Mayte es mi hermana, la que sigue después de mí, la sentimental, la noble, la de la sonrisa hermosa, la de los ojos expresivos, la cariñosa, la que saltaba de la emoción cuando supo que sería tía, la sincera, la de carácter difícil, la tremenda, la que se escapaba de la cuna cuando solo gateaba. Mayte Candela, como le decía mi abuela cuando era niña.
Una mañana, cuando solo tenía 6 años, luego de cepillarse los dientes mi mami notó algo diferente, en vez de ir a guardar su cepillo dónde acostumbraba hacerlo, tomó otro camino y la vió como desorientada. Mi mami le preguntó a dónde iba a llevar el cepillo y ella siguió caminando como si no la escuchara y mi mami fue detrás de ella y repentinamente, Mayte cayó al suelo.
Pasó unos cuantos minutos desmayada, incluso dió chance de esperar a que llegara un taxi y la llevaran al hospital. Sin embargo, al llegar allá, Mayte acababa de reaccionar así que los médicos en el hospital no le dieron mucha importancia.
Mis padres, no quedaron conformes y en esa misma semana fueron a Barquisimeto a llevarla con un pediatra y este a su vez la remitió a un neurólogo.
Luego de varios exámenes, como un electroencefalograma y otros ahí, el diagnóstico para Mayte es que tenía una irritación cerebral lo cual en algunos momentos dificultaba que llegara suficiente oxígeno a varias partes del cerebro.
Cuando mis padres tuvieron el diagnóstico, decidieron no compartirlo con toda la familia para que no tuvieran un trato diferente hacía ella. Primero, para que ni yo ni mi hermanita, que en ese momento tenía alrededor de 8 meses, sintieramos celos y para que Mayte no se sintiera limitada.
Este médico le recetó unas medicinas que la mantenían prácticamente adormecida la mayor parte del tiempo y como para ese entonces ella estaba en el último lapso de primera grado, no era conveniente que estuviera así. Por lo tanto, mis padres decidieron buscar otra opinión.
El siguiente médico, le mandó a repetir de nuevo los exámenes. Este médico, dijo que Mayte en efecto sí tenía la irritación cerebral, aparte de esto dijo que tenía tres años de retraso y que debían ser muy cuidadosos con ella porque en el cualquier momento la irritación podría derivar en una epilepsia.
Prohibió que montara en bicicleta,.a caballo, que no corriera, que no saltara, que no se expusiera mucho al sol, que no la saturaran con actividades escolares, que no siguiera en tareas dirigidas, etc.
Así, mis padres que no querían un trato diferente hacía Mayte, terminaron sobreprotegiendola. Los dos se pasaban el tiempo reprendiendola porque aprovechaba cuando mi mami dormía para salirse al garaje cuando había más sol a pasear en bicicleta. Quería jugar corriendo o saltando. Quería hacer las cosas propias de un niño.
Cuando comenzó el segundo grado tuvieron que entregar un informe a la maestra que explicaba las razones para que Mayte no realizara actividad física.
Realmente, en ese primer lapso Mayte no obtuvo buenas calificaciones debido a que evitaban "saturarla". Y le explicaron a la maestra lo que dijo el doctor. Así, esta "maestra", decidió que lo mejor era regresar a Mayte a primer grado.
A mis padres no les agradó esto y consultaron con la maestra que le dió clases en primer grado y ella les dijo que eso no se puede hacer y les recomendó ir con una psicopedagoga. La psicopedagoga les dijo que no es posible hacer lo que sugería la maestra y ya, no dió otras indicaciones o consejos.
Mis padres ayudaron a Mayte con su avance en la escuela y pasó a tercer grado. En ese momento, a mi abuela no le cuadró mucho cómo ese médico estaba llevando el caso de Mayte. Tenía controles cada dos o tres meses, siempre había que repetir los exámenes y mis padres estaban estresados por los gastos y por sobreproteger a Mayte.
Así que consiguió otra doctora. Y se lo hizo saber a mi papá. Le mencionaba lo mucho que se la recomendaron. Pero mi papá, terco, le dijo que no cambiaría de médico otra vez. Mi abuela siguió insistiendo cada vez que podía hasta que él se molestó y ella le dijo a mi mami que no se metería más que solo intentaran con esa doctora.
Y si mal no recuerdo, mis abuelos dieron el dinero para ir con esa nueva doctora, así que mi mami llevó a Mayte con esta nueva doctora llamada Marjorie.
Desde la primera consulta hasta Mayte llegó contenta. La doctora, les explicó bien de qué trataba su condición, que con un buen tratamiento se podía curar, y que Mayte no tenía ningún retraso y que en muy raros casos había derivado en una epilepsia.
Les explicó que el cerebro es como un músculo, que debe ser trabajado para que crezca y debe tener el correcto descanso. Le indicó otro tratamiento, también que no enciendan la luz cuando duerme (esto no se le debe hacer a nadie pero en especial q personas con alguna condición cerebral), la mandó a tareas dirigidas, a realizar alguna actividad extracurricular y a llevar una vida normal.
Qué felicidad para Mayte!
Ya podía jugar tranquilamente. Incluso comenzó en clases de cuatro pero por la distancia, no continuaron llevándola.
Mayte salió de primaria, comenzó secundaria, durante la secundaria practicó basquetbol y kickboxing junto a mí. Salió de la secundaria.
Comenzó en la universidad, mientras tanto, practicaba fútbol e iba al gimnasio. En cada actividad que hacía, se destacaba.
En el 2017 congeló sus estudios universitarios por ir a vivir unos meses en Colombia.
Retomó sus estudios en el 2020 y en octubre de 2021 recibió su título de TSU en contaduría pública.
Mayte ha sido una mujer de metas, no de sueños. Al regresar de Colombia, realizó cursos en el Colegio de Contadores y en el 2021, mientras esperaba su título, decidió comenzar un diplomado y mis padres la apoyaron. Ayer, recibió su certificado por culminar el diplomado en "Alta gerencia empresarial y dirección organizacional".
Hemos tenido juntas varios intentos de emprendimiento, generalmente, haciendo tortas y panes para vender.
Actualmente, es ejecutivo en el Banco Bicentenario. Aunque no tiene un buen sueldo, hace su trabajo con amor y eficiencia. Se ha destacado en su trabajo y es muy responsable.
Y como dije anteriormente, Mayte es una mujer de metas, así que para ayudarse con ciertas metas que tienes, también vende cobijas, sábanas y toallas. Sale de trabajar, llega a la casa donde vive con su novio y hace sus quehaceres para luego salir a correr y posteriormente venir a casa a visitarnos.
Sus almuerzos a mediodía no son comida chatarra, son comidas que hace todas las mañanas para llevar al trabajo.
Me siento orgullosa de Mayte y todo lo que ha logrado.
Pero también sé, que mis padres tienen méritos allí.
Mis padres no quedaron conformes con el primer médico. No permitieron que una maestra la retrocediera.
Mis padres cuidaron de ella cuando creyeron que era necesario pero también siguieron las indicaciones de la última doctora sin replicar.
Mis padres la motivaron siempre, la apoyaron, la acompañaron.
Mis padres no limitaron sus capacidades.
Veamos la importancia de motivar a nuestros hijos y de no limitar sus sueños o metas.