Ya que hablamos de cartas españolas, recordé que un dicho popular por estos lugares alejados del resto del mundo era justamente es del título de este artículo, "se le pusieron los ojos como el dos de oros" haciendo alusión a lo grande y abiertos que pueden asemejar los ojos de una persona a esa carta de la baraja de diseño español al denotar sorpresa por algo que escucharon o vieron.
Exactamente esa fue mi expresión en el día de ayer al ver concurrentemente los encuentros entre el Benfica contra el Barcelona y el del Atlético de Madrid contra el Bayer Leverkusen. Específicamente, viendo los minutos finales donde se desató la locura por dar vuelta ambos resultados en forma dramática y quizás sin merecerlo.
Comencemos por el Atlético, el equipo del Cholo Simeone venía de perder un invicto de 16 partidos y eso siempre pesa en el subconsciente del cuerpo técnico y los jugadores, se notó un poco la timidez con que encararon los primeros minutos que, por otra parte, esa reserva o digamos precaución a la hora de encarar el partido si vio acentuada cuando a los 25 minutos se quedaron con uno menos por una infracción fuerte de Barrios sobre Mukiele. Y se fueron al descanso perdiendo por un gol que concretó Hincapié.
En el segundo tiempo apareció Julian Álvarez y empató el partido cuando los nubarrones eran cada vez más negros. Y así transcurría el encuentro hasta que a falta de 15' todo cambió por la expulsión de Hincapié, el héroe ecuatoriano paso a ser villano y aunque probablemente la falta no daba para que lo expulsaran, la acumulación de amarillas obró el milagro y el atlético empataba también en cantidad de jugadores en el campo, en ese momento dejaron las reservas de lado y se dedicaron a buscar el triunfo y lo lograron, nuevamente la araña picó al rival con un gol de antología provocado, una vez más, por el reservista argentino Correa que cada vez que ingresa hace algo importante. Dos a uno en el instante final del partido.
Y Ustedes pensarán, como hizo este tipo para ver dos partidos que se jugaban en simultáneo, sencillo: uno en la tv y otro en el teléfono aunque en ocasiones el botón del zapping también funcionó, especialmente si quería ver en grande alguna jugada o una repetición.
El encuentro entre el Benfica y el Barcelona tuvo de todo, lluvia torrencial por momentos y especialmente goles y situaciones al por mayor, un partidazo para ver aunque probablemente los directores técnicos hayan sufrido a más no poder, cuando hay muchos goles en un encuentro significa que las delanteras anduvieron muy bien, pero también que los errores y distracciones defensivos no se quedaron atrás, inclusive, hubo algún gol de carambola que probablemente haya cambiado el rumbo del partido hacia la explosión final de algarabía de los blaugrana.
Cuando el encuentro estaba 3 a 1 y se encaminaba a una derrota dolorosa del Barcelona, un error del arquero ucraniano Trubin que intentó un pase largo que le salió demasiado bajo y rebotó en la cabeza de Raphinha ingresando a su valla, un verdadero blooper que no es común ver en este tipo de eventos, 3 a 2 y el partido al alcance de la mano para el conjunto catalán que se debatía entre la impotencia y el sufrimiento por cada contraataque. Y en uno de esos llego el 4to. gol del Benfica, pensé que el resultado estaba sellado, pero volvió a aparecer un penal (hubo 3 en el partido) por un leve toque a Lamine Yamal, casi tan leve como el del final del partido que el árbitro ignoró con la colaboración del VAR. 4 a 3 y todo volvía a ponerse tenso, empató el Barca con un gol de cabeza en un centro que tomó a toda la defensa mirando la luna de Valencia, como decía mi abuela y en el minuto final se desató la locura, un nuevo intento de los portugueses y pasó de todo en el área azulgrana, empujones, toques y la pelota sale disparada para que, en un contraataque letal, Raphinha, el héroe de la jornada pusiera el 5 a 4 definitivo.
Mis ojos se pusieron como el dos de oros, bien abiertos tratando de asimilar tanta emoción en dos finales casi simultáneos llenos de locura desatada por triunfos rutilantes, más allá de los merecimientos y el juego atildado, está muy bien y los errores y merecimientos quedarán para aquellos que disfrutan de analizar a posteriori, yo quedé totalmente satisfecho, como seguramente muchos de los que vivimos el fútbol con tanta pasión.
Eyes like the two of gold
Since we are talking about Spanish cards, I remembered that a popular saying in these places far from the rest of the world was precisely the title of this article, "his eyes were like the two of gold" referring to how big and open a person's eyes can be like that card in the Spanish-designed deck when denoting surprise at something they heard or saw.
Exactly that was my expression yesterday when I watched the matches between Benfica and Barcelona and Atlético de Madrid against Bayer Leverkusen simultaneously. Specifically, watching the final minutes where the madness broke out to turn both results around in a dramatic way and perhaps without deserving it.
Let's start with Atlético, Cholo Simeone's team was coming off a 16-match unbeaten streak and that always weighs on the subconscious of the coaching staff and the players. The timidity with which they faced the first minutes was noticeable, but on the other hand, that reserve or, let's say, caution when facing the game was accentuated when, after 25 minutes, they were left with one less player due to a strong foul by Barrios on Mukiele. And they went into the break losing by a goal scored by Hincapié.
In the second half, Julian Álvarez appeared and tied the game when the clouds were getting darker. And so the match went on until 15 minutes later everything changed with the expulsion of Hincapié, the Ecuadorian hero became the villain and although the foul probably did not warrant his expulsion, the accumulation of yellow cards worked the miracle and Atlético also tied in terms of the number of players on the field, at that moment they left the reserves aside and dedicated themselves to seeking victory and they achieved it, once again the spider stung the rival with an anthology goal caused, once again, by the Argentine reserve Correa who does something important every time he enters. Two to one in the final instant of the match.
And you will think, how did this guy watch two games that were being played simultaneously? Simply, he watched one on TV and another on the phone, although sometimes the zapping button also worked, especially if he wanted to see a play or a replay in full.
The match between Benfica and Barcelona had it all, torrential rain at times and especially goals and situations galore, a great match to watch. However, probably the coaches suffered a lot, when there are many goals in a match it means that the forwards performed very well. Still, defensive errors and distractions were not far behind, there was even a lucky goal that probably changed the course of the match toward the final explosion of joy for the blaugranas.
When the match was 3-1 and heading towards a painful defeat for Barcelona, an error by the Ukrainian goalkeeper Trubin who tried a long pass that went too low and bounced off Raphinha's head and into his goal, a real blooper that was not common to see in this type of event, 3-2 and the match within reach for the Catalan team that was torn between impotence and suffering for each counterattack. And in one of those came the 4th. Benfica scored, I thought the result was sealed, but a penalty came up again (there were 3 in the match) for a slight touch on Lamine Yamal, almost as slight as the one at the end of the match that the referee ignored with the collaboration of the VAR. 4-3 and everything was tense again, Barca equalized with a header from a cross that caught the entire defense looking at the Valencia moon, as my grandmother used to say, and in the final minute the madness broke loose, a new attempt by the Portuguese and everything happened in the Barça area, pushes, touches and the ball flew out so that, in a lethal counterattack, Raphinha, the hero of the day, put the final score at 5-4.
My eyes were like the two of gold, wide open trying to assimilate so much emotion in two almost simultaneous finals full of madness unleashed by brilliant triumphs, beyond the merits and the elegant play, it is very good and the errors and merits will be for those who enjoy analyzing after the fact, I was totally satisfied, as surely were many of those who live football with such passion.
Héctor Gugliermo
@hosgug
