…pero que si la mujer tiene el cabello largo le es una gloria? Pues a ella el cabello le es dado por velo.
Inicio la escritura de hoy con ese versículo porque la imagen que he tomado para participar es mía unos años.
Yo solía tener desde muy pequeña el cabello largo siempre mi madre me cortaba solo las puntas. Como no éramos de estar bajo el sol, el cabello no se quemaba ni se maltrataba. Mi madre tenía estricto cuidado de mi cabello y el de mis hermanas.
Un día de esos cuando ya me había casado y había concebido mi primer hijo, mi cabello cambio, se me caía a montón, se me enredaba hasta con el aire de un ventilador era insostenible, lo tenía de largo debajo de la cintura (actualmente lo tengo más largo), y como tenía un bebe muy pequeño debía mantenerlo amarrado todo el tiempo.
Un día una amiga se percató que literalmente estaba quedando calva, se me estaba cayendo el cabello en grandes cantidades y era muy visible los espacios vacíos en mi cabeza. Mi amiga me propone que me lo corte, para ver si de esa forma volvería a agarrar vida y no se caía tanto.
El día que ella me convoca a la peluquería parecía como si fuera a un funeral, yo estaba muy extraña, me sentía muy triste, era como si verdaderamente fuera hacer algo muy terrible.
Llega la hora de ir al punto donde me cortaría el cabello y yo de plano no quería ni entrar. Como había otras chicas en la espera, entre esas mi amiga que también se lo cortaría, yo le di mil excusas para salir de inmediato de allí.
Y bueno, mi amiga, como pudo y como buena psicóloga me decía cosas como que: ¡el cabello crece de nuevo! ¡Te crecerá más bonito! ¡Nunca te has cambiado de look, haz el intento! ¡Ya estás aquí, ya aparté tu cita! Yo, como buena responsable, me quedé.
Cuando me tocó el turno, yo le decía a la peluquera que solo me quería cortar dos dedos de las puntas, nada más… y allí empezó la psicología de nuevo de la peluquera, hasta que en fin me convencieron.
La peluquera había empezado a cortar, cortar y cortar; solo veía cómo caían los gajos de cabello al piso. Les confieso que se me salieron las lágrimas, en mi vida había tenido el cabello tan corto.
Cuando Salí del salón, me sentía incompleta, no podía ni hacerme una cola, no podía ni sostener un gancho, me lo habían cortado muy corto.
Lo dije y lo sostuve, no vuelvo a cometer esa locura de cortarme el cabello tan corto como lo hice en ese momento, y aquí voy de nuevo con el cabello que me pasa la cintura.