the city. And although it wasn't hot, it never gets too hot here. We were overwhelmed by the sun's rays and thirsty, so we wanted to take a break to rest and hydrate.
And we did find plenty of shade. One of the things I really liked about this park was the huge trees. And that even though the park is not very big, it gives it a feeling of grandeur.
We looked for a bench to sit down and stayed a while contemplating the coming and going of the people.
I don't like pigeons at all. In fact, they disgust me a bit. Especially after several years ago, we had a long battle at home with some pigeons that insisted on nesting on our balcony. It was quite a nuisance to evict them on that occasion, and it took a lot of effort to get rid of those unwanted visitors. But this pigeon seemed to be posing for a photo.
After sitting for a while, we decided to walk around the park and explore it.
We passed right in front of this street where we had stayed in 2022 when we came to apply for our son's student visa. Who would have thought that a couple of years later we would be spending so much time in this city? At that time, it didn't even cross our minds. But life is like that. It takes many turns and is unpredictable.
We also saw beautiful flowers on our tour, like these damasquinas. In Bogotá, there are always beautiful flowers everywhere.
We continued along the paths sheltered by the shade of the trees.
Thanks to this sign, I knew that the park was called Los Molinos. I knew it by the name of Parque de la 106.
There were a few cyclists in the park, mostly kids with their bikes. But the park was not very crowded. Perfect to escape the hustle and bustle and walk through the trees.
After walking through the whole park, we went out to Carrera 15, but not before noticing that on a big stone at the main entrance of the park, it says the name, Parque Los Molinos. It almost goes unnoticed. And there is also a date, 1983, maybe the date when this sector was turned into a park. I don't know. I couldn't get any information about it.
So we went back to the avenue. It was past noon, but there were still cyclists and walkers on the avenue because the Ciclovías are until 2 p.m.
The sun was still shining, and the sky was completely clear. I like the weather in Bogotá in January.
This is my post for this week's #wednesdaywalk challenge hosted by @tattoodjay
Thank you for reading.
! [Text In Spanish] Nuestro paseo del domingo pasado por la Ciclovía de Bogotá nos llevo a otros de esos espacios verdes de la ciudad que son maravillosos para pasar un rato desconectado rodeado de un poco de naturaleza. El parque que visitamos en esta ocasión queda en la carrera 15 con la calle 106. Ya habiamos estado en allí alguna vez, pero no me adelanto, ya les contaré.
Entramos al parque buscando un poco de sombra. El domingo pasado el sol brillaba en la ciudad. Y aunque no hacía calor, aquí nunca hace demasiado calor, estabamos abrumados por los rayos del sol y sedientos, así que quisimos hacer un alto para descansar e hidratarnos.
Y sí que encontramos mucha sombra. Una de las cosas que me gustó mucho de este parque fueron sus enormes arboles. Y eso a pesar de que el parque no es muy grande le da una sensación de grandeza.
Buscamos un banco donde sentarnos y nos quedamos un rato contemplando el ir y venir de la gente.
No me gustan para nada las palomas, en realidad me dan un poco de asco. Sobretodo después de que en casa hace varios años tuvimos una larga batalla con unas palomas que se empeñaron en anidar en nuestro balcón. Fue todo un incordio desalojarlas en aquella ocasión y nos tomó mucho esfuerzo deshacernos de esos visitantes indeseados. Pero esta paloma parecía estar posando para que le tomara una foto.
Despues de un rato sentados, decidimos darle la vuelta al parque y explorarlo.
Pasamos justo frente a esta calle en la que nos habíamos alojado en el 2022 cuando vinimos a tramitar la visa de estudiante de nuestro hijo. Quien iba a decirnos que un par de años después estaríamos pasando tanto tiempo en esta ciudad. En aquel momento ni nos pasaba por la cabeza. Pero la vida es así, da muchas vueltas y es impredecible.
También vimos bonitas flores en nuestro recorrido como estas damasquinas. En Bogotá siempre hay flores preciosas por todos lados.
Seguimos por los senderos arropados por la sombra de los arboles.
Gracias a este cartel supe que el parque se llamaba Los Molinos. Yo lo conocía por el nombre de Parque de la 106.
Había uno que otro ciclista en el parque, sobretodo niños con sus bicis. Pero el parque no estaba muy concurrido. Perfecto para escapar del ajetreo y caminar entre los arboles.
Después de recorrerlo completo salimos a la carrera 15 pero no sin antes percatarnos que en una gran piedra en el acceso principal del parque dice el nombre, Parque Los Molinos. Casi pasa desapercibido. Y tambien hay una fecha 1983, tal vez la fecha en que fue convertido en parque este sector, no lo sé, no pude conseguir información al respecto.
Así que volvimos a la Avenida. Ya era pasado mediodía pero aún había ciclistas y caminantes en la avenida pues las Ciclovias son hasta las 2 de la tarde.
El sol seguía brillando y el cielo estaba completamente despejado. Me gusta el clima de Bogotá en enero.
Este es mi post para el reto #wednesdaywalk de esta semana organizado por @tattoodjay.
Gracias por leer!
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