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☀️ From Kindness and my Work Experience.
March is kindness month and the @dreemport challenge and the Kindness Community invite us, in this second week, to talk about it. Specifically, I want to share some thoughts related to Business and Kindness and generated from some of my personal experience in this area.
One thing I have conceptualized at this point in my life is that when it comes to companies, businesses, jobs, workers and customers, kindness, and friendliness is a pretty scarce commodities. In almost all of my work experiences, there have been far too many times when acts of kindness were conspicuous by their absence.
The most relevant thing I noticed about this aspect, and which left me quite shocked, is that the lack of kindness or goodness is more marked, or is more present, in those who perform functions as employees of the company than in those who are the owners or senior managers of these companies. Especially in mid-level positions or those positions that serve as intermediaries between employees and the company.
I have held very low-level jobs as a laborer or security personnel and, as I progressed in my career, in almost every company, I managed to climb the rungs to get into these intermediate positions and, sometimes, a little higher. I never had a problem starting from scratch in a company and I think that helped me to climb very quickly to higher positions.
Something noticeable in these cases is the fierce competition to makes it harder for you to move up the ladder. On a certain occasion when I worked for a large private security and surveillance services company, my first contact with the company was at the owners' residence, as the family's chauffeur. Although at first, I did not expect to occupy this position, I believe that an act of kindness from the person who interviewed me for the job, allowed me to be placed in that position, which, in the end, turned out to be the best for me.
If there is one thing I must emphasize about the owners of the company and their family while I worked with them, it was their high disposition for kindness and goodness, which they were unstinting in demonstrating at every opportunity. And while I could refer to those demonstrations as being directly related to me, it certainly came very naturally to them. This was one of the innumerable cases of families of high economic position with whom I was related at one time or another, which made me see that most of them are people of a great heart.
But when we go down the ladder of positions to the middle levels within the company, things change drastically. It seems that kindness is the last virtue to be demonstrated, shielding the negative appreciation for this attitude, in the business practices and priorities that allow to generate more money for the company (and its owners), even if that implies becoming a despicable being.
The irony is that, although the owners of the company profess and express their caring attitude, even so, employees who feel that their careers will be more promising if they are less caring, will not hesitate to resort to vile acts to secure a better position, a better salary or sometimes, just the satisfaction of avoiding the joy or tranquility of others at work. And of course there are exceptions, among which I count myself.
After being a driver for the family of the company's owners for almost two years, the kindness of one of its members allowed me to be placed in a supervisory position in the company's structure. From there, I managed to climb up the ladder to a junior management position in one of its branches in the interior of the country, where I finally settled.
There was no shortage of tense and unpleasant moments due to the lack of kindness of those who saw me as competition or simply took pleasure in being unkind. But as the saying goes, good always triumphs. After all the contracts were lost in the city where I was already living, I decided not to return to the capital, as the president and owner of the company had offered me. It was a tempting offer, but I turned it down, tired of the hustle and bustle of living in such an urban and cosmopolitan city.
I never forget the kind gestures of the owner of the company, who was delighted that I celebrated my birthday on the fourth of July. Every year, on that day, he always had the deference to congratulate me personally when I worked with them and then to commute, call, or contact me by any means, which he continued to do even after he left the company until his sensitive passing some six years ago now. Undoubtedly, it has been a great inspiration for me to have shared and known the kind quality of someone I always considered as a friend, Engineer Andrés Germán Olavarría (R.I.P.D.), to whom I will always be grateful for his special attention towards me, extended to his kind family.
To conclude, I believe that companies where kindness is expressed at all levels result in a more humane and competitive organization, which I believe, especially in Latin America, is less quantifiable. Again, I think that the states are the main ones responsible for this, so it should be the model organization and example to follow of practices full of kindness. As the world is today, it is very evident that they are not very interested in this very important virtue, which undoubtedly allows for a happier and more complete life in all aspects.
VERSIÓN EN ESPAÑOL
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☀️ De la Bondad y Mi Experiencia Laboral.
El mes de marzo es el mes de la bondad y el reto de @dreemport y la Comunidad de la Bondad nos invitan, en esta segunda semana, a hablar sobre ello. Específicamente, quiero compartir algunos pensamientos relacionados con los Negocios y Amabilidad y que se generan de parte de mi experiencia personal en esta área.
Algo que he conceptualizado a estas alturas de mi vida, es que cuando se trata de empresas, negocios, empleos, trabajadores y clientes, la bondad y la amabilidad es un bien bastante escaso. En casi todas mis experiencias laborales, han sido demasiadas las veces en que los actos de bondad brillaron por su ausencia.
Lo más relevante que noté de este aspecto y que me dejó bastante impactado, es que la falta de amabilidad o bondad, es más marcada, o está más presente, en quienes cumplen funciones como empleados de la empresa que, en aquellos que son los dueños o directivos de alto rango de estas empresas. Sobre todo, en cargos de nivel medio o esos cargos que cumplen una función de intermediación entre los empleados y la empresa.
He desempeñado trabajos de muy bajo rango como obrero o personal de seguridad y, a medida que avanzaba en mi carrera laboral, en casi todas las empresas, logré escalar los peldaños para ubicarme en estos puestos intermedios y, en ocasiones, un poco más alto. Nunca tuve problemas para empezar desde cero en una empresa y creo que, eso me ayudó mucho a escalar muy rápido a cargos de mejor posición.
Algo que es notable en estos casos, es la feroz competencia para que se te haga más difícil subir de posición. En cierta ocasión en que trabajé para una gran empresa de servicios de seguridad y vigilancia privada, mi primer contacto en la empresa fue en la residencia de los dueños, como chofer personal de la familia. Aunque en principio no esperaba ocupar este cargo, creo que un acto de bondad de quien me entrevisto para el empleo, me permitió ubicarme en esa posición, que, al final, resultó ser lo mejor para mí.
Si hay algo que debo destacar de los dueños de la empresa y su familia mientras trabajé con ellos, fue su alta disposición para la amabilidad y la bondad, la cual no escatimaron para demostrar en cuánta ocasión pudieran. Y aunque podría referirme a esas demostraciones que estuvieron directamente relacionadas conmigo, sin duda que era algo muy natural para ellos. Este fue uno de los innumerables casos de familias de alta posición económica con las cuales estuve relacionado en alguna ocasión, que me hicieron ver que la mayoría de ellos son personas de un gran corazón.
Pero cuando descendemos en la escala de cargos hasta los niveles medios dentro de la empresa, la cosa cambia drásticamente. Parece ser que la amabilidad es la última virtud a ser demostrada, escudando las apreciaciones negativas por esta actitud, en las prácticas y prioridades empresariales que permitan generar más dinero a la empresa (y a sus dueños), aunque eso implique convertirse en un ser despreciable.
Lo más irónico es que, aunque los dueños de la empresa profesan y expresan su actitud bondadosa, aun así, los empleados que sienten que sus carreras serán más promisoras si son menos bondadosos, no dudarán en recurrir a actos viles para asegurar un mejor puesto, una mejora salarial o a veces, solo la satisfacción de evitar la alegría o tranquilidad del prójimo en el trabajo. Y claro que hay excepciones, entre las que me cuento.
Luego de ser chofer de la familia de los dueños de la empresa por casi dos años, la amabilidad de uno de sus miembros me permitió ubicarme en un cargo supervisorio en la estructura de la empresa. Desde allí, logré escalar posiciones hasta ocupar un cargo directivo junior en una de sus sucursales en el interior del país, en donde finalmente me radiqué.
No faltaron momentos tensos y poco agradables por la falta de bondad de quienes me veían como una competencia o simplemente les causaba placer no ser nada amables. Pero como dice el dicho, el bien siempre triunfa. Luego de que se perdieran todos los contratos en la ciudad donde me encontraba ya viviendo, decidí no regresar a la capital, tal como me lo había ofrecido el presidente y dueño de la empresa. Fue una oferta tentadora, pero la rechacé cansado del ajetreo de vivir en una ciudad tan urbana y cosmopolita.
Nunca olvido los gestos amables del dueño de la empresa, quien estaba encantado de que celebrara mi cumpleaños el cuatro de julio. Cada año, ese día, siempre tenía la deferencia de felicitarme personalmente cuando trabajaba con ellos y luego de desplazarme, llamarme o contactarme por cualquier vía, lo cual continuó haciendo incluso después de dejar la empresa, hasta su sensible fallecimiento hace ya unos seis años. Sin duda, ha sido una gran inspiración para mí el haber compartido y conocido la calidad bondadosa de a quien siempre consideré como un amigo, el Ingeniero Andrés Germán Olavarría (Q.E.P.D.), a quien siempre agradeceré su especial atención hacia mi persona, extendida a la de su amable familia.
Para concluir, creo que las empresas donde la amabilidad se expresa en todos los niveles, resultan en una organización más humana y competitiva, lo cual, creo que especialmente en Latinoamérica, es menos cuantificable. De nuevo, pienso que los estados son los principales responsables de que esto sea así, ya que debería ser la organización modelo y ejemplo a seguir de prácticas cargadas de amabilidad. Como está el mundo hoy día, es muy evidente que no les interesa mucho esta virtud tan importante y que, sin duda, permite una vida más feliz y completa en todos los aspectos.
Este post es de mi autoría y expreso en él, mis experiencias y aprendizajes cada día en este Blockchain. Todas las imágenes son editadas por mí y corresponden a capturas realizadas en mi PC y las fuentes están indicadas en cada caso. Si te gusta, puedes dejar un comentario u opinión y tu voto favorable.
This post is of my authorship and I express in it, my experiences and learnings every day in this Blockchain. All images are edited by me and correspond to captures made on my PC and the sources are indicated in each case. If you like it, you can leave a comment or opinion and your favorable vote.
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