For as long as I can remember, music has been an essential part of my life and I cannot imagine a world without it; I could say that I would not be the same person if it had not been so present in my journey through this earthly plane.
It is inevitable for me that my memories are accompanied by some melody that was in the environment. To give you an example, I listen to Dad's violin every time, in my mind, I evoke a hot afternoon or I listen to rock songs when I remember the moments when I felt more lonely.
It also happens the other way around, I listen to a melody and a part of my past comes back. I love it when it brings back beautiful moments, there I live to the fullest the saying "to remember is to live". However, I have to confess that sometimes it drags things that I prefer to forget, but I can't prevent them from entering my mind. At least the bad memories fade away as soon as the song ends.
I have listened to everything, but I can assure you that there have been few melodies that have marked my life. This is not to say that I am not fond of many of the songs that have delighted my ears. Some of the songs that fall into these aspects are the little church choirs, I loved when they put me to sing them (I must clarify that I can not sing) and people for some reason liked how I did it and that's why I was nicknamed forever as the "sister of the little choirs".
Much of my life was filled with Christian hymns and choruses, so obviously one of my favorite songs is one that falls into this category. "How great is He" has been part of my hardest process.
My most recent memory is when I sang it to Sophia while she was still in the womb. Tears ran down my face every time I sang that beautiful hymn. I felt the comfort of the Creator like a balm that healed all our wounds. After these moments of spirituality, I was totally renewed.
Continuing with the theme of spirituality, there was another stream of music that helped me to let out the whirlwind of emotions on more than one occasion. Hebrew music came to me at a very hard time in my family. Still, at that time I did not understand that many things were beyond my control. I felt helpless and wanted to be able to help, but it was impossible.
One day I decided to pay attention to the lyrics of these songs and I made an effort to look up the meaning of some of them that were only sung in Hebrew. I learned them and from then on there was no turning back. I felt like I was spiritually uplifted every time I sang them, I felt very happy.
From that moment on I always had a repertoire with the ones I liked the most. One day I heard Tzadik katamar and it became my favorite song among them all. It fills me with hope every time I sing it and reminds me that I am always before the Creator
Rock is in my blood
It was when I started college that I began to enjoy this musical genre. The truth is that I had heard very little of it before but it did call my attention deeply. I can say that rock marked the beginning of independence for me.
Every time I listened to that music I felt totally free to be myself. Rock came along with the change in my way of thinking. Many times it meant rebellion, joy, anger, sadness, love; in short, all the emotions I felt at that time. It was a part of me that I wasn't even aware existed and I loved it. What I didn't know was that more than one at home enjoyed it.
Once I found myself inadvertently talking to my father about music and I confessed to him that I really liked rock. You don't know how surprised I was when I found out that my father knew a lot about the subject and not only that, he suggested some singers that I might like. The funny thing is that he had never mentioned it to me and we even liked the same bands.
I will never forget when after that conversation together we watched several videos of the 1969 Woodstock Festival. Every time I remember it makes me laugh and I keep this memory with great affection because my father at that moment broke without knowing a barrier that separated us.
I couldn't wait for Sofia to grow up and like I did with my father, share musical experiences. She may not like the same genres as me but it will be worth adapting to her to be able to generate a bond that will last a lifetime.
I also want to be able to teach her the music I like, so she can understand me a little bit (laughs), especially a Stratovarius song called Hunting high and low because I feel it defines me.
My life has been full of ups and downs, expected and unexpected, many times I fought against the current and when I couldn't, I had to let everything flow. The important thing is that during the whole journey you always stay true to yourself and as the song says:
"Sometimes I may win sometimes I'll lose
It's just a game that I play"
I hope you liked my publication, you can leave your comments and suggestions at the end of this post. A big hug and see you next time.
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Spanish
Música que me reconfortó
Desde que recuerdo, la música ha sido parte esencial de mi vida y no puedo imaginar un mundo sin ella; podría afirmar que no sería la misma persona si no hubiese estado tan presente en mi transitar por este plano terrenal.
Es inevitable para mí que mis memorias vengan acompañadas de alguna melodía que estaba en el ambiente. Para darles algún ejemplo, escucho el violín de papá cada vez que, en mi mente, evoco una tarde calurosa o escucho canciones de rock cuando hago memoria de los momentos en los que me sentí más sola.
También ocurre a la inversa, escucho una melodía y vuelve una parte de mi pasado. Me encanta cuando me trae de regreso bellos momentos, ahí vivo a plenitud el dicho "recordar es vivir". Sin embargo, tengo que confesar que a veces arrastra cosas que prefiero olvidar, pero no puedo evitar que se adentren en mi mente. Por lo menos los malos recuerdos se esfuman apenas termina la canción.
He escuchado de todo, pero puedo asegurar que han sido pocas las melodías que han marcado mi vida. Con esto no quiero decir que no le tenga cariño a muchas de las canciones que han deleitado mis oídos. Algunas de las canciones que entran en esos aspectos son lo coritos de la iglesia me encantaba cuando me ponían a cantarlos (debo aclarar que no se cantar) y a la gente por alguna razón le gustaba como lo hacía y por eso quedé apodada por siempre como la "hermana de los coritos".
Gran parte de mi vida fue llena con himnos y coros cristianos, así que obviamente una de mis canciones favoritas es una que pertenece a esta categoría. "Cuán grande es Él" ha sido parte de mis procesos más duros.
Mi recuerdo más reciente es cuando se la cantaba a Sofía estando ella aún el vientre. Lágrimas corrían de mi rostro cada vez que entonaba ese hermoso himno. Sentía el consuelo del Creador como un bálsamo que sanaba todas nos heridas. Después de estos momentos de espiritualidad totalmente renovada.
Siguiendo con el tema de la espiritualidad, hubo otra corriente musical me ayudó a dejar salir el torbellino de emociones en más de una ocasión. La música hebrea llegó a mí en un momento familiar muy duro. Todavía en esa época no entendía que muchas cosas escapaban de mi control. Me sentía impotente y quería poder ayudar, pero me era imposible.
Un día decidí prestarles atención a las letras de estas canciones y me esforcé por buscar el significado de algunas que eran solo en cantadas en hebreo. Me las aprendí y desde ahí no hubo vuelta atrás. Sentía como me elevaba espiritualmente cada vez que las cantaba, me sentía muy feliz.
A partir de ese momento siempre tuve un repertorio con las que más me gustaban. Un día escuché Tzadik katamar y se quedó como mi canción preferida entre todas. Me llena de esperanza cada vez que la canto y me recuerda que estoy delante del Creador siempre.
El rock se lleva en la sangre
Fue cuando inicié la universidad que empecé a disfrutar de este genero musical. La verdad es que muy poco lo había escuchado anteriormente pero si me llamaba profundamente la atención. Puedo decir que rock marcó el inicio de independencia para mí.
Cada vez que escuchaba aquella música me sentía en total libertad para ser yo misma. El rock vino junto con el cambio de manera de pensar. Muchas veces significó rebelión, alegría, ira, tristeza, amor; en fin, todas las emociones que sentía para esa época. Era una parte de mí que estaba ni siquiera sabía que existía y me encantaba. Lo que no sabía era más de uno en casa la disfrutaba.
Una vez me encontré sin querer hablando con mi padre de música y le confesé que me gustaba mucho el rock. No saben la sorpresa que me dí al enterarme que mi padre conocía bastante del tema y no solo eso, me sugirió algunos cantantes que podrían gustarme. Lo curioso es que jamás me lo había comentado y nos gustan hasta las mismas bandas.
Jamás olvidaré cuando después de aquella conversación juntos vimos varios videos del Festival de Woodstock de 1969. Cada vez que lo recuerdo me da risa y guardo este recuerdo con mucho cariño porque mi padre en ese momento rompió sin saber una barrera que nos separaba.
No pudo esperar a que crezca Sofía y así como hice con mi padre, compartir experiencias musicales. Quizás no le guste los mismos géneros que a mí pero valdrá la pena adaptarse a ella para poder generar un vínculo que dure para toda la vida.
Quiero poder enseñarle también la música que me gusta, para que pueda entenderme un poquito (risas) en especial una canción de Stratovarius titulada Hunting high and low porque siento que me define.
Es que mi vida ha estado llena de altos y bajos, esperados e inesperados, muchas veces luché contra la corriente y al no poder, tuve que dejar que todo fluyera. Lo importante es que durante todo el trayecto siempre seas fiel a tí mismo y como dice la canción:
"Sometimes I may win sometimes I'll lose
It's just a game that I play"
Espero les haya gustado mis publicación, pueden dejar sus comentarios y sugerencias al final de este post. Un fuerte abrazo y hasta la próxima.
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