Hola, estimados hivers. Espero que estén muy bien. En esta ocasión escribo para participar en este concurso TopFiveFamily Observa Piensa Escribe #TopFiveFamily.
Tomando en cuenta la imagen (propiedad de @lanzjoseg) propuesta para esta oportunidad, les comento que me evocó recuerdos de mi infancia. Cuando mis hermanos y yo éramos niños, mi padre hizo un par de pozos para criar peces. A nosotros nos gustaba ver el agua estancada y jugar con el lodo arcilloso de los alrededores, moldeando pequeñas vasijas. Recuerdo que con arcilla extraída de allí mi mamá moldeó unas tazas que serían presentadas en el preescolar al que asistía mi hermano. Cuando estuvieron secas las pintó con temperas y lucieron bonitas. Lamentablemente, pronto se quebraron.
Volviendo al tema de los pozos, recuerdo que eran pequeños. Albergaban a no más de una docena de peces, unos eran de color oscuro y otros eran de color rosa o salmon, según recuerdo. Nos gustaba que mi padre nos llevara allí y nos dejara lanzar un poco de alimento. Así podíamos ver como los peces subían a la superficie para alimentarse, mientras se rodeaban de burbujas al respirar. Como niños admirábamos la escena.
Un día, mi papá tuvo que desocupar uno de los pozos y, para poder hacerlo, con la ayuda de un tipo de colador pasó los peces a un recipiente con agua. Mi hermano tendría unos cuatro o cinco años de edad. Era bastante curioso, al verlos nadar en el recipiente se quedó mirándolos y, de repente, acercó uno de sus dedos a uno de los animales. Lo mordió... no recuerdo que tan fuerte fue, lo cierto es que corrió llorando porque "el pescado" lo "picó".
Años más tarde, aún seguíamos recordando el día en que el pez le mordió el dedo a mi hermano. Cada vez que lo recordamos nos causa mucha risa.