Sol y estrellas
Pequeño Poema escrito para mi querida musa Adriana. Allí está, esparciendo alegría, abarcando toda la imagen con su sonrisa. Yo, a un lado, despeinado pero contento de tener la gracia de su compañía e inspiración.
Sol y estrellas, eres. Luz de mis mañanas, de mis pasos, de mis letras. Iluminas con tu presencia la opacidad de la vida. Hay un antes y un después de conocerte. Eso lo he dicho antes pero no me canso de decirlo. Adónde irían mis suspiros si no estuvieses tú para contenerlos. Dispersos y perdidos en el espacio, sin dueño, sin pausa y sin motivo. Quizá, y esto no ha Sido corroborado, su existencia misma quedaría en entredicho. Pero no sigamos hablando de mis anhelos, mejor hablemos de tí, de tus virtudes. Inteligente, amable, llena de bondad y dulzura. Sobria, comedida, incesante torbellino de pensamientos. Sensibilidad plena, emociones a flor de piel, amante de los detalles y pequeñas cosas. Capaz de las ideas más espectaculares pues la grandiosidad también se aloja en tu pecho. Quien no te conoce no puede comprender tu sencillez y austeridad cuando lo comparan con lo antes descrito. Se puede ser grandiosa y sencilla a la vez? La respuesta es: sí. Tú lo eres. Eres eso y mucho más. Es para mí un honor y un compromiso el tratar de describir la excepcionalidad de tu presencia. Por eso no me agoto, por eso no dejo de escribir, por eso me faltan palabras, frases y líneas. Nunca me sobran, siempre hecho de menos letras que me otorguen el poder de describirte. Eres inagotable fuente de inspiración. No hay mejor tarea que llevar una dulce sonrisa a tu ser y no hay mejor recompensa que la expresión alegre de tus labios, de tu voz y tus ojos. Ah! Sí! Porque tus ojos sonríen, brillan con el enfoque de una estrella en la lejanía. Entonces, vuelvo a decir: eres Sol, luna y estrellas.