Era febrero del año 2017, estaba a pocos días de mi cumpleaños y había pedido salir de vacaciones hacía como 3 meses atrás, como para que no hubieran imprevistos.
En esa época vivía sola en Asunción, y me había propuesto conocer uno de los lugares que tanto deseaba visitar.
El lugar elegido para tener unos días de merecido descanso fue mi vecina Bolivia, así podría ir a ver el famoso Salar de Uyuni que tiene un paisaje alucinante, en el que pareciera que caminamos sobre nubes.
Bolivia tiene inumerables lugares turísticos que hace que sea demasiado difícil decidir dónde ir.
El segundo sitio elegido fue Copacabana, para poder navegar el legendario Lago Titicaca, visitar la Isla del Sol y recobrar energías.
Tenía en mi itinerario muchos otros sitios para recorrer, pero había algo en Copacabana y el Lago Titicaca que hicieron que no quiera salir de ese sitio lleno de colorido y magia.
En una de mis visitas a la Isla del Sol me topé con estos simpáticos niños y su Llama 🦙 que muy alegres se ofrecían a tomarse una foto con los turistas por un par de Bolivianos.
Así fue que casi de rodillas para estar a la misma altura que ellos, me dispuse a posar para la foto, que amablemente tomó el guía de la excursión.
Luego de eso seguimos el recorrido por la isla, viendo lugares con siglos de historia, de épocas en las que los Dioses se aparecían a los hombres para hablarles y brindarles sus conocimientos.
Sin dudas, volvería a repetir este lugar en unas futuras segundas vacaciones!