Un caluroso día de verano en las entonces hermosas, limpias, interminables y muy concurridas playas del Río de la Plata en el balneario de Punta Lara, estaba yo sentado en medio de la arena juntándola con una palita y colocándola en un balde de plástico, un equipo típico de aquellos años que para sorpresa continúa siendo un juguete de moda que los más pequeños utilizan en las costas de ríos y mares, algunas cosas no pasan de moda y en ocasiones sorprenden por su sencillez.
Mi padre estaba muy concentrado tratando de explicarme que significaba una racha, hablaba de rachas buenas y malas y yo escuchaba atentamente pese a continuar incansablemente con mi labor de juntar arena y volcarla dentro del balde. Ahora que lo pienso detenidamente, es una tarea fascinante para un niño, seguramente allí radica el longevo éxito de tan sencillo chirimbolo.
En un momento determinado, atendiendo a algún impulso inexplicable, tomé mi balde por su manija y apliqué un golpe en uno de los fuertes y tostados brazos de mi padre, inmediatamente, mientras el me miraba azorado le dije: ¿eso es una racha mala?.
En el día de hoy, mientras interactuaba con @alto96 sobre una publicación suya, recordé esta anécdota que sinceramente no la conservo entre mis recuerdos, era demasiado pequeño y han pasado muchos años, pero la he escuchado tantas veces de boca de mis padres que es como si la estuviera viviendo.
Y hablando de rachas malas, eso es aparentemente lo que le está ocurriendo al Manchester City, un gran equipo, lleno de estrellas y con un técnico que ha demostrado ser de los más brillantes en la historia del fútbol mundial. No le encuentro otra explicación.
Porque cuando alguien está atravesando una racha mala, inmediatamente merma la confianza, ese ingrediente que puede provocar que un buen equipo, correctamente ensamblado, con buenos jugadores, con una correcta planificación de los partidos, no pueda concretar en el marcador ni en el juego; con el paso del tiempo y los malos resultados, esa confianza va carcomiendo los cimientos del equipo, como el agua hace lo propio con todo lo que encuentra a su paso.
El City está precisamente en esa etapa, una crisis de confianza y una racha negativa de la que parece no poder salir, sin querer entrar en comparaciones odiosas, algo como esto le está ocurriendo a la selección de Brasil, para hablar un poco de lo que ocurre de este lado del Atlántico.
Todos los equipos pasan por estas etapas, de la misma forma que ocurre en otras actividades de la vida humana, solo cabe mantener la cabeza fría, levantar el espíritu y ponerle el pecho a la tormenta, recuerdo ahora algo que leí en reiteradas oportunidades: La noche es más oscura y fría, justo antes del amanecer.
Streaks
One hot summer day on the then beautiful, clean, and endless beaches of Punta Lara, I was sitting in the middle of the sand gathering it with a shovel and putting it in a plastic bucket, a typical game of those years that, surprisingly, continues to be a fashionable toy that the little ones use on the coasts of rivers and seas. Some things never go out of fashion and sometimes surprised with their simplicity.
My father was very focused on trying to explain to me what a streak meant, he talked about good and bad streaks and I listened attentively despite continuing tirelessly with my task of collecting sand and pouring it into the bucket. Now that I think about it carefully, it is a fascinating task for a child, surely therein lies the long-standing success of such a simple contraption.
At a certain point, responding to some inexplicable impulse, I took my bucket by its handle and hit one of my father's strong, tanned arms. Immediately, while he looked at me in dismay, I said: is that a bad streak?
Today, while interacting with @alto96 about one of his posts, I remembered this anecdote that I honestly don't remember, I was too young, and many years have passed, but I have heard it so many times from my parents' mouths that it's as if I were living it.
And speaking of bad streaks, that is apparently what is happening to Manchester City, a great team, full of stars and with a coach who has proven to be one of the brightest in the history of world football. I can't find another explanation.
When someone is going through a bad streak, confidence immediately goes down, that ingredient that can cause a good team, correctly assembled, with good players, with correct planning of the matches, to not be able to achieve results on the scoreboard or in the game; with the passage of time and bad results, that confidence eats away at the foundations of the team, like water does with everything in its path.
City is precisely in that stage, a crisis of confidence and a negative streak from which it seems unable to get out, without wanting to enter into odious comparisons, something like this is happening to the Brazilian team, to talk a little about what happens on this side of the Atlantic.
All teams go through these stages, in the same way that it happens in other expressions of life, you just have to keep a cool head, lift your spirit, and face the storm, I remember now something I read on repeated occasions: The night is darkest and coldest just before dawn.
Héctor Gugliermo
@hosgug