Yo amo tomar café...
Todo comenzó antes de entrar a la universidad, yo tomaba café esporádicamente, y por lo general lo tomaba con leche, pero pasé una temporada con una tía que mantenía un termo con café en una bandeja con sus respectivas tacitas,y todo el que pasaba por la cocina era tentado a tomar café, y tengo que decirlo, yo también caí, me declaró culpable.
Después de eso, el café se volvió mi mejor amigo, estamos juntos en las buenas y en las malas.
Al despertarme, nada como sentir el abrazo cálido de un café recién hecho.
En los momentos de tristeza, al reunirnos a despedir a un amigo, nada como una taza de café.
Pasar una tarde entre amigos, compartiendo una buena conversación, nada como invitar a una taza de café para nos haga compañía.
Después de almorzar, cuando el cuerpo está relajado y quiere tomar una siesta, una taza de café lo ayuda a reactivarse.
Antes de hacer ejercicio, la cafeína también quiere formar parte de la rutina fitness.
Yo tomaba café también durante mis embarazos, por supuesto no en la misma cantidad que siempre, pero un cafecito también hacía sentir bienvenido a mis bebés.
En casa, al que viene de visita también lo recibimos con café, y es que el aroma a café sube el nivel, pasamos de estar en nuestro pequeño apartamento a estar en nuestro hogar.
Para los coffe lovers como yo, los invito también a tomar un café.