My visit to a friend in southern Italy was an unforgettable experience that allowed me to discover wonderful places and hidden secrets of the region. One of those magical places was Bagni Regina Giovanna, a romantic, natural and wild corner that became one of the fondest memories of my trip to the Amalfi Coast.
It all started when my friend, who lives in Sorrento, invited me to spend a few days with her. Sorrento is known for its charm and beauty, but what awaited me was an even more special place. My friend, a connoisseur of the less touristy corners of the region, suggested an excursion to Bagni Regina Giovanna, a place she said I had to see.
A place that does not appear in most tourist guides, which makes it even more attractive. This hidden corner can only be accessed on foot, which adds a touch of adventure to the experience. We started our hike from Sorrento, walking along paths surrounded by Mediterranean vegetation, with the scent of lemon and olive trees permeating the air. The path, although somewhat steep and rocky, offered spectacular views of the Tyrrhenian Sea.
After about forty minutes of walking, we arrived at our destination. What appeared before my eyes was a breathtaking sight: a natural pool of crystal clear water surrounded by cliffs and vegetation. Bagni Regina Giovanna is a small inlet connected to the sea by a natural rock arch. This place owes its name to Queen Giovanna of Anjou, who, according to legend, used to come here to enjoy private baths and the beauty of the place.
The setting was simply magical. The sunlight reflected off the turquoise waters, creating flashes of color that looked like something out of a dream. The sound of the waves gently crashing against the rocks and the tranquility of the place contributed to an atmosphere of peace and serenity that I have rarely experienced. We sat on the rocks, letting the warmth of the sun caress our skin, while enjoying a simple lunch with local products we had brought: fresh bread, cheese, olives and wine.
After lunch, I could not resist the temptation to swim in those tempting waters. The sensation of diving into the natural pool was incredible. The water was surprisingly warm and clear, allowing me to see the bottom full of small fish and algae. I swam to the rock arch that connected the inlet to the open sea, marveling at the natural perfection of the place.
The tranquility of Bagni Regina Giovanna was a welcome contrast to the bustle of the nearby towns and better-known tourist areas of the Amalfi coast. Here, time seemed to stand still, allowing me to connect deeply with nature and enjoy the present moment without distraction.
As evening fell, we began our return to Sorrento, (with a motorcycle that we rented to get around the Amalfi coast, that's a great recommendation I can suggest for its narrow roads is very convenient), with our hearts full of gratitude and our minds full of indelible memories. The walk back, although somewhat tiring, was accompanied by a sunset that tinged the sky with orange and pink tones, a perfect ending to a perfect day.
Getting to know Bagni Regina Giovanna was, without a doubt, one of the highlights of my trip to Italy. This hidden corner not only offered me the opportunity to explore unparalleled natural beauty, but also allowed me to experience a more intimate and authentic side of the region, away from the crowds. It was an experience that reminded me of the importance of seeking out and appreciating those special places that, although lesser known, have the ability to leave us with memories that will last a lifetime.
SPANISH VERSION (click here!)
Mi visita a una amiga en el sur de Italia fue una experiencia inolvidable que me permitió descubrir lugares maravillosos y secretos escondidos de la región. Uno de esos lugares mágicos fue Bagni Regina Giovanna, un rincón romántico, natural y salvaje que se convirtió en uno de los recuerdos más entrañables de mi viaje a la costa amalfitana.
Todo comenzó cuando mi amiga, que vive en Sorrento, me invitó a pasar unos días con ella. Sorrento es conocida por su encanto y su belleza, pero lo que me esperaba era un lugar aún más especial. Mi amiga, conocedora de los rincones menos turísticos de la región, me propuso una excursión a Bagni Regina Giovanna, un sitio que, según ella, debía conocer.
Un lugar que no aparece en la mayoría de las guías turísticas, lo que lo hace aún más atractivo. Este rincón escondido solo se puede acceder a pie, lo que añade un toque de aventura a la experiencia. Empezamos nuestra caminata desde Sorrento, recorriendo senderos rodeados de vegetación mediterránea, con el aroma de los limoneros y olivos impregnando el aire. El camino, aunque algo empinado y rocoso, ofrecía vistas espectaculares del mar Tirreno.
Después de unos cuarenta minutos de caminata, llegamos a nuestro destino. Lo que apareció ante mis ojos fue una vista impresionante: una piscina natural de aguas cristalinas rodeada de acantilados y vegetación. Bagni Regina Giovanna es una pequeña ensenada conectada al mar por un arco natural de roca. Este lugar debe su nombre a la reina Giovanna de Anjou, quien, según la leyenda, solía venir aquí para disfrutar de baños privados y de la belleza del lugar.
El entorno era simplemente mágico. La luz del sol se reflejaba en las aguas turquesas, creando destellos de colores que parecían sacados de un sueño. El sonido de las olas rompiendo suavemente contra las rocas y la tranquilidad del lugar contribuían a una atmósfera de paz y serenidad que pocas veces he experimentado. Nos sentamos en las rocas, dejando que el calor del sol acariciara nuestra piel, mientras disfrutábamos de un almuerzo sencillo con productos locales que habíamos traído: pan fresco, queso, aceitunas y vino.
Después del almuerzo, no pude resistir la tentación de nadar en esas aguas tentadoras. La sensación de sumergirse en la piscina natural fue increíble. El agua era sorprendentemente cálida y transparente, permitiendo ver el fondo lleno de pequeños peces y algas. Nadé hasta el arco de roca que conectaba la ensenada con el mar abierto, maravillándome con la perfección natural del lugar.
La tranquilidad de Bagni Regina Giovanna era un contraste bienvenido con el bullicio de las ciudades cercanas y las áreas turísticas más conocidas de la costa amalfitana. Aquí, el tiempo parecía detenerse, permitiéndome conectar profundamente con la naturaleza y disfrutar del momento presente sin distracciones.
Al caer la tarde, comenzamos nuestro regreso a Sorrento, (con una moto que alquilamos para movernos por la costa amalfitana, esas es una gran recomendacion que puedo sugerir por sus estrechos caminos es muy conveniente), con el corazón lleno de gratitud y la mente repleta de recuerdos imborrables. La caminata de vuelta, aunque algo cansada, fue acompañada por una puesta de sol que tiñó el cielo de tonos anaranjados y rosados, un cierre perfecto para un día perfecto.
Conocer Bagni Regina Giovanna fue, sin duda, uno de los puntos culminantes de mi viaje a Italia. Este rincón escondido no solo me ofreció la oportunidad de explorar una belleza natural incomparable, sino que también me permitió experimentar un lado más íntimo y auténtico de la región, lejos de las multitudes. Fue una experiencia que me recordó la importancia de buscar y apreciar esos lugares especiales que, aunque menos conocidos, tienen la capacidad de dejarnos recuerdos que durarán toda la vida.