En 2022, tomé una decisión que cambiaría mi vida: convertirme en creador de contenidos a tiempo completo. Era un sueño que había alimentado durante años, pero la realidad se presentó de manera más dura de lo que imaginaba.
Tres meses después, me encontraba agotado, luchando contra una montaña de ideas y una necesidad abrumadora de perfección.
La Búsqueda de la Perfección
La búsqueda de un estilo único y atractivo se convirtió en mi mayor enemigo. Tenía en mente ideas brillantes: cómicas, inteligentes y algunas que parecían completamente innovadoras. Sin embargo, cada vez que intentaba plasmarlas en papel, me perdía en el laberinto del perfeccionismo. Pasaba días enteros ajustando cada palabra, cada frase, buscando esa belleza literaria que creía necesaria.
Mis publicaciones eran un reflejo de este esfuerzo: estaban bien escritas, pero carecían de la chispa que realmente conecta con la audiencia. Era como si estuviera pintando un cuadro magnífico pero olvidando que el arte también debe ser accesible y comprensible.
El Dilema del Valor
El verdadero problema no era la calidad per se; era el tipo de calidad que estaba persiguiendo. Me di cuenta de que había mucho pensamiento pero poco valor práctico en mis escritos. En lugar de aportar algo útil a mi comunidad, me estaba enfocando en crear piezas hermosas que, aunque agradables a la vista, no ofrecían soluciones ni insights valiosos.
Fue entonces cuando comencé a reflexionar sobre lo que realmente importa al escribir online. Mis mejores publicaciones no eran aquellas adornadas con un lenguaje florido o estructuras complejas; eran las que realmente ayudaban a las personas. Aquellas que ofrecían consejos prácticos, compartían experiencias reales o simplemente resonaban con las vivencias de otros.
Esto permitió que mi enfoque cambiara en 3 aspectos:
Útil vence a bonito: La utilidad debe ser la prioridad. Si lo que escribo no aporta valor, no importa cuán bien esté escrito.
La idea nunca será perfecta: Aceptar que mis ideas son borradores me liberó del miedo a publicar. No tengo que esperar a tener la versión final; puedo compartir mi proceso.
No soy solo un escritor; soy un emprendedor: Cada publicación es una oportunidad para aprender y crecer. Al igual que un emprendedor lanza un producto al mercado, yo debo lanzar mis ideas al mundo.
Publicar Borradores
Este cambio de mentalidad fue liberador. Comencé a ver mis publicaciones como borradores en lugar de obras maestras. Esto no significa que debamos descuidar la calidad; simplemente implica entender que la perfección es un objetivo inalcanzable y, en muchos casos, contraproducente.
Si estás escribiendo sobre, por ejemplo, cómo mejorar tu productividad, en lugar de esperar a tener el artículo perfecto con todas las estadísticas y referencias académicas, podrías compartir tus propias experiencias sobre lo que funciona y lo que no. Esa autenticidad puede resonar más con tu audiencia y generar conversaciones valiosas.
La Importancia de la Retroalimentación
Otra lección crucial fue entender el valor de la retroalimentación. Cuando publicas ideas en plataformas como Hive, no solo estás compartiendo; estás abriendo un canal para recibir opiniones y sugerencias. Esto es fundamental para crecer como creador.
La retroalimentación me ha permitido ajustar mis enfoques y entender mejor lo que mi audiencia necesita. A veces, los comentarios más simples me han ofrecido perspectivas profundas y me han ayudado a ver mis escritos desde otro ángulo.
Con todo esto en mente, estoy emocionado por lo que 2025 (que casi se avecina) tiene reservado para mí como creador de contenidos a tiempo completo. He aprendido a soltar el perfeccionismo y abrazar la utilidad.
Ahora tengo una idea clara: quiero construir una comunidad donde podamos compartir experiencias y aprender juntos.
Mirando hacia el Futuro
Si estás pensando en lanzarte al mundo del contenido online o simplemente quieres mejorar tu escritura, recuerda estas lecciones:
Prioriza la utilidad sobre la estética: Lo que realmente importa es el valor que aportas.
Acepta tus borradores: No esperes a tenerlo todo perfecto; publica lo que tienes y aprende del proceso.
Busca retroalimentación: La comunidad puede ofrecerte insights valiosos para mejorar.
El camino no siempre será fácil, pero tienes que estar decidido a seguir compartiendo tus pensamientos y aprendizajes sin miedo al juicio. Porque al final del día, lo más importante es conectar con las personas y aportar algo significativo a sus vidas.
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ENGLISH
In 2022, I decided to become a full-time content creator. It was a dream I had nurtured for years, but reality came harder than I imagined.
Three months later, I was exhausted, struggling with a mountain of ideas and an overwhelming need for perfection.
The Quest for Perfection
The search for a unique and appealing style became my greatest enemy. I had brilliant ideas in mind: funny, clever, and some that seemed completely innovative. However, every time I tried to put them down on paper, I got lost in the labyrinth of perfectionism. I would spend days at a time tweaking every word, every sentence, searching for that literary beauty I thought I needed.
My publications were a reflection of this effort: they were well-written but lacked the spark that really connected with the audience. It was as if I was painting a magnificent picture but forgetting that art must also be accessible and understandable.
The Value Dilemma
The real problem was not quality per se; it was the kind of quality I was pursuing. I realized that there was a lot of thought but little practical value in my writing. Instead of contributing something useful to my community, I was focusing on creating beautiful pieces that, while pleasing to the eye, offered no valuable insights or solutions.
That's when I started to reflect on what matters when writing online. My best publications were not the ones embellished with flowery language or complex structures; they were the ones that actually helped people. The ones that offered practical advice, shared real experiences or simply resonated with the experiences of others.
This allowed my approach to change in 3 ways:
Useful beats pretty: Usefulness must be the priority. If what I write doesn't add value, it doesn't matter how well it's written.
The idea will never be perfect: Accepting that my ideas are drafts freed me from the fear of publishing. I don't have to wait for the final version; I can share my process.
I'm not just a writer; I'm an entrepreneur: Every publication is an opportunity to learn and grow. Just as an entrepreneur launches a product into the market, I must launch my ideas into the world.
Publish Drafts
This change of mindset was liberating. I began to see my publications as drafts rather than masterpieces. This doesn't mean that we should neglect quality; it simply means understanding that perfection is an unattainable and, in many cases, counterproductive goal.
If you are writing about, for example, how to improve your productivity, instead of waiting for the perfect article with all the statistics and academic references, you could share your own experiences of what works and what doesn't. Such authenticity may resonate more with your readers. That authenticity can resonate more with your audience and generate valuable conversations.
The Importance of Feedback
Another crucial lesson was to understand the value of feedback. When you post ideas on platforms like Hive, you are not just sharing; you are opening a channel for feedback and suggestions. This is fundamental to growing as a creator.
Feedback has allowed me to adjust my approaches and better understand what my audience needs. At times, the simplest comments have offered me profound insights and helped me see my writing from another angle.
With all this in mind, I'm excited about what 2025 (which is almost upon us) has in store for me as a full-time content creator. I've learned to let go of perfectionism and embrace usefulness.
I now have a clear idea: I want to build a community where we can share experiences and learn together.
Looking to the future
If you are thinking of launching into the world of online content or want to improve your writing, remember these lessons:
Prioritise utility over aesthetics: What matters is the value you bring to the table.
Accept your drafts: Don't wait until you have everything perfect; publish what you have and learn from the process.
Seek feedback: The community can offer valuable insights for improvement.
The road will not always be easy, but you have to be determined to keep sharing your thoughts and learnings without fear of judgment. Because at the end of the day, the most important thing is to connect with people and contribute something meaningful to their lives.
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