Hoy les comparto un texto literario de mi autoría,
espero los deleite, inspire y fidelice a mi arte.
Today I share with you a literary text of my authorship,
I hope it will delight you, inspire you and make you loyal to my art.
-Español/Spanish-
3 de diciembre del 2300, la llegada del invierno había tomado a todos por sorpresa, en un lugar del mundo donde jamás había caído ni un copo de nieve en décadas, ahora se vivía en grados bajo cero. La arena era nuestro pan de cada día, un rincón del mundo olvidado por los ángeles, tocado por el sol inclemente, acostumbrados a altas temperaturas y a ropa ligera. Pero un deseo lo había cambiado todo.
Con una comunidad de 300 habitantes, Berkana era un pequeño pueblo azotado por el sol, donde las noches eran frías y en el día era común que un par de personas sangraran por la nariz o incluso sufrieran algún desmayo, debido al intenso calor al que éramos sometidos por la lejanía y el anonimato. No era un secreto para nadie que la mayoría eran criminales, algunos retirados y otros acorralados.
Esto eran las migajas de un mundo colapsado, de grandes potencias explotadas y de un cambio climático que desboronó todo a su paso, a pesar de las advertencias. Pero la humanidad era terca y soberbia. Volcanes hicieron erupción, tsunamis devastaron países, el agua se tragó cientos de años de construcción, incluso las montañas se partieron en dos. Hubo una completa reestructuración y la población mermó.
Itzae, Ishtar y Eldad. Tres huérfanos en un lugar como este. Habíamos perdido a nuestros padres en una ola de calor. Con antelación firmaron con nosotros de testigos, que si esto sucedía sus cuerpos fueran vendidos por el precio estándar en el mercado. Sí, el canibalismo estaba regulado. Por sus cuerpos sanos la cantidad era mayor. Por ambos se nos pagó a mí y a mis hermanas una gran suma de monedas, la única que se manejaba en todo el planeta, lo que nos permitió vivir sin trabajar durante un par de años.
Entiendo sus dudas. ¿Cómo es que nuestros padres pudieron morir así, si se supone que los adultos son más fuertes que los niños? Pues verán, mis hermanas y yo poseíamos cierta peculiaridad, y es que nos adaptábamos a cualquier entorno de la naturaleza. Por las noches nuestros cuerpos brillaban, muy tenuemente, absorbíamos algo del ambiente, aunque no sabíamos qué. No sabíamos si era mutación o algo más espiritual. Pero cuando nuestros padres pasaban frío, nosotros estábamos calentitos y viceversa. Mantener eso oculto no fue un problema en un rincón del mundo donde todos nos estábamos escondiendo e intentando sobrevivir.
Al contrario de todos en el pueblo, mis hermanas y yo nos limitábamos a comer vegetales, eran escasos, pero nos negábamos a comer personas y más sabiendo que alguien se estaba comiendo a nuestros padres para la cena o el almuerzo. Estaba harto del lugar, del mundo y vivir de esta manera. No mendigábamos, pero pronto tendríamos que empezar a trabajar de herrería para conseguir comida. Siendo el mayor, quería proteger a mis hermanas, pero no había muchas opciones.
30 de noviembre. Se decía que por estas fechas, antes del colapso, se celebraba navidad. Reuniones coloridas y alegres solo porque culminaba el año, pero los humanos le habían dado un millón de otros significados para hacerlo incluso más especial. Decidí salir por la noche a dar una caminata sobre la arena, las dunas eran lo único reconfortante de este lugar. Recordé cómo mi madre, de relatos de su madre, nos contaba cómo era todo antes. Luces en las calles, fuegos artificiales y regalos.
Me senté en la arena y me reí amargamente. Estaba seguro de que nunca experimentaríamos nada como eso. Entonces cerrando mis ojos, derramando un par de lágrimas y con tono sarcástico, pedí tres deseos. En voz alta dije: “Deseo que el mundo cambie, deseo una navidad, deseo poder proteger a mis hermanas”. Luego de abrir los ojos y reírme de mí mismo por ser tan patético, regresé a la casa de madera a la que llamaba hogar. Tenía más aspecto de un establo, una vez dijo mi padre, pero esto era lo único que conocía y no sabía con qué compararlo. Al día siguiente, no podía creer lo que estaba ante mis ojos.
1 de diciembre. El frío nos despertó. No era incómodo pero era una sensación extraña, jamás habíamos experimentado estar a estas temperaturas. Al abrir la puerta de madera la ventisca tocó nuestros rostros. Del cielo estaba nevando y en el suelo se habían acumulado un par de centímetros de nieve, parecía irreal. Había leído sobre esto en libros viejos que había conservado mi madre lectora fiel y devota. Las personas comenzaban a salir de sus casas, asustadas, anonadadas.
De pronto comenzamos a sentir la inestabilidad por debajo de nuestros pies, un temblor estaba comenzando a suceder. Entramos en la casa asustados, los movimientos bruscos cada vez eran más fuertes. Abracé a mis hermanas y mientras ellas cerraron los ojos, yo los mantuve abiertos. El suelo se movía salvajemente y la madera crujía, por un momento sentí que el techo caería sobre nosotros. ¿Podría ser un segundo colapso?
Entonces el terremoto cesó. Luego de unos minutos y de intentar no tropezar con las cosas que habían caído al suelo, salimos nuevamente. Todo parecía un sueño extraño y psicodélico. Donde solo había dunas, ahora había un bosque espeso. Algunas casas se habían destruido por completo, los sobrevivientes miraban atónitos el nuevo panorama. Del cielo seguía cayendo nieve y el frío comenzó a colarse por las ventanas.
Vivíamos en un mundo cambiante, pero esto era diferente. Con los días, del bosque surgieron animales que nunca habíamos visto y debido a ello comenzaron los cazadores. La ropa se convirtió en una necesidad ante semejante frío, pero en casa comenzábamos a alarmarnos. Ishtar había comenzado a brillar con más intensidad. Su cuerpo irradiaba una luz y una calidad descomunal. No sabíamos si era a consecuencia de lo que sucedía afuera, pero ocultarla se estaba volviendo un problema. Desde afuera, por las noches se notaba que había una fuente de luz blanca en nuestra casa. Algo extraño para una era en donde la electricidad o tecnología era básicamente nula. Así que al ir al mercado, escuchamos lo rumores. Los huérfanos Dagaz tenían algo extraño. Algunos aseguraban haberme visto llorando o conjurando la noche antes del cambio. Sea lo que fuera que pensaran, cierto o no, ahora estábamos bajo la mira de todos en Berkana.
13 de diciembre. El golpe nos sacó del sueño. Por un momento había me quedado dormido mientras hacía guardia frente a la puerta. El pueblo se había reunido por la noche para irrumpir nuestro hogar. Me golpearon hasta que comencé a sangrar, mis hermanas gritaban y con lanzas se intentaron defender pero no fue suficiente. De un golpe dejaron inconsciente a Itzae, una de las gemelas. Con odio sujetaron a Ishtar del cabello negro y sus ojos grises estaban inundados de lágrimas. Las personas gritaban: “Ella brilla. Está brillando. No es normal. Ella es la causante del cambio, estamos muriendo de frio por su culpa. Maten a la mutante”. La golpearon hasta dejarla débil y la arrastraron a través del bosque. Los perseguí con las pocas fuerzas que me quedaban, pero al llegar al río en lo más profundo del bosque, su cuerpo apuñalado estaba siendo arrastrado por el agua fría. La única luz era la luna en cuarto creciente, que iluminaba su cuerpo. Grité tanto que mi voz se perdió. Mis lágrimas eran calientes y mis manos al tocar la tierra en una caída fúrica ocasionaron un estruendo que no sabía que era capaz de hacer, pero el dolor me controlaba, por eso no noté cuando los árboles se sacudieron y la tierra tembló de nuevo. Caí inconsciente sin poder hacer nada.
Al despertar, estaba sumamente adolorido. Había caído sobre la nieve a un lado del río. Comencé a recordar lo que había sucedido la noche anterior, aún en el suelo, mientras los copos de nieve caían sobre mí. Ponerme de pie fue difícil, pero lo logré. Observé durante un tiempo el agua en el río. Sabía de él por los cazadores que se habían adentrado para explorar al inicio de la nevada, los mismos que habían sujetado a mi hermana menor, pero no lo había visto hasta la noche anterior. Era tan solo una niña. Su pequeño cuerpo en mi mente era difícil de olvidar. Pero al recordar que Itzae estaba sola en casa, regresé lo más pronto posible.
Ella me estaba esperando. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar, sus mejillas estaban rosadas y en su frente había un rastro de sangre seca, debido al golpe que le habían propinado para dejarla inconsciente. Luego de preguntarme por Ishtar, el color que había en ella la abandonó. Cayó de rodillas en la nieve. Desesperada abrazándome no dejaba de llorar. Ella gritó: “¿Qué está pasando? ¿Por qué el mundo cambió? ¿Por qué podemos brillar? ¿Por qué tenían que matarla? ¿Por qué no hay nadie con vida?”. Eso último llamó mi atención. Intentaba calmarla, pero necesitaba saber a qué se refería.
Entonces me contó que al despertar, nos buscó desesperada. Pero las casas adyacentes estaban en silencio y algunas personas estaban tiradas en el suelo. En su nariz había rastro de sangre, al igual que la mía. Pero ellos no tenían pulso. Con calma metí a Itzae a la cama, se quedó dormida al poco tiempo. Entonces salí a comprobar lo que ella había visto. Era cierto. Era como si todos hubieran sufrido un derrame cerebral al mismo tiempo. ¿Pude haber sido yo? No tenía pruebas y no quería alterar más a mi hermana. Todos eran unos asesinos y la mayoría eran criminales desde antes, por lo que intenté no sentir algún remordimiento. Aun así, reuní la mayoría de los cuerpos cerca de donde era antes el mercado. A pesar de que el frío se estaba encargando de congelarlos, moverlos no fue un reto. Yo los sentía livianos.
24 de diciembre. Nos habíamos quedado solos y dormir ya no nos daba miedo. Itzae dormía abrazada a mí después de llorar cada noche. Extrañábamos a Ishtar. Había muchas preguntas y pocas respuestas. Realmente no sabíamos qué hacer. Había sido una noche de tormenta. Había reunido toda la ropa de las casas vacías, solo para estar más cómodos. Realmente no teníamos frío. Somnoliento me doy cuenta de que Itzae me despierta con desespero, pero la impresión no le permite decir ni una palabra. Al dirigir mi mirada al foco de su atención, más preguntas sin respuestas surgen.
En medio del establo, como lo llamaba mi padre, estaba ella debajo de un pino seco que había surgido al parecer directo desde el suelo, sin explicación. Su cabello negro se había tornado blanco, su piel no tenía ni un rasguño. Estaba desnuda. Al acercarme para comprobar su respiración, sentí un alivio inmensurable. Estaba con vida. Descansó durante horas. Sabía que no era posible, pero habían estado pasando muchas cosas que no lo eran.
Ya era de noche cuando finalmente abrió los ojos en medio de la cama. En cuanto lo hizo, los tres comenzamos a brillar con tanta intensidad que nuestra piel era casi traslúcida. Ella respondió por su nombre en cuanto la llamé y todos comenzamos a derramar lágrimas sin poder evitarlo. Nos abrazamos y el brillo se hizo más fuerte. No había explicación del por qué estaba viva ni cómo había llegado aquí, pero no me importaba. Solo agradecía que estaba de vuelta.
Una onda de poder nos interrumpió. Al separarnos, la vimos. Una criatura con cuernos saliendo de donde deberían estar sus ojos. Su cabello era blanco y su túnica igual. Con miedo e instinto tomé la daga que había comenzado a guardar debajo de la almohada. Ella sonrió. Extrañamente su voz era dulce y melodiosa. La criatura dijo: “¿Eldad, cierto? Tú eres el humano protegido que pidió tres deseos al cielo. Tus tres deseos se han concedido. Ahora debes pagar por tu fortuna. Muerte por muerte. Has asesinado a los que le han quitado la vida a tu hermana. Ustedes no controlan su poder, no saben qué hacer con él. Exijo los cuerpos de los asesinos para alimentarme. Dame eso y les enseñaré a usar su poder. Ustedes son elementales y han mantenido la pureza al no ingerir la carne de su raza. Por eso el cielo te ha concedido tus tres deseos”. Escucharla era como estar en un sueño, pero no es como si pudiéramos resistirnos a la única explicación que había.
31 de diciembre. La criatura se llamaba Sigel. Por las noches escuchábamos a lo lejos cómo devoraba los cuerpos que se habían conservado de los que habían sido parte de este lugar abandonado. Aprendimos que más allá de este rincón del mundo, habían existido más como nosotros. Humanos elegidos por Dios, con poderes, que no habían sucumbido al canibalismo. Pero les había sucedido lo que le sucede a los seres diferentes, fueron asesinados por miedo. La razón del brillo que delató a Ishtar fue la liberación de su poder, al parecer estaba desarrollándose antes que nosotros, a nivel espiritual. Debió haber sido por sus oraciones antes de dormir desde que nuestra madre le enseñó.
Sigel enviaba criaturas por la noche con alimentos del bosque, ella nos mantenía con vida. La noche estaba tranquila. Había luna llena y la nieve aún caía. Juntos y tomados de la mano, contemplamos la última noche del año. Todo en nuestra vida había resultado de forma extraña, pero seguíamos sobreviviendo y las respuestas finalmente estaban apareciendo. De la nada, Ishtar dijo en voz alta: “Feliz navidad”. Las observé y aunque mis deseos se habían cumplido de forma peculiar, estábamos juntos, era navidad y aprendería a protegerlas sin importar nada.
Sentí cómo Itzae se aferró con más fuerza a mi mano, ofreciéndome una sonrisa. Sentía cierta calma, así que al unísono ella y yo también dijimos: “Feliz navidad”. Era el comienzo de un nuevo camino. Era por mucho una historia completamente diferente a la vida que alguna vez quisimos, pero estábamos aquí y jamás nos separaríamos. Haría cualquier cosa por ellas y si eso implicaba cambiar el mundo, yo lo haría sin pensarlo.
-Inglés/English-
-Inglés/English-
The Christmas wish that changed the world
December 3, 2300, the arrival of winter had taken everyone by surprise, in a part of the world where not a single snowflake had fallen in decades, it was now below zero degrees. Sand was our daily bread, a corner of the world forgotten by angels, touched by the harsh sun, accustomed to high temperatures and light clothing. But one wish had changed everything.
With a community of 300 inhabitants, Berkana was a small town scourged by the sun, where the nights were cold and in the daytime it was common for a couple of people to bleed from the nose or even suffer some fainting, due to the intense heat to which we were subjected by the remoteness and anonymity. It was no secret to anyone that most were criminals, some retired and others cornered.
These were the crumbs of a collapsed world, of exploited great powers and of a climate change that overwhelmed everything in its path, despite warnings. But humanity was stubborn and arrogant. Volcanoes erupted, tsunamis devastated countries, water swallowed up hundreds of years of construction, even mountains split in two. There was a complete restructuring and the population dwindled.
Itzae, Ishtar and Eldad. Three orphans in a place like this. We had lost our parents in a heat wave. In advance they signed with us as witnesses, that if this happened their bodies would be sold for the standard market price. Yes, cannibalism was regulated. For their healthy bodies the amount was higher. For both of us I and my sisters were paid a large sum of coins, the only one that was handled on the entire planet, which allowed us to live without working for a couple of years.
I understand your doubts, how is it that our parents could die like that, if adults are supposed to be stronger than children? Well, you see, my sisters and I had a certain peculiarity, and that is that we adapted to any environment in nature. At night our bodies glowed, very faintly, we absorbed something from the environment, although we didn't know what. We did not know if it was mutation or something more spiritual. But when our parents were cold, we were warm and vice versa. Keeping that hidden was not a problem in a corner of the world where we were all hiding and trying to survive.
Unlike everyone else in the village, my sisters and I stuck to eating vegetables, they were scarce, but we refused to eat people and more so knowing that someone was eating our parents for dinner or lunch. I was fed up with the place, the world and living this way. We didn't beg, but soon we would have to start working as blacksmiths to get food. Being the oldest, I wanted to protect my sisters, but there were not many options.
November 30. It was said that around this time, before the collapse, Christmas was celebrated. Colorful and joyful gatherings just because it was the culmination of the year, but humans had given it a million other meanings to make it even more special. I decided to go out in the evening for a walk on the sand, the dunes were the only comforting thing about this place. I remembered how my mother, from her mother's stories, told us how it used to be. Lights in the streets, fireworks and presents.
I sat in the sand and laughed bitterly. I was sure we would never experience anything like that. Then closing my eyes, shedding a couple of tears and in a sarcastic tone, I made three wishes. Out loud I said, "I wish for the world to change, I wish for a Christmas, I wish I could protect my sisters." After opening my eyes and laughing at myself for being so pathetic, I returned to the wooden house I called home. It looked more like a barn, my father once said, but this was all I knew and I didn't know what to compare it to. The next day, I could not believe my eyes.
December 1st. The cold woke us up. It was not uncomfortable but it was a strange feeling, we had never experienced being in these temperatures before. As we opened the wooden door the blizzard touched our faces. It was snowing from the sky and a couple of centimeters of snow had accumulated on the ground, it seemed unreal. I had read about it in old books that my mother, a faithful and devoted reader, had kept. People were beginning to leave their homes, frightened, dumbfounded.
Suddenly we began to feel the instability beneath our feet, a tremor was starting to happen. We entered the house scared, the sudden movements were getting stronger and stronger. I hugged my sisters and while they closed their eyes, I kept them open. The floor was shaking wildly and the wood was creaking, for a moment I felt like the ceiling was going to fall on us. Could it be a second collapse?
Then the earthquake stopped. After a few minutes and trying not to trip over things that had fallen to the floor, we got out again. It all seemed like a strange, psychedelic dream. Where there were only dunes, there was now a thick forest. Some houses had been completely destroyed, and the survivors looked at the new panorama with astonishment. Snow was still falling from the sky and the cold began to seep through the windows.
We lived in a changing world, but this was different. As the days passed, animals we had never seen before emerged from the forest, and because of this, hunters began to hunt. Clothing became a necessity in the face of such cold, but at home we were beginning to be alarmed. Ishtar had begun to glow more brightly. Her body radiated a light and a tremendous quality. We didn't know if it was because of what was happening outside, but hiding her was becoming a problem. From the outside, at night we could see that there was a source of white light in our house. Strange for an era where electricity or technology was basically nonexistent. So when we went to the market, we heard the rumors. The Dagaz orphans had something strange. Some claimed to have seen me crying or conjuring the night before the change. Whatever they thought, true or not, we were now under the crosshairs of everyone in Berkana.
December 13. The knock brought us out of sleep. For a moment I had fallen asleep while standing guard in front of the gate. The people had gathered in the night to break into our home. They beat me until I began to bleed, my sisters screamed and with spears tried to defend themselves but it was not enough. With one blow they knocked Itzae, one of the twins, unconscious. With hatred they held Ishtar by her black hair and her gray eyes were flooded with tears. People shouted: "She is shining. She is glowing. She is not normal. She is the cause of the change, we are freezing to death because of her. Kill the mutant." They beat her weak and dragged her through the forest. I chased them with the little strength I had left, but when I reached the river deep in the forest, her stabbed body was being dragged through the cold water. The only light was the crescent moon, which illuminated his body. I screamed so loudly that my voice was lost. My tears were hot and my hands touching the earth in a furious fall caused a roar that I didn't know I was capable of, but the pain controlled me, so I didn't notice when the trees shook and the earth shook again. I fell unconscious without being able to do anything.
When I awoke, I was in great pain. I had fallen on the snow on the side of the river. I began to remember what had happened the night before, still on the ground, as the snowflakes fell on me. Getting to my feet was difficult, but I managed. I watched the water in the river for a while. I knew about it from the hunters who had gone in to scout at the beginning of the snowfall, the same ones who had held my younger sister, but I hadn't seen it until the night before. She was just a child. Her small body in my mind was hard to forget. But remembering that Itzae was home alone, I returned as soon as possible.
She was waiting for me. Her eyes were red from crying, her cheeks were pink, and on her forehead was a trail of dried blood from the blow that had been delivered to knock her unconscious. After asking me about Ishtar, the color in her left her. She fell to her knees in the snow. Desperately hugging me, she wouldn't stop crying. She cried, "What is happening? Why has the world changed? Why can we shine? Why did they have to kill her? Why is no one alive?" That last one got my attention. I was trying to calm her down, but I needed to know what she meant.
Then she told me that when she woke up, she looked for us in desperation. But the adjacent houses were silent and some people were lying on the ground. There were traces of blood on their noses, as well as mine. But they had no pulse. I calmly put Itzae to bed, she fell asleep soon after. Then I went out to check what she had seen. It was true. It was as if they had all suffered a stroke at the same time. Could it have been me? I had no proof and I didn't want to upset my sister any more. They were all murderers and most of them were criminals from before, so I tried not to feel any remorse. Still, I gathered most of the bodies near where the market used to be. Even though the cold was freezing them, moving them was not a challenge. I felt them light.
December 24th. We had been left alone and sleeping was no longer scary. Itzae slept cuddled up to me after crying every night. We missed Ishtar. There were many questions and few answers. We really didn't know what to do. It had been a stormy night. I had gathered all the clothes from the empty houses, just to be more comfortable. We weren't really cold. Drowsily I notice Itzae waking me up in desperation, but the shock doesn't allow her to say a word. As I direct my gaze to the focus of her attention, more unanswered questions arise.
In the middle of the stable, as my father called it, she was standing under a dry pine tree that had apparently sprung straight up from the ground, without explanation. Her black hair had turned white, her skin not a scratch on it. She was naked. As I approached to check her breathing, I felt immeasurable relief. She was alive. She rested for hours. I knew it wasn't possible, but there had been a lot going on that wasn't.
It was already dark when he finally opened his eyes in the middle of the bed. As soon as she did, the three of us began to glow so brightly that our skin was almost translucent. She answered by name as soon as I called her name and we all began to shed tears helplessly. We hugged each other and the glow grew stronger. There was no explanation as to why she was alive or how she had gotten here, but I didn't care. I was just grateful that I was back.
A ripple of power interrupted us. As we broke apart, we saw it. A creature with horns protruding from where its eyes should be. Its hair was white and its robe the same. With fear and instinct I grabbed the dagger I had begun to keep under the pillow. She smiled. Strangely her voice was sweet and melodious. The creature said, "Eldad, right? You are the protected human who made three wishes to heaven. Your three wishes have been granted. Now you must pay for your fortune. Death for death. You have murdered those who have taken your sister's life. You do not control your power, you do not know what to do with it. I demand the bodies of the murderers to feed on. Give me that and I will teach you to use your power. You are elementals and have maintained purity by not ingesting the flesh of your race. That is why heaven has granted you your three wishes." Listening to her was like being in a dream, but it's not as if we could resist the only explanation there was.
December 31. The creature's name was Sigel. At night we listened in the distance as it devoured the preserved bodies of those who had been part of this abandoned place. We learned that beyond this corner of the world, there had been more like us. Humans chosen by God, with powers, who had not succumbed to cannibalism. But what happens to different beings had happened to them, they were killed out of fear. The reason for the glow that gave Ishtar away was the release of her power, apparently she was developing before us, on a spiritual level. It must have been because of her prayers before sleeping since our mother taught her.
Sigel would send creatures at night with food from the forest, she kept us alive. The night was quiet. There was a full moon and the snow was still falling. Together and holding hands, we contemplated the last night of the year. Everything in our lives had turned out strangely, but we were still surviving and the answers were finally appearing. Out of nowhere, Ishtar said aloud, "Merry Christmas." I watched them and although my wishes had been peculiarly fulfilled, we were together, it was Christmas and I would learn to protect them no matter what.
I felt Itzae cling tighter to my hand, offering me a smile. I felt a certain calmness, so in unison she and I also said, "Merry Christmas." It was the beginning of a new journey. It was by far a completely different story than the life we once wanted, but we were here and we would never be separated. I would do anything for them and if it meant changing the world, I would do it in a heartbeat.
- El contenido aquí escrito es de mi propiedad. Si necesitas hacer uso de él, no dudes en comunicarte conmigo o mencionar a @gislandpoetic como creadora del mismo.
- Los separadores de texto son de mi propiedad. Y los banners de bienvenida/despedida son de mi creación y por lo tanto de mi propiedad.
- Todo lo antes mencionado es contenido original y exclusivo. Su uso para otros usuarios se considera plagio en todas las comunidades de Hive.Blog. ¡Por favor no lo hagas!
- Las imágenes aquí publicadas son modificadas en Canva
- Agradezco todo el apoyo que pueda generar mi contenido de valor. Y para los gislanders que quieran conocer un poco más de mi, pueden ubicarme en
- The content written here is my property. If you need to use it, do not hesitate to contact me or mention @gislandpoetic as the creator.
- The text separators are my property. And the welcome/farewell banners are my creation and therefore my property.
- All of the above is original and exclusive content. Its use for other users is considered plagiarism in all Hive.Blog communities. Please don't do it!
- The images published here are modified in Canva
- I appreciate all the support that can generate my valuable content. And for those gislanders who want to know a little more about me, you can find me on
@gislandpoetic
@gislandpoetic