Este post quiere ser un aporte a una de las últimas iniciativas de la comunidad, la referida a la democracia, al mismo tiempo es una reflexión hecha desde los últimos acontecimientos suscitados en Venezuela, específicamente me refiero al exilio forzado, en forma de salvoconducto, del candidato que sacó más votos en las elecciones presidenciales. Puede haber algo positivo en esto? Aparte de la posible presión que pueda ejercer en la comunidad internacional, punto sobre el cual al final también me voy a referir, lo veo como una oportunidad para darle fuerza al protagonismo del pueblo, algo que es esencial para hablar de una democracia auténtica.
Me refiero a que es una oportunidad para darle mayor protagonismo al pueblo porque al no estar el candidato ganador dentro del territorio nacional nos sentirnos en cierta forma desprotegidos. No obstante, esta realidad puede ser también una ocasión para desde otra perspectiva defender la soberanía popular, expresada claramente en los pasados comicios presidenciales, una defensa que va más allá del lugar donde actualmente esté el presidente electo, porque se fundamenta en la voluntad de todo un país que está dispuesto a una, Dios mediante, próxima transición.
En breves palabras, lo bueno de lo malo que el presidente electo no esté en el país, es que ahora le corresponde más explícita y claramente al pueblo y otros actores políticos hacer valer y respetar el deseo común de una gran nación. Y qué más democrático que esto? Es decir, qué más democracia que participar desde diversos espacios para hacer posible el efectivo cambio político esperado. En efecto, en un sistema democrático todos debemos sentirnos corresponsables (en mayor o menor medida) de los destinos de las comunidades, y por ello, tomar las acciones concernientes a la búsqueda e implantación del bien común, esto es, un mayor bienestar político, económico y social para todos.
La fortaleza de la democracia es, al mismo tiempo, su debilidad, ya que al considerar la participación de todos o la mayoría del pueblo, esto puede acelerar o relentizar los procesos, o incluso, no permitir que sucedan. Es aquí donde me quiero referir a la comunidad internacional, ya que en las sociedades modernas de hoy tienen un peso importante en la democracia de cada país, sobre todo cuando estos están sumidos en sistemas totalmente opuestos, donde la democracia es simplemente una bandera o un concepto vacío que pregonan pero no promueven realmente.
Ante esta realidad, pensemos en el caso de Venezuela, la comunidad internacional hace lo que debería? O se limita sólo a satisfacer sus propios intereses? Quisiera afirmar lo contrario pero hasta el momento lo que en general percibo es que nadie quiere "cruzar" los límites. Pero, cuáles son los límites? Hasta dónde tiene que llegar un gobierno para que los que pueden hacer algo realmente efectivo lo hagan?
Creo que hemos avanzado en muchas cosas pero en sensibilidad humana, todavía nos falta. Trato de comprender que no es una tarea sencilla pero al punto que voy es que el apoyo real para que los proyectos democráticos de las naciones se respeten es algo que se echa de menos. Mientras éste llega, no podemos detenernos en seguir afianzando la conciencia democrática, pues, cuando el sol brille totalmente, es tarea de todos la reconstrucción de la nación desde las bases más esenciales. Esto es lo bueno de lo malo, descubrir y asumir nuestro papel en los procesos políticos del país.
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