Todos tenemos claros lo que es la empatía. Es cierto que cada cual dará valor a cosas diferentes sobre lo tienes que hacer cuando intentas ver el mundo a través de los ojos de una persona ajena a ti.
Es cierto que no todos tienen esa cualidad humana. La gente no siempre logra tener ese sentimiento de compasión y ternura que implica el acto de la empatía.
En este video quiero presentarte mi versión y como es usual abogo a una perspectiva que busca una reflexión diferente. Estoy seguro que a muchísimas personas se le habrá ocurrido esta visión sobre la empatía, por ello quiero reafirmarla, por quienes ya tuvieron esa idea y la plasmaron y por quienes no se atrevieron.
La metáfora convencional es la de los zapatos. Alguna vez lo extrapolé a las trenzas y hasta hice un par de escritos sobre el riesgo que corre una persona cuando va al socorro de otro ser mediante la empatía y se olvida del protagonista más importante de este cuento.
Nadie duda de esa cadena de favores que es la empatía, pero muchas veces las personas tratan de auxiliar a otros y reconfortarlas y no saber hacerlo. Entiendo que las intenciones son válidas, sobre todo porque todo lo que sea positivo se multiplica.
En ese caso, yo soy de los que digo que la persona por la que más tienes que tener empatía es contigo mismo y de eso va esta reflexión
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