El título de esta nota trae reminiscencias de un dicho o adagio muy utilizado en años pasados, mi abuela lo mencionaba con cierta asiduidad cuando algún evento desafortunado ocurría por sobre otro agravando una situación determinada. El dicho decía algo así: "éramos pocos y la abuela tuvo familia".
Y lo que deseo remarcar en estas circunstancias es que el fútbol internacional con la FIFA a la cabeza está colonizado por manejos raros, agendas interminables, torneos que aparecen a diario para definir el campeón del campeón del campeón de algunas ligas, de las importantes y también de las que no lo son. Nada alcanza para generar mayores ingresos, todo derivado de los gastos exorbitantes que los organismos rectores de este deporte realizan para beneficio propio y para repartir, generalmente migajas, entre las asociaciones participantes.
Ejemplos sobran, la copa intercontinental de clubes acaba de disputarse y ya se encuentra en preparativos el mundial de clubes, paralelamente está en pleno desarrollo la liga de campeones de la UEFA y está en pleno sorteo los partidos de la Libertadores de América. El mundial del 2030, del cual hablamos en alguna publicación anterior también es un ejemplo de las fantochadas de Infantino y su tropa.
Ya se entregó el balón de oro y sin haberse acallado los enojos y las polémicas, ahora tenemos la entrega de los premios The Best, será una ceremonia rara, por internet de manera virtual, un acto que se realizará en Doha, Qatar. Quizás Infantino haya pensado que de esa manera no recibirá tomatazos o que los tomates virtuales son menos vergonzantes que los reales.
Solo espero que no se lo den a Messi, no le hace falta y provocaría una nueva ola de indignados en todas partes del mundo. ¿A quién se le ocurre ponerlo entre los 11 elegidos? Pero tranquilos, justamente en el lugar donde se realiza la ceremonia está casualmente el Real Madrid, una pista posible de para donde irá el premio.
Habrá otros varios premios a repartir, y por supuesto también polémica, aunque menores a la del mejor jugador del año. Se elegirá al mejor arquero, al mejor entrenador, al mejor gol y otros premios adicionales que pasarán a engrosar las salas especialmente adaptadas que la mayoría tienen en sus casas, es que son tantos los premios que se dan, más los trofeos de pelotas, banderines, camisetas que se reparten que hay que tener algo así si se quieren conservar los recuerdos; algunos seguramente los dejarán apilados en alguna parte o no se que otras formas de desprenderse de ellos decidirán.
La super abundancia de torneos también genera super abundancia de trofeos y premios, todo va perdiendo valor de a poco, por repetitivo.
Si el oro fuera un metal muy abundante en la tierra no valdría lo que vale.
There were few of us and The Best appeared
The title of this article brings to mind a saying or adage that was used frequently in years past. My grandmother used to mention it regularly when an unfortunate event happened over another, worsening a certain situation. The saying went something like this: "We were few, and grandma had a family."
What I want to emphasize in these circumstances is that international football, with FIFA at the head, is colonized by strange dealings, endless agendas, and tournaments that appear daily to define the champion of the champion of the champion of some leagues, of the important ones and also of those that are not. Nothing is enough to generate more income, everything is derived from the exorbitant expenses that the governing bodies of this sport make for their benefit and to distribute, generally crumbs, among the participating associations.
There are plenty of examples. The Intercontinental Club Cup has just been played, and the Club World Cup is already in preparation. At the same time, the UEFA Champions League is in full development, and the draw for the Libertadores de América matches is in full swing. The 2030 World Cup, which we discussed in a previous post, is also an example of the farces of Infantino and his gang.
The Golden Ball has already been awarded and, without the anger and controversy having subsided, now we have the award ceremony for The Best, it will be a strange ceremony, held online virtually, an event that will take place in Doha, Qatar. Perhaps Infantino thought that this way he would not receive tomatoes or that virtual tomatoes are less embarrassing than real ones.
I just hope they don't give it to Messi, he doesn't need it and it would provoke a new wave of indignation all over the world. Who would think of putting him among the 11 chosen? But don't worry, Real Madrid happens to be in the very place where the ceremony is taking place, a possible clue as to where the award will go.
There will be several other awards to be handed out, and of course, there will also be controversy, although less than that of the best player of the year. The best goalkeeper, the best coach, the best goal, and other additional prizes will be chosen and added to the specially adapted rooms that most people have in their homes. There are so many prizes, plus the trophies of balls, pennants, and shirts that are handed out that you have to have something like that if you want to keep the memories. Some will surely leave them piled up somewhere or decide on another way of getting rid of them.
The overabundance of tournaments also generates an overabundance of trophies and prizes. Because of repetition, everything loses value little by little.
If gold were a very abundant metal on earth, it would not be worth what it is worth.
Héctor Gugliermo
@hosgug