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Notas:
¡Hola, gente de Hive! Sentí que necesitaba
desarrollar un poco más lo que le sucedió sin
explicación lógica a Alana, así que aquí está.
Esto tendrá un final inesperado, así que
esperen eso. Si no has leído el primer post
y quieres informarte, toca este enlace.
Tomando en cuenta que escribo desde
el punto de vista de Alana, considero natural
que algunas cosas no queden claras,
ya que ella no tiene toda la información
y posiblemente esta llega a ella incompleta
o tergiversada. Gracias por su comprensión.
(El texto fue traducido en www.deepl.com
y las imágenes fueron editadas o creadas en
App Lumii y App Photo Editor Pro - Polish).
Alana se sienta en la mesa y se dispone a comer. No puede creer que esté en esta situación. Durante años pensó que la perdida de sueño gradualmente la volvería loca, pero nunca pensó que acabaría en un manicomio literal. Ella intenta mantenerse anclada a la realidad el mayor tiempo posible; el problema es que, sin previo aviso, empiezan a ocurrir estos sonidos e imágenes que solo están en su cabeza. A veces se pregunta si esta es la realidad, y no despertará algún día en su cómoda y agradable cama de antes.
Los días transcurren aburridos, ya saben, no hay muchas cosas que pueda utilizar aquí sin que el personal piense que se trata de un objeto con el que podría hacerse daño físico. ¡Es una locura! ¡Ella no está loca! ¿O lo está? Extraña los años en que podía separar lo real de lo imaginario con facilidad, aunque ahora hasta pone en duda si realmente hubo un punto en que lo pudo hacer.
Al terminar la insípida comida, se le permite salir afuera, al jardín, y sentarse por allí. Ella agradece profundamente estos momentos, lejos de las paredes blancas y el eco de los pasos de las enfermeras. No entiende del todo si es correcto que esté aquí, ¿lo sabrá su familia? ¿Realmente es tan grave su condición? Hay tantas preguntas en su cabeza que cree que puede escribir un libro al respecto, claro, si no fuera por el hecho de que ni un miserable lápiz le permiten tener en este lugar.
A pesar de todo, Alana considera que tiene suerte. Aquí ha podido dormir mucho mejor de lo que recuerda. Puede ser por las pastillas, pero ella se siente muy bien, hasta el punto de preguntarse si realmente está enferma. Quizá todo esto ha sido una confusión y alguien vendrá mañana a sacarla, demostrando que se han equivocado con ella. Hablando de eso, ¿quién la trajo aquí y por qué no la han venido a visitar? Ella tiene consciencia de haber pasado muchos días en este sitio, si cuenta desde ese sueño extraño que tuvo en el cual estaba en su hogar en un día cualquiera y sucedió lo que sucedió con las pastillas. Probablemente ha pasado algún tiempo dormida, pero deben ser los efectos secundarios del medicamento.
Hay cosas que ella no comprende, y que la sacan de su certeza de que está mucho mejor. Por ejemplo, ¿por qué en este lugar nunca ha visto otras personas que no sean las enfermeras?. ¿Cuántas son? Ella opina que ha visto solo dos, aunque seguramente habrá más. Lo peor es que últimamente ha sentido un hambre que va en incremento y no se calma cuando come. ¿Otros efectos secundarios? Intenta darle una lógica a todo esto, pero entonces un pensamiento la detiene en seco y la deja desconcertada.
La enfermera sale, saluda a otra chica que viene entrando, y puede verse un letrero que dice… Un momento, ¿ella ha estado afuera de esta institución mental? ¿Ella conoce el nombre? ¿Queda, tal vez, de camino a su anterior trabajo de jornada completa? Ella recuerda ver con claridad a esta mujer que la ha estado atendiendo saliento por la noche de este mismo edificio. Por supuesto, en ese momento Alana no estaba internada. Ella siente que todo a su alrededor se pone borroso, y no sabe si es la niebla o que está a punto de desmayarse. Ve la silueta vaga de una mujer de pelo castaño que intenta decirle algo que no se alcanza a entender… De pronto escucha que es su nombre.
-¡Alana! ¡Alana! ¡Despierta, por favor!
Y todo se pone negro.
-¡Alana! ¿Estás viva?
Alana cree que no. Se siente fuera de su cuerpo.
-¡Por favor! Dios, esto no puede ser. ¿Qué hago?- la voz suena desesperada.
Elana siente que sus ojos se abren, y distingue a una mujer de pelo… ¿negro? Ella es… ¿Rosie?
-¡Alana, por Dios! ¡Pensé que estabas muerta! Estaba a punto de llamar a la policía. ¿Cómo te sientes?- Rosie parece auténticamente preocupada.
-Terrible. Me duele mucho la cabeza y estoy muriendo de hambre….- logra balbucear.
-Está bien, tranquila. Debería llamar a un médico, ¿no crees? Oh, Alana, me asustaste muchísimo, en el trabajo creímos que te habías tomado un par de días libres por lo de tu insomnio, pero tienes aspecto de haber pasado dos días durmiendo. Te ves terrible. ¿Tienes idea de cómo entre? No tienes idea de lo…
Alana se pregunta si Rosie siempre ha sido así de habladora. Incrementa su dolor de cabeza. Solo cuando bebe y come su memoria empieza a regresar. Ella le pide a Rosie que vaya a verificar algo al baño. Por supuesto que sí.
-¿Cuántas pastillas para dormir te tomaste?- le pregunta a Alana con los brazos en las caderas- ¿Te querías matar?.
-Yo… solo quería dormir. Y sí que lo logré.
Notas:
Hello, Hive people! I felt I needed to develop
a bit more what happened to Alana without
logical explanation, so here it is. This
will have an unexpected ending, so expect
that. If you haven’t read the first post
and want to find out, hit this link.
Taking into account that I am writing
from Alana’s point of view, I consider
natural that some things are not clear,
since she doesn’t have all the information
and possibly this comes to her incomplete
or misrepresented. Thank you for your
understanding.
(The text was translated at www.deepl.com
and the images were edited or created in
App Lumii and App Photo Editor Pro - Polish).
Alana sits down at the table and gets ready to eat. She can’t believe she is in this situation. For years she thought the loss of sleep would gradually drive her insane, but she never thought she would end up in a literal insane asylum. She tries to stay anchored to reality as long as possible; the problem is that, without warning, these sounds and images that are only in her head start to occur. Sometimes she wonders if this is reality, and she won’t wake up someday in her nice comfy bed from before.
The days go by dull, you know, there’s not much she can use here without the staff thinking it’s an object she could physically harm herself with. It’s crazy, she’s not crazy, or is she? She misses the years when she could separate the real from the imaginary with ease, though now she even questions whether there really was a point when she could.
After finishing the insipid meal, she is allowed to go outside, into the garden, and sit around. She is deeply grateful for these moments, away from the white walls and the echoing footsteps of the nurses. She doesn’t quite understand if it Is right for her to be
here, will her family know? Is her condition really that serious? There are so many questions in her head that she thinks she could write a book about it, of course, if it weren’t for the fact that not even a miserable pencil is allowed in this place.
In spite of everything, Alana considers herself lucky. Here she has been able to sleep much better than she remembers. It may be because of the pills, but she feels great, to the point of wondering if she is really sick. Maybe this has all been a mix-up and someone will come tomorrow to take her out, proving them wrong about her. Speaking of which, who brought her here and why haven’t they come to visit her? She is aware of having spent many days in this place, if you count from that strange dream she had in which she was at home on a random day and what happened with the pills happened. She has probably spent some time asleep, but it must be the side effects of the medication.
There are things she doesn’t understand, and they take her out of her certainty that she is much better. For example, why in this place has she never seen people other than the nurses? How many are there? She thinks she has seen only two, although there are probably more. The worst thing is that lately she has felt an increasing hunger that does not subside when she eats. Other side effects? She tries to make sense of it all, but then a thought stops her in her tracks and leaves her bewildered.
The nurse comes out, greets another girl coming in, and a sign can be seen that says… Wait a minute, has she been outside this mental institution? Does she know the name? Is she, perhaps, on her way to her previous full-time job? She remembers clearly seeing this woman who has been taking care of her coming out of this very building at night. Of course, at that time Alana was not an inpatient. She feels everything around her getting blurry, and she doesn’t know if it’s the fog or that she’s about to pass out. She sees the vague silhouette of a brown-haired woman trying to tell her something that she can’t quite make out… Suddenly she hears that it’s her name.
-Alana! Alana! Wake up, please!
And everything goes black.
-Alana! -Are you alive?
Alana thinks not. She feels out of her body.
-Please! God, this can’t be. What do I do,” the voice sounds desperate.
Elana feels her eyes widen, and she distinguishes a woman with… black hair? She is… Rosie?
-Alana, for God’s sake! I thought you were dead! I was just about to call the police. How are you feeling? Rosie looks genuinely worried.
-Terrible. My head hurts like hell and I’m starving. ….- she manages to mumble.
-It’s okay, it’s okay. I should call a doctor, don’t you think? Oh, Alana, you scared the hell out of me, at work we thought you had taken a couple of days off because of your insomnia, but you look like you’ve been sleeping for two days. You look terrible. Do you have any idea how I got in? You have no idea what…
Alana wonders if Rosie has always been this talkative. Her headache increases. Only when she drinks and eats does her memory start to return. She asks Rosie to go check something in the bathroom. Of course she does.
-How many sleeping pills did you take,” she asks Alana with her arms on her hips, “Did you want to kill yourself?
-I… I just wanted to sleep. And I did.