Despierto con la oscuridad rodeando mis aposentos,
creyendo que estoy en una pesadilla inminente,
me vuelvo elocuente buscando respuestas al hecho,
y aunque en el trecho no pueda explicar lo que siento,
al menos escribo para drenar la frustración de mi mente,
Es una mala racha, no una mala vida me repito,
pero el ciclo sin fin de noticias oscuras me aflije,
pues me elije la suerte invertida a lo que creo merecer,
se deja entrever un poco que en mis actos no hay requisitos,
para traerme de a poquito en lo que cada día he de creer,
Medito en silencio en mi cuarto aunque la soledad me hiera,
porque la sabiduría he encontrado cuando deconstruyo mi tormento,
vuelvo la luz mi aposento cuando la luna se apodera,
paso la noche entera pensando en todo lo que quisiera,
y aunque pudiera mi cuerpo, mi mente construye el impedimento,
Quisiera saber gritar más fuerte, sin que me creyeran loco,
porque el que aprende a caminar solo muy poco suele pedir ayuda,
no importa si se pone cruda la realidad mientras se dan pasos,
se construirán los lazos con la plenitud poco a poco,
para no perder el foco mientras sigo haciendo trazos,
Soy más fuerte que el dolor,
aunque me caiga a pedazos,
para cargar todo el peso,
siempre estarán mis brazos.
El dolor y el arte
Para volver a llenarnos de luz, debemos vaciar la oscuridad, hoy simplemente desahogo con un poco de poesía, porque me toda volverme a llenar desde cero, disfruten la musa.