Más importante que parecer bondadoso, es simplemente serlo. Es tan sencillo y gratificante ir por la vida repartiendo bondad a diestra y siniestra. En mi caso, el ser una persona completamente apartada del conflicto, la discusión, el drama y la queja, me coloca a veces como una persona bastante peculiar. Esto, sin duda alguna, me ha traído más problemas que beneficios, porque con esa consabida actitud de preferir prescindir de la bondad tan en boga, el que una persona no lo haga, se torna incómodo.

Trabajar durante mucho tiempo en el área de los recursos humanos, administración de personal y relaciones industriales, me ha hecho ver con mucha claridad esa falta de bondad que muchos practican. En mi última experiencia laboral, mi manera de actuar, diametralmente opuesta a lo que usualmente se percibe en estos departamentos, me coloco muchas veces en situaciones de conflicto.

Pero nunca renuncié a mi forma de ser y, al final, esta actitud me dio resultados. El actuar con bondad hacia los demás, comprendiendo y entendiendo su situación, en este caso, relacionado con los temas laborales y poder ser una excepción a la regla en cuanto a la atención recibida por el departamento, me abrió muchas puertas, me permitió contribuir en muchos aspectos con la solución de conflictos que, al final, solo requerían un sencillo acto de bondad, quizás expresado en un simple: "Gracias por escucharme". Hoy puedo caminar por la calle, encontrarme con viejos empleados de esta empresa que me saludan de forma genuinamente afectiva, cosa de la que estoy seguro de que algunos de mis compañeros no pueden disfrutar.

Pienso que el mundo necesita más bondad y cada uno de nosotros tiene la misión de hacer que esto pueda ser posible. Tal vez con solo ser más comprensivo, evitar la queja y ser siempre agradecido por lo poco o mucho que se tiene, podríamos colaborar para hacer que las acciones de bondad se multipliquen. Y, como dije al principio, no es algo que debemos inculcar en los demás. Solo hacer nuestra parte y dejar fluir las cosas. Es un acto de bondad, comprender y entender que todos somos diferentes y con eso, ya estamos contribuyendo a un mundo mejor.