Contemplando a una estrella a lo lejos, mi alma es sublimada por el sórdido silencio que yace dormido en el abismo interior, en sus profundidades se hallan etéreos y utópicos paisajes, dibujados con los pinceles de las ausencias, sus matices están perfumados por el recuerdo y el olvido, que va y viene en la quietud de mi serenidad, en este plácido vacío que me circunda. Conexión y desconexión, he allí la disyuntiva para saber, cuando se está en uno u otro extremo. Yo, como buen equilibrista, me balanceo entre la razón y la sinrazón, así evito caer en el inmenso océano de las ambigüedades, entre el eterno duelo de la luz y la oscuridad; por eso, suelo resguardarme en el terciopelo de la penumbra, donde se eclipsa mi ser.
Una vez obnubilado por la silente soledad, puedo comenzar ese viaje interior a la nada y el todo, el cual me llevará a ese misterioso y mágico lugar, donde encuentro la genuina libertad de explorar mis interioridades, y ser yo mismo, sin importar las opiniones de ese ruidoso mundo exterior, que nos juzga, hundiendo en nosotros, los ponzoñosos puñales de la vanidad, la indiferencia y del ego.
Oh, soledad, viaje sin fin a destinos desconocidos, acógeme en tu regazo, dame aliento para sumergirme en tus lustrales aguas, y encontrar respiro en las profundidades del océano interior, para así purificarme del mundanal ruido exterior, que nubla con sus distracciones, el sagrado silencio, la paz y la armonía, trinidades estas, que solo es posible hallar en el santuario de la felicidad y el amor puro, los cuales yacen como tesoros invaluables, en las regiones interiores e inexploradas de la mente; donde muchos son llamados y pocos los elegidos, pero que solo acceden aquellos que conocen el mantra: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirán las puertas. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
La soledad es una filosa y flamígera espada, que ilumina y rasga los velos grises de la ausencia, que dan acceso al conocimiento ancestral perdido, una vez caídos en lo manifestado; descubierto ese tesoro, podemos enterrar en las arenas del tiempo, al fanatismo, la tiranía y la ignorancia, protagonistas galardonados del mundo exterior. Amada soledad, los que no te conocen, puedes parecerles arrogante, un vacío negro y profundo, perdonadles, ellos ignoran que eres un logaritmo al que se puede acceder, y que puede ser descifrado, develado y disfrutado. Tú, soledad mía, gracias por darme a conocer mis debilidades, logros, derrotas, triunfos y fortalezas, por darme la fuerza, persistencia y paciencia para encontrarte, sin ti me hubiera perdido en el camino, tú, eres el puente que he de cruzar, para conectarme con el mundo, y poner en equilibrio, ese inmenso océano de interioridades por las cuales sé ahora ¿Quién soy sin los demás?
Contemplating a star in the distance, my soul is sublimated by the sordid silence that lies dormant in the inner abyss, in its depths are ethereal and utopian landscapes, drawn with the brushes of absences, their shades are perfumed by memory and oblivion, which comes and goes in the stillness of my serenity, in this placid emptiness that surrounds me. Connection and disconnection, there is the dilemma to know when one is in one or the other extreme. I, as a good tightrope walker, balance between reason and unreason, so I avoid falling into the immense ocean of ambiguities, between the eternal duel of light and darkness; that is why I usually shelter myself in the velvet of the twilight, where my being is eclipsed.
Once clouded by the silent solitude, I can begin that inner journey to nothingness and everything, which will take me to that mysterious and magical place, where I find the genuine freedom to explore my inner self, and be myself, regardless of the opinions of that noisy outside world, which judges us, sinking in us, the poisonous daggers of vanity, indifference and ego.
Oh, solitude, endless journey to unknown destinations, take me in your lap, give me breath to immerse myself in your lustral waters, and find respite in the depths of the ocean of my inner ocean, in order to purify myself from the worldly external noise, which clouds with its distractions, the sacred silence, peace and harmony, trinities that can only be found in the sanctuary of happiness and pure love, which lie like priceless treasures, in the inner and unexplored regions of the mind; where many are called and few are chosen, but only those who know the mantra have access: Ask, and it shall be given unto you; seek, and ye shall find; knock, and the doors shall be opened unto you. For everyone who asks, receives; and he who seeks, finds; and to him who knocks, it shall be opened.
Loneliness is a sharp and flaming sword, which illuminates and tears the gray veils of absence, which give access to the lost ancestral knowledge, once fallen in the manifested; discovered that treasure, we can bury in the sands of time, fanaticism, tyranny and ignorance, award-winning protagonists of the outside world. Beloved solitude, those who do not know you, you may seem arrogant to them, a black and deep void, forgive them, they ignore that you are a logarithm that can be accessed, and that can be deciphered, unveiled and enjoyed. You, my solitude, thank you for letting me know my weaknesses, achievements, defeats, triumphs and strengths, for giving me the strength, persistence and patience to find you, without you, I would have lost my way, you, you are the bridge I have to cross, to connect with the world, and put in balance, that immense ocean of interiorizes by which I know now who I am without others?
📌 Translated with www.DeepL.com/Translator (free version) Notice to the reader My mother tongue is Spanish, so please excuse me for any grammatical or syntax errors in the translation of this content.
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