Quien ha tenido la mala suerte de estar hospitalizado un de los centros asistenciales públicos de casi cualquier ciudad del país, ha obtenido muchos aprendizajes a causa de la mala experiencia, pues es en esos momentos donde queda en evidencia el estado de deterioro económico, social y de valores en nuestro país, pues más allá de la precariedad económica muchas veces la indolencia y la indiferencia de las mismas personas hace que la situación que ya es mala se convierta en algo peor.
Por supuesto hay casos excepcionales, donde algunos del personal médico hacen todo lo posible por atender a los pacientes de la mejor forma aún cuando la situación los supera, ejemplo de esto lo viví hace un poco más de 8 años cuando por razones económicas no tuve más opción que dar a luz en el hospital público, allí no funcionaba el ascensor, era el mes de agosto el más caluroso del año, no había el personal ni los instrumentos para practicar cesáreas, solo atendían partos y si se presentaba alguna complicación debían trasladar al paciente a la capital del estado, lo peor es que la ambulancia no estaba operativa, fui allí como si jugará a la ruleta rusa dispuesta a morir.
Afortunadamente yo iba preparada, yo había comprado la medicina que me indicó mi doctora (privada) para ayudarme a dilatar, llevaba la sonda de succión y todo lo que necesitaba para mi bebe, además de las medicinas que debía tomar post parto, mi parto fue rápido y el medico que me atendió me ayudó incluso en el proceso de dilatación, su esfuerzo era grande, estaba atendiéndome en un pequeño cubículo en donde el calor era incalculable y yo podía ver como el sudor bañaba su cuerpo, agradecí su esfuerzo, pero mi mayor admiración a ese doctor tan arriesgado vino cuando luego de mi atendió a una chica que tenia problemas para dilatar.
Vi como ese doctor trató de la que la chica se relajara y dilatara, estuvo mucho tiempo con ella tratando de sacar a la bebé porque no había posibilidad de atender una cesárea y trasladarla así a Barquisimeto seria arriesgarse a que muriera la bebe, así que este doctor incluso le puso música de su teléfono a la joven madre, estuvo allí dando su mejor esfuerzo hasta que finalmente pudo sacar a la bebé del vientre, en el proceso lastimó el hombro de la bebé, pero le salvó la vida, porque si hubiera pasado más tiempo habría sido una tragedia.
Muchos aprendizajes obtuve de aquello, situaciones difíciles que viví en el post parto, pero ver que mi situación no se comparaba con las de otras personas, me hizo asumir mi situación con firmeza, a no quejarme ni una sola vez y salir delante de aquello. Agradecí haber sido atendida por ese doctor que en lugar de huir de la situación como muchos otros, decidió quedarse ese día de guardia y arriesgarse incluso a ser acusado de mala praxis pero aún así intentar y salvar a aquella bebé, la cual espero ahora sea una niña muy sana.
Esta es mi entrada al Concurso TopFiveFamily Observa Piensa Escribe. Invito a participar a @yetsimar @leon.kaen
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