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Hoy me toca hablarles acerca del árbol de Navidad y para hacerlo me traslado hace muchos años con la tradición que teníamos acá en casa, del arbolito de Navidad.

Generalmente alrededor del 10 de diciembre, quizá el 12 a más tardar, ya nos disponíamos como familia a adquirir el árbol navideño.

Recuerdo con mucha precisión cómo íbamos papá, mamá y yo en el carro hasta las ferias que generalmente hacían en un lugar que llamamos las Mercedes, donde vendían pinos canadienses.

Por supuesto, el ambiente era súper festivo.

Esos recuerdos del olor a pino y ver guirnaldas y escarcha dorada y plateada por todos lados son inolvidables, sobre todo porque esto es algo muy característico de la época navideña.

El sentir ese frío característico en este lugar y el ambiente con toda la música navideña y toda la gente buscando arbolitos es algo que realmente no tiene punto de comparación.

Quienes son venezolanos y saben de lo que estoy hablando conocen muy bien esa emoción que se siente al pasearse por los distintos pinos y ver a los niños corriendo emocionados también, diciéndole a los padres "¡papi, papi, este!".

Recuerdo mucho esa emoción de escoger el arbolito adecuado con el tamaño adecuado. En nuestro caso no podíamos llevar uno muy grande porque vivimos en un edificio y el límite de la altura del techo no nos permite escoger un árbol que sea demasiado grande, porque si fuera por nosotros, sí lo haríamos.

Recuerdo que para la casa de mi abuela sí podíamos agarrar un pino más grande, pero ellos se encargaban de adquirir el pino por otro lado, no íbamos nosotros.

Mi abuela iba con sus amigas a comprar el pino en diciembre y recuerdo que sí ayudábamos a montarlo el mismo día 24.

Nuestro ritual era que el día 23 en la noche nos poníamos a sacar todos los adornos que teníamos guardados en el cuarto, los limpiábamos y encontrábamos allí todas las guirnaldas, todos los angelitos que a mi mamá le gustaba mucho colgar en el árbol. Eran angelitos de distintos tamaños.

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Las luces, que recuerdo que siempre nos lastimábamos con ellas, porque estas luces para los árboles tienen como una especie de piquitos de plástico y, como generalmente nosotros nos poníamos a arreglar el arbolito en sandalias, pues estas luces se nos enredaban en las sandalias y cuando pisábamos, generalmente terminábamos lastimándonos.

Recuerdo que el dolor era tan fuerte como el que sentíamos cuando pisábamos una pieza del famoso Lego.

Recuerdo también que yo era el que siempre quería poner la estrella en la punta del arbolito, que en nuestro caso era un angelito que sostenía una estrella.

Era una especie de cerámica que se amarraba.

Yo me montaba en la silla y colocaba el angelito en la parte superior del árbol de Navidad.

Generalmente, ya el 23 en la noche teníamos nuestro arbolito y lo que hacíamos es que el nacimiento con las ovejitas y todo eso lo colocábamos al pie del arbolito.

Alrededor, pues, todos los regalos que ponían mis padres y tal, allí alrededor del arbolito.

Nosotros, como toque adicional, teníamos dentro de nuestro nacimiento unos lugarcitos para poner hogueras, donde estaban reunidos los pastorcitos y ovejitas alrededor.

En ese lugar, donde teníamos esa especie de huequito para hogueras, allí poníamos incienso o mirra.

Entonces, salía todo el olor de mirra y le daba como más vida al nacimiento y al arbolito, pues se veía todo muy bonito.

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De esta manera construíamos nosotros el arbolito navideño, siempre con angelitos y con colores.

Tratábamos, dentro de lo posible, no cortar algunas ramas y las cortábamos para que pudieran caber en el apartamento.

Recuerdo también que al gato le encantaba mucho treparse por el arbolito. Mi gato, el que le dio nombre a esta cuenta, se gustaba morder las luces y yo siempre andaba peleando y pendiente de que él no lo hiciera para que no se lastimara. No me importaba tanto el arbolito, sino que él no se lastimara con las luces y la corriente.

Esos eran tiempos bonitos y mejores.

Actualmente, ya como adulto, no coloco arbolito ni nacimiento porque son tradiciones que, a pesar de que me parecen muy bonitas y muy autóctonas, implican gastos financieros que yo actualmente no puedo costear.

Al menos si tuviera el beneficio económico que reciben otros creadores de contenido, esos que hacen una publicación de 6 fotos y que no reciben un solo comentario en sus post y que teniendo el post menos de 1 hora de publicado ya reciben altisimas cantidades de recompensas...se nota claramente el "blased" y sesgo que existe...como siempre lo digo "las mafias".

Aquí en Hive los veo tomando café y los veo dándose muy buena vida, haciendo viajes y tomando fotografías de los lugares que visitan constantemente, mientras yo ni siquiera tengo para poder comprarme un par de calcetines nuevos.

Así podría yo también darme el gusto de mostrarles un arbolito y sonreír como ellos hacen, pero supongo que son diferentes realidades, que también hay preferencia por distintas personas , y distintos contenidos en la cadena de bloques.

Yo no soy la excepción, pero sí les puedo decir que disfruto con lo que tengo y lo que comparto con ustedes, sin tener que ir por la vida lamiendole las botas a este o a aquel.

Bueno, de esta manera es que yo les comparto y les muestro a ustedes cómo monto yo mi árbol de Navidad y los recuerdos que tengo sobre esto.

Gracias por visitar y que pasen una feliz Navidad.

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Today I have to talk to you about the Christmas tree and to do so I go back many years to the tradition we had here at home, of the Christmas tree.

Generally around December 10, perhaps the 12th at the latest, we as a family were preparing to purchase the Christmas tree.

I remember very precisely how dad, mom and I would go in the car to the fairs that were usually held in a place we called Las Mercedes, where they sold Canadian pine trees.

Of course, the atmosphere was super festive.

Those memories of the smell of pine and seeing garlands and gold and silver glitter everywhere are unforgettable, especially because this is something very characteristic of the Christmas season.

Feeling that characteristic cold in this place and the atmosphere with all the Christmas music and all the people looking for trees is something that really has no point of comparison.

Those who are Venezuelans and know what I am talking about know very well that emotion that is felt when walking through the different pine trees and seeing the children running excited too, telling their parents "daddy, daddy, this one!"

I really remember that excitement of choosing the right little tree with the right size. In our case we could not take a very large one because we live in a building and the ceiling height limit does not allow us to choose a tree that is too large, because if it were up to us, we would.

I remember that for my grandmother's house we could get a larger pine tree, but they were in charge of acquiring the pine tree elsewhere, we didn't go.

My grandmother went with her friends to buy the pine tree in December and I remember that we did help assemble it on the 24th.

Our ritual was that on the night of the 23rd we would take out all the decorations that we had stored in the room, we would clean them and find there all the garlands, all the little angels that my mother really liked hanging on the tree. They were little angels of different sizes.

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The lights, I remember that we always hurt ourselves with them, because these lights for the trees have a kind of little plastic spikes and, since we generally started to fix the tree in sandals, because these lights got tangled in our sandals and when we stepped on it, we usually ended up getting hurt.

I remember that the pain was as strong as the one we felt when we stepped on a piece of the famous Lego.

I also remember that I was the one who always wanted to put the star on the top of the tree, which in our case was a little angel holding a star.

It was a type of ceramic that was tied together.

I would get on the chair and place the little angel on top of the Christmas tree.

Generally, on the night of the 23rd we had our little tree and what we did was place the nativity scene with the sheep and all that at the foot of the tree.

Around, then, all the gifts that my parents put and such, there around the little tree.

We, as an additional touch, had some little places inside our nativity to put bonfires, where the little shepherds and sheep were gathered around.

In that place, where we had that kind of little bonfire hole, we would put incense or myrrh there.

Then, the whole smell of myrrh came out and gave more life to the birth and the little tree, because everything looked very beautiful.

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This is how we built the Christmas tree, always with angels and colors.

We tried, as much as possible, not to cut some branches and cut them so that they could fit in the apartment.

I also remember that the cat really loved climbing the tree. My cat, the one who gave this account its name, liked to bite the lights and I was always fighting and making sure that he didn't do it so that he wouldn't get hurt. I didn't care so much about the little tree, but rather that he didn't get hurt by the lights and current.

Those were beautiful and better times.

Currently, as an adult, I do not put up a tree or a nativity scene because they are traditions that, although they seem very beautiful and very native to me, involve financial expenses that I currently cannot afford.

At least if I had the economic benefit that other content creators receive, those who make a publication of 6 photos that do not receive a single comment and having the post published less than 1 hour already receive high amounts of rewards... it is clearly noticeable the "blased" and bias that exists...as I always say "the mafias".

Here at Hive I see them drinking coffee and I see them living a very good life, taking trips and taking photographs of the places they constantly visit, while I don't even have the money to buy a new pair of socks.

So I could also give myself the pleasure of showing them a little tree and smiling like they do, but I suppose they are different realities, that there is also a preference for different people, and different content in the blockchain.

I am no exception, but I can tell you that I enjoy what I have and what I share with you, without having to go through life licking the boots of this one or that one.

Well, this is how I share and show you how I set up my Christmas tree and the memories I have about it.

Thanks for visiting and have a Merry Christmas.